Fray Pedro Lorenzo y la Paz de Dios y del Rey
Por Maximiliano Sánchez*
Dentro del imaginario colectivo recreado en la historia, la cual se traduce en los recuerdos profundos de los pueblos y las naciones se encuentran personajes que por sus acciones en favor de los más desprotegidos trascienden más allá del bien y el mal como referiría Friedrich Nietzsche al hacer mención a las acciones realizadas por amor.
Hoy es necesario iniciar un rescate a la historia que le ha dado sentido colectivo a nuestro Estado mediante el rescate de los actores importantes y sus hazañas, hoy quiero relatarles la vida y obra de Fray Pedro Lorenzo y su influencia dentro de lo ocurrido en el periodo largo de la conquista del Pueblo Lacandón (1521-1822) por parte de los ya asentados y avecindados conquistadores quienes edificaron sus principales ciudades en algunos territorios de Chiapas y Guatemala, en donde planearon y por consiguiente partieron las principales incursiones violentas a la tierra del pueblo Lacandón: la Selva Lacandona.
Fray Pedro Lorenzo al igual que Fray Bartolomé de las Casas fueron frailes dominicos quienes en su afán por apoyar la conquista comenzada por la vía de las armas por parte de los españoles decidieron emprender la otra campaña mediante la conquista espiritual la cual se dio de manera pacífica sin necesidad de recurrir al genocidio de tribus enteras o en el menor de los casos su captura y esclavitud.
Las tribus que vivían al interior de la Selva Lacandona en un sin fin de ocasiones se vieron obligadas a desplazarse al interior de la jungla para evitar ser descubiertas y conquistadas por las expediciones emprendidas por los conquistadores quienes a fuego y espada sometían a los indios lacandones.
Una vez realizada una breve introducción para situarnos en el tiempo y lugar en el que se basa este brevísimo relato de Fray Pedro Lorenzo quien pacifico a las tribus por medio de la predicción de la religión católica recién introducida a América y empleada como un medio de control ideológico enfocado a la conquista espiritual de todos los habitantes originarios del Continente.
Fray Pedro Lorenzo fue un fraile dominico el cual llego de España a Chiapas en 1560, trabajo directamente por más de 20 años con las comunidades insumisas de la Selva Lacandona tratando de pacificarlas por la vía de la religión. En su afán por aprender las lenguas indígenas llego a dominar el Tzotzil, Tzeltal, Chontal y Chol, guardo residencia por un tiempo en Ciudad Real hoy San Cristóbal de Las Casas, donde desarrollo un amor profundo por las comunidades indígenas afianzando muy a fondo su compromiso de protección de los mismos.
Su labor en las inmediaciones de la Selva Lacandona le permitieron pacificar a la comunidad de los Pochutlas en 1563 donde en tras varios días de acercamiento hacia ellos bastaron para romper su resistencia a la conquista, para 1564 el cacique Chanaghoal decidió abandonar la selva junto a su tribu asentándose finalmente en el municipio de Ocosingo. Debido a su labor solitaria y pacificadora se vio envuelto en varios problemas con las autoridades de la metrópoli, quienes no dudaron apercibirlo mediante varias Reales Cedulas, una de ellas signada con fecha del 4 de junio de 1564 en la cual las autoridades dominicas le recomendaban de entregarse a ellas y regresar al convento en Ciudad Real ya que en la Cedula se hacía mención que Fray Pedro se encontraba fuera de la obediencia que pedía la orden, cabe mencionar que dicho apercibimiento jamás tuvo aplicación por lo que el Fray siguió con su misión.
Mediante otra Real Cedula signada en 1571 se hacía constar que Fray Pedro Lorenzo se encontraba por los rincones de Chiapas, dos siglos después en un informe escrito en 1715 se tenían vestigios de la labor evangelizadora del fraile quien tenía la costumbre de: “ir solo a los montes a buscar almas perdidas en sus antiguas idolatrías y que no llevaba nada más que tren en su persona y un poco de pozol en una red, como lo suelen hacer los indios y su breviario”.
Gracias a este método Fray Pedro logro la reducción de los grupos que aún se mantenían aislados y en resistencia a los pueblos ya pacificados, para dicha misión evangelizadora tuvo como base de operaciones la Ciudad de Palenque, lo cual le permitía una mejor ruta hacia la Selva, es necesario rescatar que en el ideario colectivo del pueblo Palencano; Fray Pedro es recordado como fundador de esta población aunque cabe destacar que no fue el único pueblo que fundo pues poblaciones como: Túmbala, Tila, Bachajón y Yajalón también fueron fundados por él.
Hoy Fray Pedro Lorenzo nos recuerda la conquista emprendida por la vía de la evangelización y su compromiso humanista con las comunidades indígenas, haciéndonos reflexionar sobre el papel conciliador que ha tenido la Iglesia en Chiapas, pues en los momentos de mayor agresión por parte de los gobiernos hacia los desprotegidos la Iglesia ha sido un pilar protector el cual sigue jugando un papel importantísimo en la historia y actualidad de nuestro Estado.
Relato retomado de la obra de Ján de Vos – La Paz de Dios y del Rey, FCE.
*Alumno de la Facultad de Derecho de la UNACH.
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