A Trump lo resienten todos ¿Y China?

 

Llegó Donald Trump a la presidencia americana y tiene por delante cuatro años de administración. Varios estaban escépticos ante sus amenazas; pero finalmente las cumplió. Dos detalles hacían suponer que el ahora presidente americano en funciones cumpliría lo prometido: el primero de ellos es que en su primera presidencia estuvo dispuesto -desde la fuerza claro- a negociar; en esta ocasión todo indica que no negociará con nadie, y, en segundo lugar; sus medidas obviamente traerán ganadores y perdedores. Sin embargo, su país es lo suficientemente rico como para subsidiar a quien sea o lo que sea.

Los migrantes parecen ser los “enemigos número uno” de la administración de Trump. De hecho, alguna vez dijo que encabezaría la “mayor deportación en la historia de los Estados Unidos”. Para el ahora presidente americano, en Estados Unidos existen 20 millones de indocumentados.

Hasta ahora, las medidas resultado del “mes de pausa” a los aranceles solo remitieron a la lucha contra las bandas que inundan de fentalino y otras sustancias ilícitas a Norteamérica. Ese alto temporal en el decreto presidencial trumpiano también incluyó a Canadá.

¿Por qué la mano dura ante sus socios comerciales más cercanos? La respuesta es porque son además de socios comerciales, sus vecinos y, por supuesto que no quiere que se acerquen económicamente a China.

Lo de fondo es la lucha por la suprema mundial con China. Una lucha que será inevitable como la que Estados Unidos sostuvo con Japón en la II Guerra Mundial y luego contra la antigua URSSS en la “Guerra Fría”. Guerra inevitable sí, pero que todo indica no será bélica como las anteriores.

Por su historia, los americanos siempre han considerado que son un pueblo “excepcional” y que ese concepto es la base de su poderío económico y su posterior influencia mundial. Su crecimiento los llevó a pensar -como cualquier imperio- que ese “excepcionalismo” justificaba cualquier intento de dominio extraterritorial, así fuera bélico.

¿Cuál sería el problema; si llevas libertad y democracia a donde se supone no existe?

Democracia y libertad son los dos conceptos americanos claves. Sin embargo, esos conceptos que han moldeado el mundo de los últimos cien años, se toparon con el ascenso económico chino. Ese ascenso, básicamente lo que está demostrando al mundo es que puede haber desarrollo económico sin democracia.

Nada que el mundo haya documentado en materia económica se parece al crecimiento económico chino. Lo mejor de ello es que lo hace cambiando los “motores” económicos. Hace poco ese motor era la manufactura, luego; el consumo de una case media que crecía y crecía. Además, -¿Tal vez por ser una economía centralmente dirigida?- los chinos han demostrado tener una extraordinaria capacidad para escapar de “burbujas” económicas y financieras, aunque seguramente habrá varias más en el futuro.

Ahora, los chinos ponen sus ojos en los desarrollos de inteligencia artificial, computación cuántica y biotecnología. Esos serán sus nuevos “motores” para el crecimiento económico.

¿Quién hubiera imaginado lo que provocaría el ascenso chino?

Vemos a Estados Unidos amenazando con imponer aranceles, cuestionando el libre comercio y apelando con la frase “Make America Great Again” a que el país renazca desde su “excepcionalidad”. Cuando esa “excepcionalidad” se debió a un proceso histórico mundial, no a una especie de “mandato divino”.

Sobre todo, vemos al “campeón de la democracia mundial” con un gobierno -el de Trump por supuesto- que vira hacia la ultraderecha y que incluso cuestiona a las instituciones supranacionales que ayudó a construir.

Ahora bien, ¿Y si la excepción mundial no es Estados unidos y realmente es China?

Muchos historiadores aseguran que el país oriental siempre ha sido potencia. Salvo el lapso de tiempo que los mismos orientales califican del “siglo de la humillación?.

Sin embargo, las preguntas son las siguientes:

¿Cómo entendería China su excepcionalismo?

¿Cómo, si en realidad esa particularidad no promueve la democracia y la libertad?

¿Cuáles son los valores universales de esa excepcionalidad China?

Hay quienes aseguran que China no intenta universalizar sus valores nacionales; que jugará con las reglas económicas actuales

Si las acciones de Trump las vemos desde el aspecto global; lo que intenta es detener el expansionismo chino y por eso, intenta dominar su área de influencia; es decir el continente americano; sus vecinos.

¿Podrá detener Estados Unidos a China?

Yo apuesto a que coexistirán como los dos liderazgos mundiales del futuro. Lo que no podría asegurar, es que no choquen por lo menos en una reedición de “Guerra Fría”.

Lo otro es que logremos replantear lo que entendemos por democracia, porque no a todos nos gusta que las instituciones sean horadadas por autoritarismos.

X: @GerardoCoutino

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