En memoria de Samuel Ruiz García

Peregrinación por los 100 años del natalicio del obispo Samuel Ruiz García, y para exigir justicia por el asesinato del padre Marcelo. Foto: Ángeles Mariscal
Samuel Ruiz García, sacerdote católico, nació en Guanajuato un 3 de noviembre de 1924 y murió en la Ciudad de México un 24 de enero de 2011 a la edad de 86 años. Después de un período en el que fue un sacerdote conservador, muy al estilo del catolicismo cristero, Don Samuel, como se le llegó a conocer, se transformó en uno de los líderes de la llamada Teología de la Liberación, al lado de figuras como la de Sergio Méndez Arceo, el obispo que fue de Cuernavaca. En 1959, Samuel Ruíz fue designado Obispo de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, cargo que ejerció durante un largo período hasta 1999. Como lo indican los apuntes biográficos de Don Samuel que aparecen en el internet, fue objeto de varias distinciones como el Premio Simón Bolívar que otorga la UNESCO a personalidades que destacan por sus contribuciones a la paz del mundo; así mismo, en 2001 recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos de Nuremberg en reconocimiento a su lucha en pro de los derechos humanos. Incluso fue Doctor Honoris Causa por varias Universidades, entre ellas, la Autónoma de Barcelona. En ninguno de estos apuntes biográficos se anota que en Chiapas recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad intercultural de Chiapas el 4 de abril de 2009, dos años antes de su muerte. Se reconocía así la trayectoria de un Obispo Católico que defendió las causas de los pueblos indígenas en un estado como el de Chiapas en donde arraigó el colonialismo interno del que hablaba Pablo González Casanova y del que aún hoy quedan rasgos que es necesario superar. Me tocó el honor de ser el Rector de la Universidad Intercultural de Chiapas, que en nombre de la Institución, de su Comunidad Académica de estudiantes y maestros, de los trabajadores administrativos, impusiera el Doctorado Honoris Causa a quien era ya una personalidad reconocida internacionalmente por su lucha en pro de los derechos humanos y a favor de las causas de los desheredados y marginados del mundo. Pero faltaba el reconocimiento en la propia tierra desde donde su voz se alzó en contra de la injusticia, en Chiapas, y eso es lo que sucedió al otorgar la Universidad Intercultural de Chiapas el Doctorado Honoris Causa a tan ilustre personaje. En el discurso que pronuncié en aquella memorable mañana del 4 de abril de 2009 frente a Don Samuel, dije: “La diversidad de la Cultura es el Don del Ser Humano. La desigualdad social es la causa de los más graves problemas del mundo. A lo largo de su Historia, el Pueblo Chiapaneco, tan complejo en su composición cultural, ha venido librando la batalla de la Cultura para situar a esta como el faro que alumbre el camino. Y el Caminante, Samuel Ruíz García, ha acompañado a los chiapanecos en este tramo de su historia contemporánea, sin ambigüedad y sin titubear. Hemos visto a la figura eminente de Samuel Ruíz en los momentos cruciales de esta contemporaneidad que ha hecho de Chiapas la sede del Espíritu del Mundo. Ese Espíritu es el de la fraternidad en su más profunda acepción, contenido en la más alta capacidad humana, la creatividad como infinito camino para hacer del mundo un lugar de paz y bienestar. Es el Espíritu que porta la diversidad cultural de Chiapas. Es el Espíritu que anima la vida de Samuel Ruíz García. Pretendemos en esta Universidad honrar la vocación chiapaneca por ese Espíritu, reiterado una y otra vez a lo largo del caminar del pueblo, en cada huella de ese paso. Es el Espíritu que anima el canto de los Lacandones o la prosa de Rosario Castellanos. Es el Espíritu que está presente en la invocación profunda del Ilol cuando habla con el Universo. Es el mismo Espíritu que se aloja en la música de la marimba o en la oferta prodigiosa de la palabra de los poetas de Chiapas. Es el Espíritu de la teoría social emanada de una ciencia abierta al tiempo, que se practica día con día en los centros universitarios de Chiapas o en los recintos dedicados a la investigación y la creación. Es el Espíritu que acompaña al campesino al preparar la tierra para que el maíz, nuestro Padre, crezca y con ello perdure la vida. Es el Espíritu de un pueblo complejo y diverso que vive en Chiapas, que hace a Chiapas. Es el Espíritu que ha portado Samuel Ruíz García.” Recuerdo que ese 3 de abril por la mañana, al arribar Don Samuel a Chiapas, el cielo abrió sus puertas después de un período de ausencia de la lluvia. Por ello, cerré mi discurso con los versos de Jaime Sabines: “La primera lluvia del año moja las calles/Abre el aire, humedece mi sangre/Me siento tan a gusto y tan triste, Tarumba/Viendo caer el agua desde quien sabe, sobre tantos y tanto/Ayúdame a mirar sin llorar/Ayúdame a llover yo mismo sobre mi corazón/Para que crezca como la planta del chayote/O como la hierbabuena/Amo tanto la luz adolescente. /De esta mañana/Y su Tierra de Humedad/¡Ayúdame, Tarumba, a no morirme/A que el viento no desate mis hojas/Ni me arranque de esta tierra alegre.” Y terminé el discurso con estas palabras: “Tierra alegre, Chiapas, que hoy recibe a Samuel Ruíz García, que llegó ayer a San Cristóbal con la primera lluvia del año, investido hoy por la Universidad Cultural de Chiapas con la altísima dignidad de Doctor Honoris Causa. El Espíritu de nuestra Historia nos acompaña en este día de tan señalado acontecimiento. Que sea para bien.” Abracé a Don Samuel y hoy me siento privilegiado de ese abrazo que aún pude compartir con una de las personas que como el Tatik, lucharon por un Chiapas justo, en paz y bienestar.
Bosques de Santa Anita, Tlajomulco, Jalisco. A 6 de abril de 2025

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