Recordar al linaje desde el corazón

Foto: María Gabriela López Suárez

El viento frío se dejó sentir esa tarde del 01 de noviembre. Citlalli, observó el paisaje desde el balcón de su centro de trabajo. El cielo tenía un ligero tono celeste que se combinaba con las nubes que iban tomando tonos entre grisáceos y  morados. Su mirada se fijó en las montañas que alcanzaba a ver, prácticamente estaban del otro lado de la ciudad.

No tardaba en caer el atardecer, Citlalli había hecho una pausa en sus labores. Tuvo una sensación de nostalgia, era el primer año que no participaba en la visita al panteón que acostumbraban a hacer con su familia. Echó de menos realizar la ofrenda con flores que tanto disfrutaba cada año. Su rostro percibió las ráfagas de viento. Respiró profundo.

Mientras observaba cómo el atardecer se hacía presente, puso atención a la diversidad de árboles que tenía en su centro de trabajo, cuyo follaje se mecía al compás del viento. Escuchó el canto de las aves que se asomaba con discreción. Desde ahí hizo memoria de sus familiares que habían trascendido, fueron viniendo a su mente cada uno de los rostros, sus gestos, experiencias y aprendizajes compartidos. La naturaleza se convirtió en el puente que la hizo conectarse con su linaje. Era como si cada susurro del viento le trajera una caricia de cada integrante de su familia. Percibió una especie de sensación de paz en el corazón.

El rostro de Citlalli dibujó una sonrisa discreta, sintió que sus ojos se llenaban de agua. Respiró profundo nuevamente. Agradeció por esos momentos de conexión interna. Honraba la memoria de sus ancestras y ancestros, aunque en esta ocasión no había podido participar en la ofrenda familiar,  había otra forma de hacerles presentes, era importante recordar al linaje desde el corazón. Ahí tenían un sitio sagrado y con mucho amor.

El sonido del teléfono la hizo volver la vista a la oficina, se acercó a contestar la llamada. Posteriormente, retomó sus actividades. Mientras lo hacía agradeció también la oportunidad de tener ese espacio laboral, el servicio era una manera de que su linaje también estuviera presente. Volvió la mirada hacia la ventana, la noche había llegado  y el canto de los grillos la acompañaba.

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.