La muerte de niños y niñas de Gaza: atrocidad solapada

Fuente: Pintura de Malak Mattar: “My Mother”

Por Daniel Villafuerte Solís[i]

En 1981 se publicó la versión en castellano el libro de Robert Nisbet, historia de la idea de progreso. El texto comienza formulando las siguientes preguntas: ¿Cómo será la vida en Occidente el año 2000? ¿Nos aguarda una Edad de Oro, o estamos en un proceso de degeneración y condenados a una era tenebrosa? ¿Qué es lo que define el progreso, los elementos morales y espirituales o la riqueza material? ¿No será acaso la pobreza material el signo del auténtico progreso? Esto último es lo que han afirmado algunos pensadores a lo largo de la historia de Occidente, y también lo que opinan algunos teóricos en la actualidad.

A casi un año de iniciado el genocidio perpetrado por el gobierno de Netanyahu (7 de octubre de 2023), con apoyo abierto del gobierno de Estados Unidos y el consentimiento de sus aliados, el saldo es un teatro de horror con miles de muertos jóvenes, ancianos, mujeres y niños. En abril pasado el Senado de Estados Unidos aprobó una ayuda militar por 26 400 millones de dólares para Israel, como parte un paquete que incluye 60 800 millones para Ucrania y 8 100 millones para Taiwán[ii].

Con fundamento en la Convención sobre el Genocidio de 1948, Sudáfrica presentó en diciembre de 2023 una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia contra Israel por genocidio[iii] a lo que el gobierno de Netanyahu respondió que «Israel rechaza con repugnancia la difamación». En noviembre la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) recibió una remisión de Sudáfrica, Bangladesh, Bolivia, Comoras y Yibuti para investigar la situación en el Estado de Palestina[iv]. Sectores estudiantiles de México, Estados Unidos, Francia, entre otros, se han manifestado en contra de la guerra de exterminio; en Estados Unidos fueron reprimidos violentamente.

Hace unos días, el 18 de septiembre, la Asamblea General de la ONU votó una resolución para poner fin a la ocupación ilegal del territorio palestino por Israel en un plazo de 12 meses. La resolución fue apoyada por abrumadora mayoría, con el voto en contra de Estados Unidos y 43 abstenciones, entre otros, de Alemania, Canadá, Gran Bretaña, Italia, Costa Rica, Ecuador, Costa Rica y Guatemala[v]. No es extraño que los países poderosos se abstengan para mantener su alineamiento a La Casa Blanca, pero llama mucho la atención que lo haga un gobierno como Guatemala que ha sufrido históricamente el escarnio de Estados Unidos.

La débil presión internacional sólo ha logrado el inicio de negociaciones cuya condición de Israel para el alto al fuego es la permanencia de sus tropas en territorio gazatí. Mientras tanto el genocidio se mantiene y ahora se extiende al territorio de Líbano con bombardeos y ataques directos a la población.

La estadística es de horror, pero no conmueve a los poderosos. En cambio un grupo de 31 exmandatarios, entre los cuales se encuentran el colombiano Andrés Pastrana, pide a la Corte Penal Internacional la “captura y detención inmediata” del presidente Nicolás Maduro bajo la acusación de crímenes de lesa humanidad y terrorismo de Estado[vi]. Detrás de esta farsa se esconde el atrevimiento del presidente venezolano de desafiar el intervencionismo extranjero en las elecciones de Venezuela del pasado 28 de julio.

La Casa Blanca no se inmuta frente al genocidio perpetrado por el gobierno de Netanyahu. Por el contrario, termina de aprobar un presupuesto millonario para continuar con la guerra de exterminio contra el pueblo palestino.  Los datos publicados por la ONU son aterradores, ya que el Ejército israelí ha cometido violaciones masivas sin precedentes: “en la Franja han muerto más de 16 766 niños, al menos un millón han sido desplazados, 21 000 están dados por desaparecidos, 20 000 han perdido a uno o ambos progenitores y 17 000 se encuentran solos o separados de sus familias”[vii]. Los ataques han ocasionado 6 168 heridos, entre 7 de octubre de 2023 y 10 de septiembre de 2024, “miles más han muerto bajo los escombros”[viii], decenas han muerto por desnutrición y 3500 niños están en riesgo de muerte por la falta de alimentos”[ix].

El vicepresidente del Comité sobre los Derechos del Niño de la ONU, Bragi Gudbrandsson, sostiene que “La muerte indignante de niños es casi única en la historia. Este es un momento extremadamente oscuro en la historia”[x]. La UNICEF considera que el conflicto en “Gaza tiene un impacto catastrófico en la infancia y sus familias[xi]”, 1.9 millones de personas desplazadas, de las cuales más de la mitad son niños y niñas, la población experimenta carencia de agua, alimentos, combustible y medicinas.

Los niños y niñas llegan a “los hospitales con quemaduras graves, con lesiones que han requerido amputaciones[xii]”. La UNICEF es contundente en señalar que “se han identificado que más de 500 000 niños y niñas en Gaza necesitaban salud mental y apoyo emocional[xiii]”. Un número creciente de personas, sobre todo niños pequeños tienen dificultades para expresarse. Lo que está pasando en Gaza es un hecho inédito en el siglo XXI, que muestra claramente una crisis civilizatoria de gran calado. Una crisis de la humanidad alienada por el perfume el mercado, traducido en individualismo, indiferencia, racismo y clasismo.

A propósito del holocausto, Zygmunt Bauman escribió en 1989[xiv]: “El mundo se dividió en asesinos enloquecidos y víctimas indefensas junto con algunas personas que ayudaban a esas víctimas cuando podían, aunque casi nunca fuera posible. […]. Las víctimas iban al matadero porque no podían competir con un enemigo poderoso y fuertemente armado”.

Marx refirió en el 18 Brumario de Luis Bonaparte: «La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa». Lo que hoy estamos presenciando en Gaza es la repetición de la historia con nuevos ropajes que no se ajustan a su época, que, bajo el discurso del terrorismo, creado y globalizado por Estados Unidos, justifica el exterminio de hombres, mujeres y niños, para socavar los cimientos de sociedades y gobiernos no alineados a las políticas y decisiones de Estados Unidos.

La numeralia de la ONU y la UNICEF exhibe la atrocidad cometida por el gobierno de Israel y su Ejército y sin embargo nada conmueve, las imágenes de destrucción son indescriptibles, se trata de “limpiar el terreno” codiciado por Israel y Estados Unidos. “Todo está planeado: la destrucción de carreteras, edificios, escuelas, universidades, museos, monumentos e incluso cementerios, arrasados por excavadoras; el corte de agua, electricidad, gas, combustible e internet”[xv].

Se ha llegado al extremo de dificultar las acciones para salvar la vida de familias con niños: En la ciudad de Hamad las “fuerzas israelíes obstaculizaron durante tres días consecutivos, a pesar de los indicios iniciales de que había supervivientes, incluido niños[xvi]”; en Rafah se negó un operativo destinado a recuperar los restos de 30 personas para darles un entierro digno[xvii]”.

El escenario tendencial es de una guerra regional desigual: Mientras el representante permanente de Israel ante la ONU afirmó: «Permítanme ser claro: somos una nación pacífica, no buscamos la guerra, ni la deseamos[xviii]«, la representante de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, advirtió: «Con la región al borde de una catástrofe inminente, no se puede exagerar: No hay ninguna solución militar que haga que ambas partes estén más seguras«[xix]. La situación es muy grave, el gobierno de Israel atacó Líbano haciendo estallar dispositivos de comunicación, con un saldo de 30 muertes y decenas de heridos. La era tenebrosa es una realidad.

Frente a los hechos, las ciencias sociales están obligadas a examinar la profundidad del problema, su génesis, su naturaleza y lógica en un mundo cada vez más complejo, donde el viejo y nuevo colonialismo siguen generando conflictos en todo el mundo. La desestabilización política, la intriga, la mentira, el control de los grandes medios de comunicación, la construcción del andamiaje jurídico que sirve para derrocar el propio Estado constituido, en aras de la lealtad al gran capital que no satisface con nada sus ansias de ganancia.

[i] Investigador. Observatorio de las democracias: sur de México y Centroamérica (ODEMCA). Correo electrónico: gasoda2000@gmail.com

[ii] https://actualidad.rt.com/actualidad/507049-senado-eeuu-aprueba-millonario-paquete

[iii] https://unric.org/es/denuncia-sudafricana-contra-israel-por-genocidio-en-gaza/

[iv] Ibidem.

[v] https://news.un.org/es/story/2024/09/1532891?utm_source=Noticias+ONU+-+Bolet%C3%ADn&utm_campaign=9ebaeadd98-EMAIL_CAMPAIGN_2024_09_19_12_05&utm_medium=email&utm_term=0_e7f6cb3d3c-9ebaeadd98-%5BLIST_EMAIL_ID%5D

[vi] https://www.elcolombiano.com/internacional/expresidentes-denuncian-a-nicolas-maduro-ante-corte-penal-internacional-la-haya-LC25361138

[vii] https://news.un.org/es/story/2024/09/1532906?utm_source=Noticias+ONU+-+Bolet%C3%ADn&utm_campaign=b50e153ed3-EMAIL_CAMPAIGN_2024_09_20_12_05&utm_medium=email&utm_term=0_e7f6cb3d3c-b50e153ed3-%5BLIST_EMAIL_ID%5D

[viii] Ibidem.

[ix] Ibidem.

[x] Ibidem.

[xi] https://www.unicef.org/es/emergencias/ninos-ninas-gaza-necesitan-ayuda-emergencia-desesperadamente

[xii] Ibidem.

[xiii] Ibidem.

[xiv] Bauman, Zygmunt (1989). Modernidad y holocausto. Editor digital: Titivillus, p.5

[xv]  Traverso, Enzo (2024). Gaza ante la historia. Madrid: Akal, p. 30.

[xvi] https://news.un.org/es/story/2024/09/1532961

[xvii] Ibidem.

[xviii] https://actualidad.rt.com/actualidad/523755-israel-onu-nacion-pacifica-buscar-guerra

[xix] https://actualidad.rt.com/actualidad/523711-onu-advierte-catastrofe-inminente-oriente-medio

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