¿Es posible el Nearshoring en Chiapas?
Si pudiéramos resumir lo que ha pasado en el mundo en los últimos años y que además concluyéramos -como es la realidad- que esos eventos globales nos han afectado a todos sin importar la edad o el lugar en donde vivamos; tendríamos que decir que esos eventos son: el crecimiento de la clase media china y el consecuente aumento de sus ingresos, la guerra comercial que el gigante oriental libra contra Estados Unidos y que cambió las reglas arancelarias incluso mundiales, también la pandemia del Covid con sus tragedias personales y colectivas y; además con la inflación que causó, que sigue sin amainar y también las interrupciones de los suministros a todos los mercados y no podemos además de enumerar la guerra en Ucrania.
En materia económica todas esas condiciones mundiales, afectaron lo que se conocen como las “cadenas globales de valor” que son definidas como “el conjunto de actividades llevadas a cabo en distintas localidades geográficas y que son necesarias para la producción de un bien o servicio”. Esas localidades pueden ser regiones o países.
En el fondo, si bien las cadenas globales de valor abaratan un producto cuando llega a su consumidor final; también significan una dependencia hacia una región específica o a varias. Ante las condiciones actuales mundiales, acabar con esa dependencia, se convirtió en una prioridad para las empresas del mundo, que obviamente aspiran a producir barato para vender barato, pero que también tienen como uno de sus propósitos principales asegurar sus mercados.
Es en ese momento que aparece o se revive un concepto económico: el “Nearshoring” que es definido como la reubicación de ciertos procesos productivos que actualmente se llevan a cabo en regiones distantes hacia países geográficamente más cercanos del centro de consumo. De manera tal que; en las actuales condiciones geopolíticas mundiales, la proximidad geográfica con el cliente final termina teniendo un impacto positivo en la productividad de la región que recibe las inversiones del “Nearshoring”.
Se habla ya del “Nearshoring”. Pero también del “Friendshoring”, concepto que significa reubicar procesos productivos hacia países que tienen prácticas comerciales similares y vínculos culturales, lingüísticos e ideológicos más estrechos con las economías avanzadas.
Los dos conceptos se adaptan perfectamente a México. Nuestro país tiene frontera con Estados Unidos, el país con mayor poder adquisitivo del mundo y con EU además se tienen vínculos comerciales e incluso culturales. De hecho, por actividad económica y movilidad de personas, la frontera México-americana no tiene precedentes en el mundo.
Por eso ante el “Nearshoring” y el “Friendshoring” las proyecciones económicas mundiales le auguran a nuestra nación un futuro económico prometedor o en su caso, acorde con los requerimientos mundiales. Incluso se habla de la certidumbre jurídica -como condición esencial-que se logró primero con el TLC y que se consolidó con el reciente acuerdo denominado TMEC.
Es claro que dos conceptos representan una oportunidad de crecimiento económico ante las condiciones adversas de la economía mundial. Concretamente, México puede recibir inversiones que hoy se encuentran en China. Los datos económicos disponibles indican que esa recolocación de inversiones está sucediendo y creciendo.
Si bien, la posición de México ante el “Nearshoring” y el “Friendshoring” es inmejorable, hay que tener presente que también representa desafíos. El más importante de ellos es la disparidad de desarrollo entre nuestras dos fronteras, la del norte y la del sur.
En el norte y desde hace por lo menos dos décadas en otras regiones del país, las condiciones para el desarrollo de inversiones de “Nearshoring” y el “Friendshoring” rebasan la simple posición geográfica si se compara con la cercanía al mercado de Estados Unidos y el costo de los salarios, que resultaron atractivos por baratos. Se desarrollaron proveedores, se construyó infraestructura y se aseguró el suministro de energía. Aspectos de condiciones económicas que se adolecen en el sureste y también en Chiapas.
Observemos que el norte y otras regiones del país tienen parques industriales y producen motores, electrodomésticos, celulares, componentes electrónicos, televisiones de última generación, computadoras, automóviles y otros productos tecnológicos. Ese tipo de producción termina en Puebla. Hacia el sur-sureste ya no se encuentra.
Es decir, en el sur-sureste y en Chiapas estamos lejos de lograr producir ese tipo de mercancías que requieren los mercados actuales se requiere primero invertir en tres aspectos esenciales de infraestructura de lo que hoy adolecemos: infraestructura física, energética y de transporte. Además, es necesario fortalecer el estado de derecho.
En pocas palabras, se requiere que el estado sea el promotor y el generador de la infraestructura y las condiciones políticas necesarias para aspirar a recibir inversionistas.
La denominada Cuarta Transformación creó el “Corredor Interoceánico o Transístmico”. Una obra de infraestructura que acerca las comunicaciones a Chiapas y que ante el “Nearshoring” y el “Friendshoring” adquiere una importancia esencial. La obra contribuye a darle al estado acceso a una infraestructura con salida a los mercados internacionales por lo menos para nuestra producción agropecuaria. Que deje de ser exclusivamente para productos agropecuarios es el reto del estado de Chiapas.
La brecha del estado con la industria nacional es alta. El primer reto es dejar que siga ensanchándose. En ese sentido, es un buen inicio que el probable próximo gobierno declare que llevará el internet a todas las regiones del estado pues con ello se puede expandir y divulgar el conocimiento entre las comunidades chiapanecas.
Se abatiría con ello un rezago importante e histórico porque incide sobre un indicador esencial para la competitividad: la brecha digital que nos separa de las regiones desarrolladas del país y que les ha permitido adaptarse mejor que el sur-sureste al mundo globalizado, tecnológico e interconectado.
Hay que pensar incluso en la velocidad del programa. De entrada, se enfrentarán al reto de ofrecer internet a más de 21 localidades chiapanecas números más, números menos. Por eso el reto es enorme, abarcar el mayor número de localidades en el menor tiempo posible. Otros países lo han logrado. ¿Porqué no podría Chiapas?
Es posible que el Nearshoring llegue a Chiapas. Pero primero habrá que pensar en crear las condiciones para ello para insertarnos en el futuro. Lo que tenemos por hacer y por delante, es que solamente participemos en la nueva coyuntura mundial como productores agropecuarios.
Correo: geracouti hotmail.com
X: @GerardoCoutino
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