La oferta turística de bienestar (wellness)
El turismo, sin ser masivo, es cotidiano en Chiapas desde hace años por recibir la visita de ciudadanos nacionales y extranjeros en distintos de sus destinos, o por ser los propios chiapanecos los que se asumen como turistas dentro y fuera de las fronteras del país. No resulta el turismo un elemento simple de referir porque se ha incrementado su adjetivación entre los especialistas de su estudio para definir lo que busca el turista o lo que causa en los lugares donde llega.
Al clásico turismo de sol y playa y al más antiguo turismo cultural se agregan recientemente otros muchos, como pueden ser el gastronómico o el religioso. Entre estas últimas caracterizaciones turísticas ha emergido el llamado turismo wellneso de bienestar en la traducción castellana. Es decir, dentro de las tendencias de la práctica turística aparece esta modalidad que, además de viajar y romper con la cotidianidad, busca estar en lugares o realizar actividades vinculadas con su carácter “sano”, tanto en lo físico como en lo emocional. Un estilo de vida donde lejos de los excesos de cierto turismo se hace hincapié en el mejoramiento corporal y mental o en la alimentación saludable, y todo ello en un entorno físico considerado apacible.
Una elección del destino turístico que, más allá del viaje, desea convertirse en una experiencia que insiste en la idea de bienestar propio. Así, y desde el punto de vista del mercado turístico, se amplía la oferta para aquellos viajeros que se desplazan fuera de sus habituales lugares de residencia. Movimiento de población que incluye la idea, discutible si se quiere, que su impacto será mínimo en los lugares donde lleguen estos visitantes. Unos turistas que, más allá de lo expresado por las ofertas, son contemplados con mayor poder adquisitivo que el demostrado en otras modalidades turísticas.
Desde hace décadas, México ha optado por el turismo como una fuente de ingresos y para la creación de empleos. Elección de dudosa certeza y, también, discutida por los estudiosos del fenómeno turístico dado que tal opción suele abandonar otras posibilidades económicas y poner, como se diría de forma popular, todos los huevos en la misma canasta. La apuesta turística, que no parece modificarse cualquiera que sea el gobierno en turno, ahora toma el turismo de bienestar como otra más de las ofertas en territorio nacional donde se privilegian aspectos vinculados a su biodiversidad y, como no podría ser de otra forma, los relacionados con los conocimientos y prácticas ancestrales. En México, es en la Riviera Maya, frente a Isla Mujeres, donde ya funciona Sha Residences México, establecimiento exclusivo de este turismo destinado al “bienestar” y que ya cuenta con otras ofertas en distintos lugares del mundo.
Chiapas, sin contar con grandes infraestructuras turísticas, ofrece en alguno de sus destinos y establecimientos, aspectos propios de este turismo de bienestar. Lo más curioso, o tal vez no lo sea tanto, es que buena parte de su población e, incluso, de quienes trabajan para esos visitantes, rara vez tienen las posibilidades de seguir las directrices de bienestar buscadas. Paradoja, como otras tantas, donde la representación supera la existencia. Como diría el pensador francés, Jean Baudrillard, en nuestra sociedad la propia realidad no es más que simulacro de la misma realidad.
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