Andrés Manuel, Morena y los “colgados”

Como no había sucedido en las dos ocasiones anteriores en que intentó llegar a la Presidencia de México, en el 2006 y en el 2012, hoy se observa una tendencia que apunta a que la victoria de Andrés Manuel López Obrador parece ser inevitable en el 2018. Además de la ventaja en preferencias que le dan todas las encuestas preelectorales, públicas y privadas, existe una percepción generalizada de que todos los elementos que intervienen en la contienda se están alineando para que la tercera sea la vencida.

El hastío social contra el gobierno es mayúsculo (la aceptación de Enrique Peña Nieto entre los mexicanos cae al 12 por ciento); la decadencia de los políticos gobernantes legitiman el discurso anticorrupción y contra “la mafia en el poder” que sistemáticamente ha sostenido López Obrador desde hace años; un importante sector de la élite empresarial está convencido de que los dirigentes del país y la situación en que han dejado a México, ya no son funcionales y por lo tanto se necesita un cambio que garantice seguridad, desarrollo y legitimidad del sistema político; no hay a la vista un político oficial u opositor que le haga contrapeso real a AMLO, quien ha flexibilizado algunas posturas para generar un movimiento menos radical y más incluyente que busca condensarse en el Acuerdo Político de Unidad para la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México.

Los eventos del domingo que en este sentido se llevaron a cabo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y en Villahermosa, Tabasco, donde en conjunto acudieron unas 40 mil personas, muestran que la bola de nieve sigue creciendo, adhiriendo a su paso a representantes de la más variada pluralidad, entre los que destacan empresarios de organizaciones que en otros tiempos era impensable que se sumaran, como el Consejo Coordinador Empresarial.

Lo fundamental del discurso de López Obrador se desdobló en cuatro vertientes: erradicar la corrupción del gobierno, revisar las reformas estructurales, fortalecer la economía y los programas sociales, y cambio de régimen político (la llamada cuarta transformación histórica del país).

En el contexto actual de crisis, estas propuestas resultan pertinentes e incuestionables, y por eso congregan cada vez más simpatizantes que ven en AMLO un político congruente que puede poner freno a la descomposición social y revertir la debacle económica de México, además de recobrar el prestigio de la Presidencia de la República, una institución que sigue teniendo un gran peso en la cultura política de los mexicanos.

Sin embargo, el riesgo que conlleva la política de apertura que promueve el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), es que en el carro puntero se cuelguen personajes y organizaciones oportunistas que busquen salvaguardar sus intereses y tergiversen la esencia del proyecto de cambio que se propone. Hay muchos agentes nocivos que pueden identificarsede inmediato en cuanto quieran aprovecharse de la coyuntura, pero hay otros que subrepticiamente intenten colarse y no puedan ser detectados. Ante la imposibilidad de evitar el arribo de algunos elementos perniciosos, queda esperar que el sistema inmune de Morena (los filtros y candados de ingreso al partido) pueda detectarlos y expulsarlos para evitar su contaminación desmedida.

Como dice el propio Andrés Manuel, Morena no es de nadie, sino que representa un patrimonio político de la gente, y en ese sentido su auge, su crecimiento, no debe interpretarse exclusivamente como un vehículo para alcanzar posiciones de poder, sino como un espacio de construcción democrática que alimente al nuevo proyecto de nación y, si llega a la Presidencia, darle viabilidad política y programática.

Si no se entiende el mensaje, si no se aquilata en su verdadera dimensión el delicado momento político por el que atraviesa el país, se estaría desperdiciando una de las últimas oportunidades para transformar a México de manera pacífica.

 

publicoyprivado2016@gmail.com

One Response to “Andrés Manuel, Morena y los “colgados””

  1. ciudadano
    21 febrero, 2017 at 8:34 #

    AL PARECER AUN NO SE ENTIENDE QUIEN ES EL PODER (PUEBLO), EL SOLO ES UN REPRESENTANTE, SI NO REFLEXIONA, SERÁ SU FINAL.

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