Presentación de Yo, su espejo de Tania Corzo Hernández
Por Ana Alejandra Robles Ruiz
Los diez cuentos que componen Yo, su espejo de Tania Corzo Hernández, motivan la reflexión acerca de temas básicos como la muerte, la vida, el amor, la locura, la violencia, la amistad. Temas que podemos rastrear de manera fácil en la tradición o las tradiciones literarias, precisamente porque son tan complejos y trascedentes, que vamos a ellos una y otra vez con la esperanza de explicarnos el mundo y de darle sentido. Alguna vez me quejaba con mi terapeuta de mí, de descubrirme llegar a los mismos traumas a partir de vivencias y situaciones tan distintos. Ella me dijo que los seres humanos sobrestimamos el origen de nuestros conflictos, casi siempre es tan fácil de ubicar como indagar en las figuras del padre y de la madre. Sí, no niego que tenga razón, pero es que se decantan en historias tan diversas, que uno deja de ver el rizoma que oculto se extiende por el Yo que somos. Tania Corzo, sumando los elementos de la curiosidad, el análisis y la creatividad, se detiene a concebir historias raíces de nuestra condición humana, lo que sea que eso signifique. Pero además, lo hace a partir de y en diálogo con ese otro fenómeno indefinible pero sí caracterizable y explicable llamado literatura.
Este libro da inicio con “Voluntad anticipada”, donde la protagonista tiene la oportunidad de encararse con el espejo de la que fue, es y será. Esto más que llevarla a una división o escisión de sí, como ocurriría en 9 Tania Corzo Hernández una fase de estadio del espejo–aprovechando los conceptos y metáforas del psicoanálisis lacaniano–, le permite reconciliarse consigo y verse con toda la comprensión y el amor posibles. Asimismo, es de notar que Corzo elija una ficción donde las leyes del tiempo y la realidad parecen no coincidir con las de lo cotidiano, dando pie a los lectores a hacernos a la idea de que estamos ante un texto literario, con reglas particulares, donde las opciones se expanden y nosotros en ellas.
En “La loca” y “Plática de adultas”, son los ojos de dos pequeñas los que filtran y resignifican la realidad de los adultos, hasta surgir sus propias voces y posturas frente a circunstancias tan delicadas pero del día a día como lo son la violencia o las riñas familiares. Una niña abre puertas, desatando tal vez más de lo que gente está preparada para afrontar; mientras que la otra se guarda tras ellas, dudando ante la oportunidad de hacer cambios a partir de la memoria.
“Una más, en la gran ciudad” y “Sombras siniestras”, son cuentos que se pueden clasificar dentro del género policíaco, en los que una mujer se encarga de resolver los asesinatos de otras mujeres. Conversando hace años con alguna profesora de una universidad, en lo concerniente a literatura contemporánea escrita por mujeres, reparábamos en que muchas denunciaban la violencia hacia la mujer, pero eran pocas las que se atrevían a dar finales en los que se hiciera justicia. Después de algún tiempo, puedo decir que la misma Liliana Blum, escritora por quien comenzamos nuestra discusión a propósito del Monstruo pentápodo –si mal no recuerdo–, se ha arriesgado en 2020 con Cara de liebre a proponer finales más amenos para nosotras. Y lo mismo hace Tania Corzo con los dos mencionados cuentos. No niega el contexto histórico-social que vivimos, pero sí es consciente de que la literatura no solo sirve para Yo, su espejo representar sino para transformar la realidad. A su vez, cabe decir que hay una metatextualidad muy sugerente en “Sombras siniestras” que lleva a pensar este cuento en relación con un sinnúmero de ficciones más de la literatura universal.
“Perfidia” recupera el gran mito de Caín y Abel y le da forma propia. Hablo de mito en el sentido de las grandes ideas, sentires y experiencias ancestrales del mundo que se repiten a lo largo de la Historia y a las cuales tenemos la necesidad de dar explicación, tal como el amor-odio entre hermanos. “En el mar” retoma de cierto modo la poesía y biografía de Alfonsina Storni, para llevarnos a las profundidades del desamor y el sufrimiento en un paisaje chiapaneco. Y por último, “El reencuentro”, “No te olvidaré” y “Fronteras”, son las posibilidades del amor —sobre todo romántico—, que se abren, cierran o redefinen en consecuencia de las fronteras que instalamos de por medio. Fronteras geográficas, lingüísticas, temporales, sentimentales.
Cada una de las historias de Yo, su espejo, despliega superficies dónde mirarnos, confirmando que la literatura, como suele decirse, es espejo de la vida. Y la vida, agrego yo, nada menos que espejo del ser.
En esta liga se puede descargar, de manera gratuita, este volumen de cuentos: Yo, su espejo. Por Tania Corzo Hernández – Proyecto editorial
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