Enrique el conspirador
Miguel Zebadúa Carbonell
Siguen saliendo cosas desde las profundidades del viejo régimen lo que aún queda y se sabe de él. Ahora le ha tocado el turno a un miembro de la élite intelectual, hechura de lo que el marxista Antonio Gramcsi conceptualizó como “intelectual orgánico”, al servicio del poder político, remunerados, aplaudidos, elogiados, premiados en su vanidad por la Corte del monarca sexenal, aplaudiendo mentiras sobre verdades, ilegalidades sobre legalidades; defendiendo las acciones del gobierno en cada Informe, no importando aquí ni la ética ni la moral, ni el color del partido; denostando a los adversarios políticos e intelectuales –sobre todo de la izquierda. La lista sería larga para este pequeño espacio. Uno, un nobel, ha ocupado, quizá, el lugar privilegiado que ahora otro desea emular, con el escudo de la inmunidad académica oficial.
Ahora se conocen las no olvidadas pero poco conocidas razones por las cuales los medios televisivos y otros, están inundados hasta el tope por una gran ola antiobradorista desde mucho años que llega –aunque se intuía porque en política ni los intelectuales ni los deportistas ni artistas son ajenos a la tentación del poder-, a reuniones en lo oscurito, tal como se hacían –¿hacían?- las conspiraciones que la historia nacional se ha encargado de recordar. Aparentemente una de las razones de la “conspiración de Berlín”, era el subsidio, en este caso, a Enrique Krauze para sus empresas literarias “académicas”… y políticas. Por eso no quería que Obrador se volviera presidente de México, entre otras afectaciones del botín.
Al respecto, se valieron, de, prácticamente, todo. Hasta de insinuaciones perversas que Richelieu se hubiese quedado corto. “A López Obrador hay que detenerlo por las buenas, por las malas o por cualquier otro medio”, dijo otro estelar orgánico y excanciller del foxismo, Jorge Castañeda. Y qué les parece lo dicho por el expresidente Fox: “Yo me encargo de que AMLO no llegue a la presidencia”. ¿En qué pensaban estos personajes? ¿Siguen pensando ahora lo mismo?
Las campañas de guerra sucia contra el presidente actual también las padecieron prácticamente todos los opositores y disidentes del viejo régimen. Desde Vasconcelos hasta el ingeniero Cárdenas el poder del Estado había ha sido lanzado desde los medios sumisos, desde los Zabludosky hasta sus herederos en la actualidad, quienes ahora se colocan la máscara oportunista de “la libertad de prensa”, victimizándose, perseguidos, buscando que un Emilie Zolá los rescate.
Por otro lado, el que crea que algunos empresarios en México no hacen política y sólo se dedican a enriquecerse mediante las “leyes del mercado”, es como pensar que las embajadas norteamericanas sólo se dedicaran al noble oficio de dar pasaportes a todo el mundo. ¿Tanto dinero tiene COPEL para financiar algo así, o serán los prestamos, créditos de la gente endeudada con esta empresa para pagarles a todos los que participaron en la operación Berlín? ¿Cuáles otros casos habrá sólo que con partida gubernamental? ¿Acaso canales, televisivos y periódicos nuevos?
Algunos aún creen vivir en tiempos de intocables. De adular y recibir. Se está limpiando una casa vieja dejada en el abandono, a su suerte, como PEMEX, que fue base del desarrollo nacional.
¿No estarán ahora algunos empresarios reunidos en otra casona rica no precisamente tomando algo barato ni luciendo sus finas joyas y ropas?
*Politólogo
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