Salario mínimo real: un asunto de justicia social

Gira de Agradecimiento de Andrés Manuel López Obrador – Fotos – Francisco López (11)

Decía yo en una colaboración previa que la actual administración inició el 1 de diciembre, hace apenas 19 días, demoliendo a mazazos los símbolos del viejo régimen.

Atrás quedó el presidencialismo imperial, su avión, sus escoltas, sus camionetas y su residencia oficial. Todos símbolos ya derrumbados. Y pienso que está muy bien, sin embargo, todo esto sucedió en “las alturas. Para apreciar estos cambios uno tiene que, parafraseando a Nietzsche, mirar hacia arriba, hacia el poder.

Pero pareciera pues que sin ser infalible ni perfecta, la presidencia de Andrés Manuel López Obrador va en serio en su proceso de cambio del régimen por uno más “al modo” de la Cuarta T y el lunes dinamitó una de las columnas que sostenían al “ancient regime”. Me refiero al Salario Mínimo.

Durante décadas, el salario mínimo representó uno de los mayores agravios para el pueblo de México. En su origen, la figura del salario mínimo en México se estableció con la promulgación de la Constitución General de la República publicada en el Diario Oficial de la Federación del 5 de 1917, donde se especificaba que el salario mínimo debería ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero, su educación y sus placeres honestos, considerándolo como jefe de familia”

Es posible que entonces, inicios de la década de los años 20 del siglo pasado, este pago haya resultado suficiente, pero en los últimos 30 años, de López Portillo para acá, este ingreso perdió gradual y aceleradamente su poder adquisitivo y se convirtió en símbolo de la insensibilidad:

Desde Palacio Nacional -o desde Lod Pinos- no se entendía que con 88 pesos actuales era imposible garantizar la subsistencia de una familia. Así como en la Francia del siglo XVII Maria Antonieta recomendaba a los pobres comer pasteles a falta de pan, aquí en Mexico, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos salvaguardaba los intereses patronales y mantenía el mínimo en niveles de miseria, fingiendo que éste alcanzaba para lo indispensable.

Esto comenzó a cambiar. Desde el 1 de enero del 2019, el salario mínimo se elevará 15%, un aumento inédito en los últimos 25 años. A partir del año próximo ningún trabajador en nuestro país podrá ganar menos de 102 pesos al día.

Enhorabuena por acciones de justicia social de esta envergadura: mucha falta le hace a Mexico no solo dejar de ser corrupto. Mucha más falta le hace empezar a emparejar su piso para ser una nación menos ofensiva y dolorosamente desigual.

 

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