La reina Roja

Se llama Fanny López Jiménez, pero es conocida como la reina Roja, por haber descubierto precisamente la tumba de la Reina Roja en el Templo XIII de Palenque.

            Por este hallazgo, Fanny recibió el pasado jueves, en la conferencia matutina presidencial, un extenso y merecido reconocimiento. Y es que su aporte ha permitido enfocar otras lecturas sobre la cultura maya y la arqueología misma.

            La historia no solo era contada por hombres, sino que los hombres éramos los únicos protagonistas. Hoy se sabe, por ejemplo, que el hombre de Tepexpan era en realidad mujer.

            Por eso cuando en 1994, Fanny encontró aquella tumba, que cimbró los estudios de la cultura maya, era un desafío pensar que la osamenta fuera de una mujer:

            “Y cuando se recorrió la tapa que cubría la caja de piedra del sarcófago encontrado en la subestructura del Templo XIII, una corazonada me llevó a sugerir que los restos óseos teñidos de rojo pertenecían a una mujer. En medio de aquel silencio que nos asfixiaba, no hubo nadie que me tomara en serio. ¿Por qué iba a tratarse de una mujer?, se preguntaban, si el sitio había sido dominado por dinastías de hombres. “No Fanny”, me explicaron con paciencia mis compañeros; “por el emplazamiento del templo –a un lado del de las Inscripciones–, por la cercanía a Pakal, y por el hecho de tratarse de la segunda tumba de sarcófago encontrada en el sitio, es indudable que se trata de un hombre”. Pues será el sereno, dije yo, pero para mí que es una mujer. Y así lo confirmarían poco después los estudios realizados por el antropólogo físico Arturo Romano”.

            Efectivamente, la tumba pertenecía a una mujer, conocida desde entonces como Reina Roja, quien probablemente haya sido la esposa de Pakal y gobernante maya.

            Con su trabajo, la arqueóloga Fanny López Jiménez ha contribuido a visibilizar la participación de las mujeres en la cultura maya como guerreras y regentes:

            “Mujeres como éstas son herederas de una tradición en la que figuraron notables señoras mayas de la época clásica, como Yo’hl Ik’nal, una de las primeras mujeres que ostentó títulos reales completos y disfrutó de un periodo entero de gobierno; como Sak K’uk’, la madre de K’ihnich Janaab’ Pakal; como la señora Xoc de Yaxchilán, esposa de Escudo Jaguar; como la Señora Seis Cielo, de Dos Pilas, quien aunque nunca fue investida como gobernante, asumió el control de Naranjo en lo político, lo bélico y lo religioso por casi veinte años”.

            Por ser mujer, a Fanny también la han querido borrar del mapa de los hallazgos arqueológicos. Varios de sus colegas hombres han tratado de dejarla en la invisibilidad, negándole sus méritos por el descubrimiento de la Reina Roja. Afortunadamente, se ha impuesto cada vez de manera más generalizada la verdad, sin que por eso se desconozca que la arqueología es un trabajo colectivo, ni tampoco la iniciativa de Arnoldo González, quien fue el responsable del proyecto de exploración.

            Hoy, la arqueóloga chiapaneca está a punto de recibir un reconocimiento más. Lo sabremos con certeza dentro de ocho días, cuando se enfrente de nuevo con otro momento histórico en su biografía. En 1994 fue inesperado. En esta ocasión, es una crónica anunciada de que asumirá la rectoría de la segunda universidad más importante del estado. Esperamos que así sea. Sus méritos académicos y su calidad humana son sobresalientes.

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