La Chiapanequidad a debate
Concuerdo con lo expresado por el Dr. Daniel Villafuerte Solís, economista chiapaneco, en su texto publicado el pasado 20 de noviembre en Chiapas Paralelo. De manera objetiva y con los datos en la mano, el Dr. Villafuerte Solís describe la situación del estado de Chiapas al tiempo que reconoce la disminución de la pobreza debido al esfuerzo y las medidas tomadas por el pasado Gobierno Federal. Queda mucho por hacer en Chiapas y sobre todo, por parte del gobierno local. Creo no equivocarme al afirmar que la opinión del Dr. Villafuerte Solís es compartida por un sector muy amplio de la sociedad en Chiapas. Aún no se ven mejoras sustanciales en el estado sino más bien la persistencia de males ancestrales y de otros que han surgido en contextos actuales. Al final de su artículo el Dr. Daniel Villafuerte afirma que difícilmente la Chiapanequidad salvará a Chiapas. Concuerdo con ello. Lo que puede salvar a Chiapas es un buen gobierno, eficaz en tomar decisiones encaminadas a disminuir-hasta dónde sea posible en los contextos actuales-la desigualdad social, a desterrar el racismo y toda suerte de discriminación. Lo que salvará a Chiapas es el destierro de la corrupción en la administración pública y en la impartición de justicia. Lo que salvará a Chiapas es una administración pública para y junto con el pueblo en su más amplia acepción. Lo que salvará a Chiapas es un sistema educativo orientado en todos sus niveles por el pensamiento crítico. Lo que salvará a Chiapas es que se deje de hostilizar a las comunidades académicas en las Universidades y los Institutos de Investigación, garantizando el ejercicio de la libertad de análisis y de expresión. La Chiapanequidad, es decir, el sentido de pertenencia a una comunidad cultural que Jan de Vos llamó “el sentimiento chiapaneco” por sí solo no puede salvar a Chiapas. La votación masiva en favor del Senador Eduardo Ramírez Aguilar que asumirá al cargo de Gobernador del estado de Chiapas el próximo 8 de diciembre, es resultado de la esperanza y del anhelo de los Chiapanecos, de ese conglomerado humano que comparte la Chiapanequidad, que expresa el reclamo por un vuelco radical de la administración pública para que esté concentrada en conseguir el bienestar social en la más amplia acepción del término. La población en su inmensa mayoría desea un Gobierno en el que el poder sea puesto al servicio de la sociedad y no al servicio de intereses particulares. En una palabra: el poder para servir y no para servirse. Si todo ello se concreta en el próximo Gobierno, este pasará a la historia, sin ninguna duda. El concepto de Chiapanequidad alude a un sentimiento de pertenencia que cohesiona a la comunidad cultural pero que no oculta la desigualdad social. Es positivo y de celebrase que se debata en torno a ello. En la Chiapanequidad radica el potencial de una acción conjunta en busca del bienestar general. Es un potencial que sólo adquirirá dimensión empírica a través de la práctica de una administración pública dedicada radicalmente a resolver la compleja problemática que origina la desigualdad social en todas sus dimensiones y expresiones. Chiapas sigue arrojando los índices de malestar social más preocupantes que se presentan en el país. Por supuesto que el cambio social con una perspectiva radical no se logra en un par de sexenios y menos en los entornos geo políticos en los que se inserta México como país. Pero lo que sí es posible lograr es iniciar con firmeza un nuevo proyecto de Nación, que equivale a un nuevo proyecto de sociedad, en el que lo medular sea desterrar la desigualdad social en todas sus expresiones. Un nuevo proyecto de Nación que incluya la prioridad por conseguir el cambio social en estados de la Federación Mexicana como Chiapas Y eso no es sólo –aunque es básico-asunto de un “buen gobierno” sino de una convicción profunda de la propia sociedad, que, me parece, se expresó en la votación popular pasada. Esa es la esperanza, el reclamo, el anhelo, con el que el pueblo chiapaneco-protagonista de la Chiapanequidad-espera al próximo gobierno: una nueva ERA en términos del bienestar general de la sociedad. La próxima administración pública en Chiapas está emplazada a instalar una administración pública eficiente, pensando en todo momento en la solución a los graves problemas que presenta la entidad y a desarrollar las capacidades del poder público al servicio del bienestar general, cuidando que se terminen los oprobios que han lacerado al pueblo. Y los resultados de una administración así se deberán ver al corto plazo.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 25 de noviembre, 2024
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