Los fascismos, Europa, América Latina y Caribeña
Los escenarios sociales y políticos de la Europa actual, muy bien aclarados por textos de Miguel Lisbona en este mismo Chiapas Paralelo, nos llaman la atención hacia una realidad que se muestra muy compleja. El capitalismo como modo de producción mundial, se inició precisamente en Europa Occidental y desde allí, a través del colonialismo, se instituyó en prácticamente todo el mundo. La interpretación de ese proceso histórico en el que aún permanecemos, con sus diferentes etapas y características, ha dividido no sólo a los académicos como tales sino a las corrientes políticas de la llamada izquierda, que en verdad, son muchas izquierdas. Una de las manifestaciones más siniestras de la derecha es el fascismo que también presenta diferentes características y que en la actualidad avanza en Europa. El fascismo alude, ante todo, a una configuración de dominación caracterizada por el autoritarismo traducido en un monopolio de la dominación política. Tal monopolio se expresa en la existencia de un partido único, de masas, organizado en forma jerárquica con un jefe máximo a quien se le rinde culto; el fascismo anima a un nacionalismo de Estado exacerbado presentando a las identidades como esencias. Pugna por una confrontación con el socialismo y apela a un mundo corporativo construido a través del imperialismo en el supuesto nombre no sólo de las naciones pobres sino de una asumida superioridad racial. A la oposición se le elimina físicamente y se instaura una violencia que bien puede caracterizarse como terrorista. Los modelos empíricos culminantes del fascismo lo representan el nacional socialismo de Hitler en Alemania, el Fascismo Italiano de Benito Mussolini en Italia, así como el totalitarismo de Francisco Franco en España. Pero hay múltiples variantes de esta configuración política que incluso llega al cinismo de presentarse como anti capitalista. Partidos políticos como Vox en España o los gobiernos de Víctor Orbán en Hungría y de Giorgia Meloni en Italia son variantes actuales del fascismo, que se ve fortalecido con el discurso antiinmigrantes en el contexto de una Europa que hoy es escenario de una ola de inmigrantes procedentes de sus antiguas colonias. Seguramente en las aulas de muchas universidades resurgirá el análisis del fascismo contemporáneo ante el avance de sistemas autoritarios y xenófobos que fomentan la hostilidad y el odio hacia los inmigrantes. Ante este avance del fascismo y de otras manifestaciones de la derecha, las izquierdas permanecen desunidas. Es una historia muy añeja. Desde los días del propio Karl Marx y Federico Engels, los jóvenes se dividieron entre “Hegelianos de izquierda y Hegelianos de Derecha”. A su vez, los Hegelianos de Izquierda se dividieron en radicales anticapitalistas y en gradualistas. En los tiempos de Lenin, la izquierda se dividió entre mencheviques y bolcheviques, protagonizando enfrentamientos intensos. Incluso, una personalidad crítica como Rosa Luxemburgo encaró al propio Lenin. En los tiempos en que en China se tejía una revolución socialista bajo el liderazgo de Mao Tse-Tung, Stalin reaccionó al grado de ordenar la eliminación del líder chino en aras de que se cumpliera la teoría estalinista del “socialismo en un solo país”, una consigna que se contradecía con la de “proletarios del mundo, uníos” lanzada por Marx y Engels. Y ya no digamos en América Latina en donde las divisiones de las izquierdas son constantes, con acusaciones mutuas, mientras avanza la derecha o bien teje golpes de Estado como el más reciente en Bolivia, que fue abortado por el gobierno de Luis Arce. Incluso, y no vale la pena ocultarlo o tratar de esquivarlo, entre los propios grupos guerrilleros ocurrieron “ajusticiamientos” como el asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton por sus propios compañeros. En Managua, Nicaragua, los propios guerrilleros de una facción asesinaron a una de sus comandantes, Ana María, en una casa de seguridad en la madrugada del 8 de abril de 1983. Este asesinato fue muy comentado y ocasionó la intervención de uno de los más respetados comandantes sandinistas, Tomás Borge, quien enfrentó a quien dio la orden de eliminar a la comandante Ana María y lo obligó a darse un tiro con una pistola que el propio Tomás Borge le proporcionó. En Guatemala también sucedieron hechos similares. En México, el caso del notable escritor José Revueltas es significativo. Por su talante crítico, Revueltas fue expulsado del Partido Comunista Mexicano e incluso de la Liga Comunista Espartaco que él había fundado. Todo ello pasa a esa historia de divisiones de las izquierdas en cuyo contexto llueven las acusaciones de uno y otro bando. No cabe duda que en el terreno de las ideas y de las ideologías, lograr la unidad es un camino plagado de dificultades, lo que contrasta con las derechas y el fascismo que defienden los más crudos intereses. Ante el reparto del botín no sólo político sino sobre todo económico, las derechas se unen. Mientras, las izquierdas siguen en la discusión de cuál es la verdadera lucha anticapitalista y cuál la estrategia y la táctica que debe seguirse para alcanzar la propuesta de Marx y Engels: desterrar al capitalismo e instaurar una sociedad sin desigualdad social, prejuicios y odios. Así mismo, el destierre de la propiedad privada de los medios de producción, que no significa destierre de toda propiedad individual, sino poner en manos de la comunidad de trabajadores a los medios de producción y evitar la explotación del ser humano por otro ser humano. En términos históricos el capitalismo es una configuración relativamente joven en la Historia y aún queda un camino largo y difícil para lograr a una humanidad fraterna, sin conflictos de clase, culturales o raciales. Pero el ideal está allí. Y por cierto, no hay señalamientos y planteamientos de las ciencias sociales que se hayan y se sigan discutiendo más, que estas propuestas hechas por el filósofo de Tréveris. Vuelven a las librerías los textos de Marx y Engels en espléndidas ediciones, revisadas y editadas por conocedores de los temas que trataron los míticos autores; incluso, existen videos que narran la vida de Marx y Engels y comentan lo más destacado de sus ideas. Pero eso no borra las divisiones de un plumazo, pero si invita a la reflexión de las realidades que se viven en el mundo como el genocidio que a la vista de todos ocurre en Gaza o como los embates de las derechas que no están dispuestas a que la humanidad viva en paz, puesto que al mismo conflicto lo convierten en negocio. Ninguna teoría puede alzarse como la única que logra explicar la condición humana. Eso es así. Pero lo que si es factible es impulsar el pensamiento crítico, el análisis y buscar con sinceridad la convergencia de quienes buscan que la Humanidad supere los horrores de la guerra y de la explotación del ser humano por otro ser humano. En América Latina-y México no es la excepción-hay situaciones y movimientos esperanzadores que marcan caminos interesantes que difieren de lo que ocurre en la vieja Europa. En fin, estimadas lectoras y lectores, tómense este texto-agradecido por su lectura-como la expresión de un antropólogo que ve una posibilidad luminosa en el esfuerzo de los Pueblos de esta Nuestra América por encontrar un mundo mejor.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 30 de junio, 2024
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