“…Y esto para los Jóvenes…”

Desprivatizar la memoria, un arma para combatir la violencia política.
Foto: María Ruiz

Es una frase que con constancia repite el Presiente de la República durante las conferencias llamadas ”mañaneras”. Esa frase alude a características de la “vida pública” del país, a los rasgos que caracterizaban al sistema político, a sucesos que se supone quedaron en el pasado. Y parafraseando al Presidente escribo este texto en alusión a lo que sucedía en tiempos de sucesión presidencial, allá por los años de dominio de un solo partido en México. Más o menos un año antes se iniciaba el proceso hablándose del “tapado”. Nótese que el término alude a la categoría varonil de quien se suponía sería el candidato del partido invencible. Para nadie era un secreto que las mujeres tenían vedado el acceso a ser “tapadas”. Ese “tapado” era el resultado de lo que se denominó “el dedazo”, es decir, el Presidente de la República en turno designaba a su sucesor. Pero no sólo: también le ordenaba al partido en el poder quién debería ocupar las gubernaturas de los estados y aún, los puestos claves en la Cámara de Diputados y en la de Senadores. Al respecto, recuerdo un anécdota que nos narró durante una comida el Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, quien era muy cercano a Don Adolfo Ruiz Cortínez, a la sazón de la anécdota, el Presidente de la República ( 1952-1958). Por aquellos años, el Dr. Aguirre Beltrán aspiraba a la Gobernatura de su estado natal, Veracruz y le pareció lo más normal comunicar su deseo al Presidente. Así lo hizo y Don Adolfo le aconsejó que se reuniera con las llamadas “fuerzas vivas” de su estado, hiciera campaña, se mostrara, y que con ello iría asegurando la anhelada candidatura. Llegó el momento en el que, reunida la directiva del Partido en Xalapa, había que abrir el sobre que contenía el nombre del elegido. Gran sorpresa se llevó el Dr. Aguirre Beltrán al no escuchar su nombre: el candidato era otro. No tardó el Dr. Aguirre Beltrán en acudir a la Presidencia de la República para hablar con Don Adolfo y aclarar lo sucedido. Narraba el Dr. Aguirre Beltrán con gran agudeza y sentido del humor, que al ingresar al despacho presidencial Don Adolfo se separó del escritorio y acudiendo hacia él lo abrazó diciendo “perdimos, hermano”. Al final, Don Adolfo tuvo el buen tino de elegir al Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán como Rector de la Universidad Veracruzana, en un período que fue espléndido para aquella Casa de Estudios. La anécdota ilustra cómo hasta los cargos académicos como el de Rector eran escogidos por el Presidente de la República. Así que el siguiente paso después del “tapado” era el “destape”, el día en que el Partido anunciaba quién sería el candidato a suceder al Presidente de la República en funciones. Se iniciaba entonces la fase llamada “la cargada” durante la cual los sectores del Partido se apersonaban ante la casa del candidato para “sorprenderlo” con la noticia. En ello llevaba “mano” la Central de Trabajadores Mexicanos” perteneciente al Partido y encabezada por un añejo líder a quien se le apodaba “charro” porque estaba materialmente “montado” sobre los sindicatos: Don Fidel Velázquez. Durante años, Don Fidel encabezó la “cargada” anunciando el “destape” de acuerdo con el “dedazo” presidencial. De aquí en adelante, todos los sectores del Partido acudían a visitar al candidato para refrendarle lealtad y asegurarle que él sería el próximo Presidente de la República. El día de la elección ya todo el mundo sabía quien ganaría. Este mecanismo se interrumpió con la elección de Fox y luego con Calderón, en donde se usó el recurso del fraude como está ampliamente probado. Ahora el pueblo de México acudirá a las urnas bajo un nuevo contexto, distinto al anterior, y veremos qué sucede. El actual Presidente de la República fue electo con 30 millones de votos y sin pasar por el “tapadismo”, el dedazo, el “destape”. Es interesante comparar lo que ha pasado en la elección de las dos candidatas a la presidencia de la República y al candidato. Será la primera vez que las mujeres compitan para ocupar el más alto cargo político del país. Sin duda un acontecimiento histórico. Sugiero leer los libros que escribió Don Daniel Cosío Villegas, El Sistema Político Mexicano (1972) y La Sucesión Presidencial (1975). Quien consulte estos textos gozará de un estilo franco, claro y no exento de buen humor, con el que Don Daniel Cosío Villegas analizó el mecanismo de un sistema político que tuvo larga duración.

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 10 de marzo de 2024

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