¡Caliente!

¡Caliente¡ Una historia del jazz latino de Luc Delanoy
Foto: Cortesía

Presentación del libro ¡Caliente¡ Una historia del jazz latino de Luc Delanoy,

en la librería Juan Bañuelos, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

29 de agosto del 2024.

En cualquiera de las formas en que uno lo lea, el libro ¡Caliente¡ Una historia del jazz latino de Luc Delanoy, nos permite tener una amplia mirada de cómo se construye y deconstruye eso que llamamos música latina.

Si lo leemos desde un punto de vista académico, nos concede una serie de trayectos sociales y de conceptos clave para entender el despliegue del arte y la música que, desde hace tres siglos a la fecha, Latinoamérica ha desarrollado en su largo camino a su emancipación cultural como diáspora, migración, identidades nacionales, grupalidades, colectivos, etnias, etc.

Si lo repasamos como un libro de música, se lee exquisito de principio a fin, desde cualquier ángulo estético por donde se aborde. Nos deja ver la propuesta de un cabal experto en la materia y gran conocedor de las pasiones que despierta eso que él llama “música latina”: desde sus actores y sus productos musicales; a partir de las distintas formas de pensarse así mismos como individuos, libres y poseídos al mismo tiempo, en la creación de su arte. Esclavos, negros, mulatos, religiosos y paganos, creyentes diversos, bailan y cantan ante nuestros ojos, como fantasmas en pena.

Si lo vemos como un libro de historia, tenemos ante nuestros ojos un huracán de datos cronológicos que no dejan dudas la sonoridad con que este continente se mueve (literalmente) a lo largo y anchos de todas sus geografías. Una historia trepidante, intensa, llena de arengas corporales y espirituales que, cantando y bailando bajo las lunas y soles de nuestras tierras, nos recuerda lo que esta parte del mundo propone: una recurrente y pasional historia musical, inagotable, dramáticamente bella y necesariamente intensa, desde el más simple y llano de los acordes, hasta las vastas producciones que a niveles planetarios ha llegado a consolidarse.

El libro ¡Caliente¡ Una historia del jazz latino, nos pone, de lleno y contundentemente, en las raíces de los históricos intercambios culturales que en Latinoamérica y el Caribe ha existido desde hace prácticamente 5 siglos. Este impecable recorrido, minucioso y astutamente perverso para atrapar al lector, de principio a fin, tiene la finalidad de facilitarnos una narrativa cultural de todo un continente que, ante el mundo, ha trascendido con sello y firma de la casa. Por supuesto, toda frontera geopolítica y territorial (eso que conocemos como “naciones”) son solo pretexto para traducir un lenguaje musical que repetidamente nos machaca en cada generación, en cada rincón de nuestro continente y en cada esquina de nuestros incendiados corazones.

Las partes con que se distribuye tal narrativa, propone un esquema ordenado de las múltiples raíces y orígenes de esta música latina. Por ejemplo, pienso que aún no hemos dimensionado el aporte musical que Cuba ha dado, no solo a Latinoamérica sino al mundo entero. Tenemos atisbos y remembranzas de los lugares comunes con los cuales hemos crecido musicalmente, donde quizá la Trova y la llamada música de Salsa hayan sido lo más representativo de estos imaginarios. Pero ahora, leyendo la obra del Dr. Delannoy, una especie de magia musical que nos recorre el pensamiento cuando hablamos de Cuba, por la impresionante gama de estilos y de ritmos que desde ahí se han creado. Pero pocas veces nos hemos puesto a pensar la genealogía de esta fama ganada a base de vanguardias musicales creadas desde las profundidades de las comunidades de la isla.

O la influencia que tuvo Estados Unidos, cuna de otros ritmos también llenos de historia e influencia para la reproducción de todas las músicas posibles venidas de allende el mar, o como la mítica Nueva Orleans y, desde luego, la ciudad de Nueva York.

Esto nos lleva pensar en la gran influencia de lo latino actualmente en el mundo de la música. Una pregunta sería: ¿Qué ha pasado con los procesos de consumo de la música latina en el mundo? ¿Qué imaginario político y social imperó en estas décadas para que “lo latino” tenga fuerza como un producto de tanta potencia y mercado, así como de arraigo y repentino triunfo sobre otras músicas? Desde la cubanización de Miami por medio de la rumba caribeña; la aparición de Ricky Martin en el Mundial de Futbol del Francia 98; con Shakira en la Copa del Mundo del 2010 en Sudáfrica, y hasta la música caliente y de saturado movimiento de reguetón en las estepas heladas en Las Olimpiadas de Invierno de Sochi, Rusia, 2014.

Esta presencia artística latina en eventos de tala mundial, fue el inicio de la entronización de esta música alrededor del mundo, teniendo su clímax con el reguetón, donde sus cantantes han sido los más consumidos por las redes sociales y no hay rincón del orbe que no lo baile. Lo latino es ahora prototipo de lo que es capaz el mercado con tal de impulsar un estilo y una propuesta musical.

Pero también se propone el impulso de la cultura latinoamericana, lo que queramos que eso sea. De ser considerada Latinoamérica una región “desde los márgenes”, hoy se manifiesta como parte de un legado, de una trayectoria temporal y cultural que reviste una definitiva importancia cuando observamos el impacto mundial de nuestra música.

Estas interrogantes encuentran pistas en ¡Caliente¡ Una historia del jazz latino, a partir de la apertura temática brindada en sus capítulos, por los cuales se entienden esos caminos culturales ya mencionados. Luc Delanoy nos los explica como quien narra una historia que ya vivió, en tono de camaradas, con la lucidez intelectual de quien labró un trabajo serio y obstinado para encontrar lo que él quiere que leamos de sí mismo.

Así, una vez logrado este objetivo, solo tenemos que decir lo oportuno que es libro de Delanoy hoy día porque, aunque el estudio tiene poco más de 20 años, la pertinencia e importancia del contenido, tiene una colosal vigencia. El libro es ya un clásico de la literatura musical. Nos lleva de la mano de las conexiones tan estrechas que tienen los territorios, las regiones construidas desde el arte, las geografías nacionales que se vinculan emocionalmente y reproducen espíritus indomables preñados de ritmo y melodía; de danza y letanías emocionales, de fuerza y compromiso por una identidad. Añoranzas a pasados dolorosos, unidos ahora a prometedores futuros en los oscuros tiempos que nos toca vivir. Un libro que nos refresca, tanto la memoria, como las vértebras espirituales de quienes amamos la música en todas sus expresiones.

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