Un desastre llamado Unach
Por favor… No alcen la voz.
Por favor… No nos vaya escuchar el de al lado.
Apoyo las ideas, pero déjenme pedir permiso.
Estas son las tres expresiones que utiliza Carlos Eugenio Ruiz Hernández, Rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, cuando docentes y universitarios denuncian las agresiones y el acoso de Hugo Armando Aguilar Aguilar, el Secretario General de la máxima casa de estudios de Chiapas.
Obvio, todos salen del despacho del Rector rascándome la cabeza, decepcionados y sorprendidos al ser testigos de la sumisión del que debiera ser el máximo dirigente universitario ante su subordinado.
Esto se entiende, si se escarba un poco.
Ruiz Hernández es conocido por su proverbial pasividad y Aguilar Aguilar por su pasión por los tratos y negociaciones en «lo oscurito».
Siendo así, tarde o temprano uno se come al otro.
El trance, es que se trata de dos dirigentes que tienen en sus manos la calidad de la única opción de educación superior que reciben miles de jóvenes chiapanecos, quienes al término de sus estudios serán los profesionales que Chiapas necesita con urgencia.
Si ni la máxima autoridad universitaria se impone contra su «supuesto» subordinado , ¿quien más lo haría?.
¿Dónde está la institucionalidad que debe guardar un subordinado hacia su jefe y también hacia la organización donde trabaja?.
Curiosamente una mujer -con poder claro está-, es la única dentro de la comunidad universitaria en enfrentarse abiertamente al poder fáctico que representa Aguilar Aguilar dentro de la UNACH. Ella es la Secretaria General del Sindicato del Personal Académico, Indra Ruth Toledo Coutiño.
Con la dignidad de universitaria de Indra Ruth, Aguilar Aguilar se topa con pared y se seguirá topando.
Pero las demás áreas, los demás espacios universitarios están copados por familiares o personajes completamente aliados o guardianes de los intereses del Secretario General.
¿Para qué sirve un Rector así?
¿Cuál es el impacto académico y administrativo de esa insubordinación y desafío del Secretario General al Rector?.
Resulta tremendo porque se refleja financiera y académicamente refieren los docentes consultados.
¿Pero cuál es el origen del poder del Secretario General?
La «mafia universitaria» -con ese nombré los universitarios conocen a la camarilla liderada por Aguilar Aguilar-, está en todos lados. Sus incondicionales están insertos en todas las áreas administrativas y operativas de la UNACH.
Son una fuerza real que ha enraizado sus tentáculos e intereses con gran profundidad desde el 2006 con la llegada a la gubernatura de Juan Sabines Guerrero.
Domina la Junta de Gobierno, por supuesto la Secretaría General, la Dirección de Extensión y casi todas las direcciones de las escuelas, los centros y los institutos de la máxima casa de estudios chiapaneca; adicionalmente en todas las oficinas centrales de la UNACH laboran sus parientes cercanos.
La «H» de la Junta de Gobierno no es «Honorable», es por «Hugo», dicen con sorna los universitarios. A él le pertenece, él es quien la domina.
En la práctica, todas las áreas universitarias operan como un poder paralelo del Secretario General al que ¿ostenta? El Rector Carlos Eugenio Ruiz Hernández.
Ese poder paralelo otorga plazas laborales, designa funcionarios e incluso dispone de recursos financieros. Claro está actúa con celeridad y precisión si se requiere defender los intereses del «jefe» o sea Aguilar Aguilar.
Esa maquinaria es casi perfecta, desde 2006 se perfecciona. Es el año en que Aguilar Aguilar llega a la Secretaria General y se enfrenta directamente con el entonces Rector Angel René Estrada Arévalo.
En el siguiente periodo con Jaime Valls Esponda, la mafia universitaria es apadrinada por Nemesio Ponce Sánchez, y ese padrinazgo le permite fortalecerse. Ahora, en la actual administración su fortaleza procede de dos debilidades del actual Rector: su pasibilidad y sus miedos.
El resultado de todo ello es que la máxima casa de estudios de Chiapas, se ha convertido en una Universidad fragmentada en sus procesos docentes, porque está atrapada por un grupo de interés muy poderoso que deja sentir su influencia, su ira contra los disidentes, su rencor contra cualquier universitario pensante y sus ansias de perpetuarse con, sin o sobre el Rector en turno.
Eterno aspirante a ocupar algún día la Rectoría, los tres periodos de Aguilar Aguilar al frente de la Secretaria General han sido los peores de la Universidad, porque obsesionado con su aspiración, no trabaja para otra cosa que para ello.
Incluso engrosando las nóminas universitarias con familiares, conocidos e incondicionales.
Datos a noviembre de 2015, la Universidad Autónoma de Chiapas contaba con mil 455 docentes sindicalizados, 820 docentes no sindicalizados, 990 trabajadores administrativos de base y mil 205 trabajadores de confianza.
Esta abultada nómina tiene un impacto financiero.
Pero los problemas en la UNACH no sólo son financieros, también son académicos. Sus estándares son en casi todos los indicadores muy por debajo de otras universidades del resto del país. Los académicos señalan que es muy difícil que la UNACH incremente la calidad de sus carreras. Todos son muy bajos.
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Lo peor señalan, es que la pugna ¿o sometimiento? del Rector con su Secretario General no tiene para cuando acabar. Esto seguirá impactando negativamente sobre los estándares de calidad de la UNACH y ello también impacta sobre sus presupuestos, porque estos están en función de la calidad de sus contenidos académicos.
Ante el muro que representa la protección a los docentes que ofrece el SPAUNACH dirigido por Indra Toledo Coutiño, el Secretario General dirige su mirada a los otros dos sindicatos; el administrativo y el de Confianza.
El caso es que la pugna entre el Rector y el Secretario General hace que ninguno de los dos pueda resolver el problema que para las finanzas representa el reconocimiento del Sindicato de Confianza y tengan que pedir ayuda al Ejecutivo Estatal porque ninguno de los dos puede con el «paquete».
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Alegan un gran impacto al presupuesto universitario si se reconoce al Sindicato de Confianza. Pero muchos se preguntan: ¿Entonces porqué alientan el ingreso de más personal al sindicato administrativo?.
Lo hacen ¿porqué no podrán controlar la independencia del Sindicato de Confianza?
¿Hay dinero, pero el Secretario General perdería el control político?
El caso es que la UNACH es un desastre. No hay dinero para pagar los compromisos financieros, ante el SAT, las instituciones de salud, el FOVISSSTE y créditos personales y se corre el riesgo de que no se les pague a los trabajadores y académicos universitarios el aguinaldo de este año 2016.
Pero eso si, el Secretario General prepara su tradicional fiestón de cumpleaños en donde año con año hecha la casa por la ventana y sus incondicionales le rinden pleitesía.
Otros van curiosos a calcular cuanto gasta y otros más a dedicarle felicitaciones fingidas para evitar ser sacudidos de su puesto.
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En otros textos pormenorizaremos sobre los agravios que acumula la clase trabajadora contra el grupo liderado por Hugo Armando Aguilar y el grupo que aparentemente comanda el Rector, Carlos Eugenio Ruiz Hernández.
Mientras uno opere a favor de sus intereses y el otro se esconda, los que más sufrirán las consecuencias serán primero los trabajadores, pero sobre todo la juventud universitaria que se prepara profesionalmente.
La UNACH de hoy es una institución que tiene un Rector secuestrado, un Secretario General poderoso que ningún universitario se atreve a cuestionar.
La «mafia universitaria» es un cáncer que la comunidad no termina de sacudirse y que al contrario sigue atentando contra el espíritu unachense; es un obstáculo para el desarrollo de la ciencia y la tecnología que finalmente se reflejan en el desarrollo de Chiapas y sólo hay tres sopas; o el Rector se faja los pantalones o se somete completamente, o se van los dos.
¿Quien manda en la UNACH ?
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