La luna lunera
Ese sábado Violeta había salido de comisión laboral fuera de la ciudad. A su regreso había quedado de ir a traer a su mamá y a su tía Vera que estaban celebrando el cumpleaños de un par de amistades en común. Mientras venía manejando de vuelta a la ciudad percibió una tarde llena de bruma, los rayos del sol se apreciaban, sin embargo, la bruma invadía la atmósfera.
—Seguro este ambiente es por los incendios. Qué contradictorio es, inicia la primavera y también los incendios comienzan a intensificarse —comentó en voz alta.
Con tristeza observó que el paisaje en la carretera era de muchas zonas con pastizales secos y los árboles resistían la temporada de calor que se hacía presente en primavera. Recordó que la problemática de escasez de agua se había intensificado en diversas partes de la ciudad, del estado y que en las noticias se divulgaba que esta problemática se acentuaba a nivel mundial.
Entrando a la ciudad se percató que muchos perros deambulaban en las calles, se percibían sedientos, cansados, algunos ya eran adultos y su paso era lento. Violeta pensó que si ella tuviera algún perro como mascota pondría su mejor esfuerzo para darle un hogar y los cuidados requeridos. De nuevo se le vino a la mente la importancia del agua, qué harían estos perritos sin tener un poco de agua que calmara la sed, hasta qué tramo caminarían para poder hallar un poco de agua para beber. Y qué decir de los árboles, las hojas se mostraban caídas, tristes, las ramas secas en varios casos.
Recién había pasado la conmemoración del Día Mundial del Agua, para Violeta las conmemoraciones eran importantes, aunque estaba consciente que no faltaba quien siempre se valiera de ellas para sobresalir, solo para la foto. Ella consideraba que lo más valioso se hacía cada día para que a la larga se tuvieran beneficios reales. Vaya que la humanidad tenía una gran tarea. No pudo evitar traer a la mente el proceso electoral que se avecinaba, ¿hasta qué punto las personas candidatas tenían en cuenta proyectos viables para atender problemáticas como la escasez del agua?
No cabía duda que el agua era igual a la vida. Entre tanta reflexión se percató que la noche se había asomado y ahora iba a traer a su mamá y a su tía Vera. Intentó recordar la dirección sin hacer uso del google maps, lo logró. En ese momento se dio cuenta que tendría que estacionar su coche alrededor de 150 metros antes del domicilio, ya no había espacio para entrar hasta la casa. Al bajar tomó su celular, casi como en automático para prender la lámpara y alumbrar el camino, antes de hacerlo se percató de la presencia de la luna lunera, estaba ahí guiándola. Violeta avanzó unos pasos, luego se detuvo para contemplar lo luminosa que se veía. Estaba a casi nada de estar en fase de luna llena. Sintió una especie de acompañamiento, agradeció su presencia. Continuó su camino, en su mente resonaba lo sabia que era la naturaleza y la importancia de su cuidado.
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