1988: La interpelación que permitió dar “Más poder a la oposición y más oposición al poder”

Cortesia

Por Maximiliano Ruiz Sánchez

1988 fue para México un año de ruptura con el sistema presidencialista que  mantenía  su vigor  desde la fundación del Partido de Estado (PRI)  en 1929, hasta la fecha ya mencionada, culminando con este sistema hegemónico mediante el inicio de la Transición Democrática la cual culmino temporalmente su  camino con la Alternancia en el año 2000.

Un año anterior a la elección presidencial  del 6 de Julio de 1988,  acontecía un movimiento interno en el  Revolucionario Institucional el cual trato de buscar la democratización en la selección del candidato presidencial dentro de dicho instituto político,  pero  al no ocurrir esto el PRI se vio internamente fraccionado por el  Ala Progresista de la Revolución tal y como  fue bautizada por el entonces presidente del PRI; Jorge de la Vega Domínguez, quien  acuño  esos conceptos a los líderes de la Corriente Democrática del Partido Revolucionario Institucional, quienes buscaron suprimir el método de selección del candidato bajo el viejo esquema del tapado, el cual es detallado a profundidad  en el libro de Jorge Castañeda: “La Herencia”, donde se narra la forma de elección del candidato presidencial dentro del PRI,  el cual era electo directamente por el Presidente de la Republica mediante las facultades meta constitucionales con las cuales intervenía en la vida interna del Partido en los tiempos electorales para definir al perfil que para idóneo para sucederlo.

Tras no concluir la misión por la cual se creó la Corriente Democrática encabezada por el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Rodolfo  Sánchez Guevara y  miles de militantes más, estos decidieron renunciar a su militancia y romper con el PRI lo que significo mucho para la vida política y social de México, pues este movimiento interno dentro del Partido Hegemónico permitió dar paso a la  Transición, puesto que dicha ruptura necesaria en el Revolucionario Institucional permitió dar paso a el largo camino de la Democracia en México y aunque  a pesar que el Frente Democrático Nacional fue derrotado mediante el fraude orquestado  el 6 de Julio de  1988,  la efervescencia social pos electoral  fue tanta que tan solo transcurrieron 12 años para que en México se diera paso a la alternancia en el poder en el año 2000, terminando con los 70 años del PRI en la presidencia de la Republica.

Uno de los pasajes más significativos del año de 1988 en México ocurrió el 1 de  Septiembre dentro del  recinto de San Lázaro encontrándose reunido el  Congreso General en razón del último informe presidencial del entonces mandatario Miguel de la Madrid,  donde por primera vez en la historia del México contemporáneo la alta investidura presidencial fue abucheada por una amplia mayoría de opositores e interpelada por  un espléndido orador de nombre: Porfirio Muñoz Ledo, quien mediante una interpelación buscaba  hacer una pregunta directa al presidente sobre los resultados electorales exponiendo  el fraude orquestado en la  pasada elección, pues se sabía que el Presidente Miguel de la Madrid dentro de su discurso haría alusión de manera institucional a los óptimos resultados de la elección,  quien  fue interpelado por varios oradores, entre ellos un Diputado Federal; el cual  se  dirigió  directamente al Presidente gritando que: “el pueblo no va a aceptar el fraude electoral  ni a sus representantes”.

Las interpelaciones realizadas por el entonces senador  electo: Porfirio Muñoz Ledo y los demás diputados federales adherentes al FDN  y al PAN, significaron para nuestro Sistema Político el inicio de la ruptura frente al Poder supremo del Presidente, pues tan solo el hecho de reclamar en voz alta las inconsistencias ocurridas en una de las elecciones más fraudulentas de la historia de México, daba entender que se trataba de un hecho  muy significativo puesto que se trataba de mostrar que ocurría el final de una época en razón a  la forma en que se concebía el Poder en México, evolucionando a un nuevo esquema de competencia democrática,  dando paso  a la pluralidad del espectro político,   pues  como diría Muñoz Ledo, la ciudadanía le dio: “más poder a la oposición y más oposición al poder”.

*Alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chiapas.

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