La apoteosis de Nayib Bukele: ¿seguridad mata democracia?

Nayib Bukele. Foto tomada de su cuenta de FB. https://www.facebook.com/photo.php?fbid=774632447354894&set=pb.100044244378596.-2207520000&type=3

 

Por Daniel Villafuerte Solís[i]

El pulgarcito de América, con una población de 18 millones de habitantes, de los cuales 5.5 millones se encuentran en condiciones de pobreza, arrastra un pasado desgarrado por la guerra civil, la violencia estructural y por el éxodo.  A lo largo de los años se ha construido una cultura de la migración debido a que las expectativas de una vida digna y un futuro promisorio, sobre todo para los jóvenes, están negadas en el país.

La guerra civil que duró una década dejó una estela de muertos y desaparecidos, se estima que sólo entre 1978 y 1983 murieron 50 mil personas. La guerra destruyó el tejido social y las heridas todavía no terminan de sanar; originó la emergencia de las pandillas, contra las que se ha emprendido políticas de mano dura y de súper mano dura en los gobiernos de derecha y de izquierda (ARENA y FMLN), ahora Bukele, con su partido Nuevas Ideas, decretó el Estado de excepción y construyó la cárcel más grande de América Latina.

La diáspora salvadoreña en Estados Unidos se estima en 1.4 millones[ii], la mitad de ellos en situación irregular. Las remesas familiares alcanzaron 7 818 millones de dólares en 2022[iii] y en 2023 rebasó los 8 mil millones, equivalente al 24 por ciento del PIB, situación que coloca al país en una fuerte dependencia de estas divisas. La diáspora continúa, en 2023 se registraron 24 308 migrantes irregulares de paso por la frontera sur de México[iv] y 6 123 solicitudes de refugio[v], con lo que ocupó el cuarto lugar después de Haití, Honduras y Cuba.

En 2021 la tasa de desocupación abierta fue de 6.9 por ciento y la migración se convirtió en un medio de vida fundamental, además de constituirse en un tema de seguridad nacional por el alto nivel de dependencia de la entrada de dividas por concepto de remesas familiares, que rebasa el valor de las exportaciones.

El Salvador es un país con un tejido social desgarrado por la emigración internacional de millones de salvadoreños, propiciada por dificultades económicas y la pobreza de su población, la formación de pandillas convertidas en el azote de la sociedad, que viene de una guerra civil propiciada por las grandes injusticias y desigualdades sociales. Es una sociedad que saliendo de la guerra se subió al tren del neoliberalismo con dramáticas consecuencias.

De acuerdo con el Banco Central de Reserva, durante 2023 la economía creció en 3.5 por ciento, el valor nominal del PIB fue de 34 015 millones de dólares, un aumento de poco más de 2 mil millones respecto al PIB de 2022[vi]. Aun con todo, es una economía con una estructura débil que depende de la construcción y los servicios. El saldo de la deuda externa al IV trimestre de 2023 fue de poco más de 22 mil millones de dólares, equivalente al 64 por ciento del PIB y la inversión extranjera directa entre 2022 y 2023 no ha rebasado los 10 mil millones de dólares (cifra equiparable a las remesas familiares), predominantemente dirigida al sector financiero, seguida de la industria.

La dolarización de su economía desde 2001 y el experimento de la moneda electrónica (bitcoin) hasta ahora no ha traído ningún beneficio para la población. El Salvador asombró al mundo por hacer del bitcoin la divisa oficial a partir de septiembre de 2021 con la llamada Ley Bitcoin. La estrategia para introducir el uso de la modela electrónica entre la población se abrió con la Chivo Wallet con 30 dólares para cada persona, la cual resultó un fiasco. Muchas cuentas fueron hackeadas y se estima que el gobierno ha perdido por la baja del precio del bitcoin, aunque recientemente ha subido de precio, cotizando a 73 mil dólares por unidad, frente a los 16 mil dólares en enero de 2023, con lo que Bukele ha reprochado a sus críticos que auguraban el fracaso.

Nayib Bukele llegó al poder presidencial por primera vez en 2019 por el voto popular, cansado de un sistema bipartidista (ARENA-FMLN), con la esperanza de una transformación que conduciría “a un mundo feliz”.  Dos partidos enfrentados durante mucho tiempo, pero sin ofrecer un cambio sustancial a la situación sociopolítica y económica, a la descomposición social expresada en violencia estructural y criminal.

En aquel momento nadie imaginó que bajo el nuevo traje del rey se escondía un proyecto antidemocrático, como bien sintetiza Jorge Cuéllar: Su partido “ha aniquilado a la oposición, capturado la imaginación salvadoreña común y sacado provecho de la débil institucionalidad del país”[vii]. Violando la Constitución se reeligió el 4 de febrero de 2024 sin haber cumplido las promesas de campaña de su primer periodo.

El Estado de excepción comenzó desde que Bukele asaltó el Congreso con la ayuda de militares y ocupando la mesa de debates, lo que constituyó un secuestro del parlamento. Luego vino el golpe a la fiscalía de la República, puso una fiscalía a modo e impuso un decreto por el que se prohibía investigar todos los negocios del gobierno durante la pandemia.

Bukele llega a la reelección en medio de una serie de contradicciones en la sociedad salvadoreña. Una sociedad azotada por la violencia, con un tejido social desgarrado por la emigración internacional de millones de salvadoreños, propiciada por dificultades económicas y la pobreza de su población, la formación de pandillas convertidas en el azote de la sociedad, que viene de una guerra civil generada por las grandes injusticias y desigualdades sociales. De manera que la oferta más importante es acabar con el flagelo de las pandillas y con ello la violencia

En marzo de 2022 Bukele implemento formalmente el Estado de excepción, una ofensiva contra las pandillas que se traduce en la violación de los derechos humanos de todos los salvadoreños: suspensión de garantías constitucionales, entre otros el derecho de ser informado de los motivos de detención y asistencia legal. El número de detenidos en la mega cárcel (llamada oficialmente Centro de Confinamiento del Terrorismo)frisa las 80 mil personas, 7 mil han sido liberados, pero llevan su proceso fuera de la cárcel.

Se estima que 100 mil menores han sido afectados por el régimen excepción[viii] pues no cuentan con el apoyo del Estado en materia de cuidados, educación y salud. Un informe reciente refiere que a dos años de la medida “241 personas han fallecido bajo custodia del Estado, el 44% fueron muertes violentas como torturas, el 29% por falta de atención médica”[ix]. Ana Piquer, de Amnistía Internacional, refiere que el gobierno de Bukele “demuestra su incapacidad para diseñar medidas integrales de largo plazo que aborden las causas subyacentes de la violencia y la criminalidad, sin forzar a la población a elegir entre seguridad y libertad”[x].

Con Bukele se produjo un retroceso en la débil democracia, un nuevo tipo de dictadura que se asienta en la represión, en el atropello a los derechos humanos, en la corrupción y violación sistemática a la Constitución. ¿Cómo explicar la simpatía que goza Bukele?, no es un tema fácil de elucidar. La izquierda todavía no ofrece una explicación. ¿Qué tipo de régimen representa Bukele? ¿Es un populismo de ultraderecha, o se trata de un fascismo embrionario que cuenta con una amplia base popular? ¿Qué significa para los salvadoreños las prácticas implementadas por este régimen?

El Estado de excepción en El Salvador se convirtió en normalidad y Bukele en un referente que pasará a la historia como el presidente que transgredió los principios fundamentales de la democracia al violar la división de poderes y la Carta Magna. En el plano internacional, en particular sobre el tema del asalto a la embajada de México en Ecuador, en el marco de la reunión extraordinaria convocada por la OEA fue el único país que se abstuvo de condenar los hechos. Aquí se advierte una contradicción elemental entre lo político y la política. Lo instituido se mueve en una contradicción

[i] Observatorio de las democracias: sur de México y Centroamérica (ODEMCA-CESMECA).

[ii] https://reliefweb.int/report/united-states-america/encuesta-de-poblacion-salvadorena-en-estados-unidos-el-salvador-2022

[iii] https://www.bcr.gob.sv/documental/Inicio/vista/c36661c61608cc6e58128ca87ff8600f.pdf

[iv] http://politicamigratoria.gob.mx/es//PoliticaMigratoria/CuadrosBOLETIN?Anual=2023&Secc=3

[v] https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/891163/Cierre_Enero-2024__1-Febrero_.pdf

[vi] https://www.bcr.gob.sv/2024/03/22/la-economia-salvadorena-crecio-3-5-en-2023/

[vii] https://elfaro.net/es/202402/columnas/27248/despues-del-4f-el-salvador-entra-a-terreno-inexplorado

[viii] https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/100000-menores-de-edad-han-sido-afectados-por-el-regimen-de-excepcion-20240131-0075.html

[ix] https://revistalabrujula.com/2024/04/05/dos-anos-del-regimen-de-excepcion-241-muertes-segun-informe-de-socorro-juridico/

[x] https://www.amnesty.org/es/latest/news/2024/03/el-salvador-two-years-emergency-rule/

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