Los carteles sí matan a la gente
Desespera, por decir lo menos, las actitudes de la presidencia y el gobernador chiapaneco. Señores en Chiapas se libra una guerra de alta intensidad de parte de al menos dos carteles de drogas y que se asesinan entre sí, usando sicarios y fuerzas especiales, en algunos casos, de origen guatemalteco y también de Venezuela.
Estos carteles usan a la gente, y si se niegan la amenazan y las matan. Controlan ejidos y comunidades ya sea del municipio de La Trinitaria, Frontera Comalapa, Chicomuselo, Motozintla, Amatenango de la Frontera, Bejucal de Ocampo, Siltepec, la Grandeza y el Porvenir. Este territorio permite el acceso a los Valles Centrales y el Pacífico, rutas de importancia para al trasiego de armas, drogas.
Estos carteles no solo tienen y controlan accesos de la llamada Panamericana, sino se disputan zonas que vienen desde Cintalapa, Ocozocoautla y Berriozábal, llegando a impones toques de queda en colonias del oriente de Tuxtla.
En la región de los Altos, controlan desde Pantelhó, hasta San Cristóbal de Las Casas, con dos cédulas como la de Chamula, o las de los Herrere en Pantelhó. Controlan en alianza con organizaciones sociales, mercados, y usan a gente en motos automáticas (motonetas); incluso para su reclutamiento, la motoneta va de regalo y lo que obtengan de las ventas de armas y drogas, lo cual, si la imaginación es grande, San Cristóbal de Las Casas, es la segunda ciudad del sureste, después de Cancún, con mayor venta al menudeo.
La droga se vende en mercados, en plazas y hostales, que ahora son una nueva forma de tener cuartos baratos para el nuevo tipo de turismo (mochilero). Hay un poder construido desde la organización social, en la zona norte, en Betania, municipio de Teopisca, y que se ramifica desde la frontera de Chiapas, sube por los Altos y se extiende hacia el norte, pasado por San Andrés, y sube por la zona zoque, en los municipios de Rincón Chamula y Pueblo Nuevo Solistahuacán. No he nombrado muchos municipios, pero es ya la mayor parte de esta región de Chiapas que se encuentra en disputa por estos dos carteles.
Un alto. Ahora se anuncia un nuevo cartel: el llamado Chiapas Guatemala, que en realidad es el Jalisco Nueva Generación. Lo que hacen, en este caso el cartel, es que tienen en sus filas gentes que provienen de Guatemala, y se alían además los “Huistas”, sicarios que de verdad, son de miedo.
En la selva, desde hace ya muchos años, incluso antes del inicio de la crisis por el asesinato de unos de los hijos del cartel de plaza, de Sinaloa, cartel predominante en Chiapas desde el siglo XXI; Sinaloa controla todas las pistas aéreas de la selva, y del norte tseltal como Chilón y Yajalón, en donde también se ha desatado la violencia.
No se trata de algunas comunidades, es una guerra en un territorio que, como hemos visto abarca gran parte de Chiapas, pero también implica a Tabasco, Quintana Roo, Veracruz y Oaxaca ya que no podemos ver solo una línea que separa Guatemala de México. Además como sabemos, estos territorios en frontera, implica una movilidad cultural, económica, social y política añeja, que hoy se encuentran en riesgo enorme por la falta de voluntad política, primero para reconocer la gravedad de la situación y segundo y más importante, intervenir con la fuerza del Estado para detener la violencia, darle seguridad a la personas que habitan (habitamos), estos territorios.
Lo que se vive ahí es de terror, y todo nos indica que sobreviven porque no les queda otra cosa, que es la de huir a lugares como comunidades de lado de Guatemala, que como sabemos son comunidades que saben de la violencia política.
Es reprobable la actitud del gobernador Escandón. Su función no es platicarnos del clima, o de las amenas charlas matutinas nombradas mesas de seguridad pues lo que menos existe es seguridad en la entidad.
Autos robados a mansalva en carreteras cercanas a la capital, en ciudades como San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla, Berriozábal, en la Costa. Y esa negación producto de una lectura equivocada de las cifras de violencia. Nadie le discute que exista más violencia en Guanajuato, lo que es terrible, pero señor gobernador, señora secretaria de gobierno: En Chiapas hay una guerra de carteles que mata a la población campesina que sufre, además, cobros por su trabajo, y si no se paga o aceptan a los carteles, asesinan a los pobladores, sin importar edad, sexo o circunstancia.
No debe ocuparnos si somos noticia nacional o internacional, sino el deber de proteger a la sociedad chiapaneca. Esperamos que la tan cacareada “nueva ERA”, haga lo que en seis años no se ha hecho, y parece que ya no se hará y que es proteger a los vulnerables, o como se dice con tanta pompa: al pueblo de Chiapas. Esperamos que por una vez en este sexenio se mire a la gente, y dejen de lado la retórica.
ggonzalez@ecosur.mx
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