España: Ventana a Europa
En reciente viaje a España tuve la oportunidad de conversar con mi colega y amigo Pedro Tomé, con quien hicimos el primer trabajo de etnografía comparada entre una región de España, la Sierra de Ávila y una región de México, Los Altos de Jalisco. Ha pasado un poco más de un cuarto de siglo desde aquellos días en que juntos recorrimos la Sierra de Ávila y Los Altos de Jalisco. Desde entonces varias veces he viajado a España sobre todo para asistir a los Congresos de Antropología, dado que además soy miembro de la Sociedad de Antropología de Castilla y León “Michael Kenney”. La pandemia cortó el ritmo de esos viajes. Ha sido hasta estas primeras semanas de febrero de 2024 que he tenido la oportunidad de desplazarme a España y observar situaciones que me resultaron muy interesantes y provocadoras de una reflexión, además de la inestimable oportunidad de charlar presencialmente con Pedro Tomé y su esposa María Ángeles Valencia. La España que vi es como una gran ventana a procesos que pasan en la Europa Occidental actual y que tendrán repercusiones en América Latina y El Caribe, empezando con la fuerte emigración que está en marcha desde países como Ecuador, Colombia, Perú, Argentina, Haití, Republica Dominicana, y diversos países de África, Asia y la Europa Oriental que alguna vez fue socialista. Uno va caminando por las calles de Madrid, que aún con el intenso frío suelen estar repletas de personas que entran y salen de tiendas y bares, estos últimos como la gran institución de convivencia social española, y es posible escuchar una diversidad de lenguas que llama la atención. Hay momentos que lo que menos se escucha en las calles es el castellano, ante la afluencia de rumanos, eslovenos, rusos, pakistaníes, senegaleses, marroquíes. Incluso, me llamó la atención el ver a muchos niños por las calles y a matrimonios jóvenes paseando a sus hijos aún con el intenso cierzo que recorría aquellas rúas. Vi también a grupos de estudiantes de secundaria o preparatoria escuchando las explicaciones de sus maestros, como me sucedió en el Barrio de las Letras en donde estaba ubicado el hotel en que me hospedé, y en donde uno puede ver la casa que habitó Miguel de Cervantes Saavedra, Francisco de Quevedo o alguno otro de los grandes escritores del Siglo de Oro español. Son escenas que no vi en aquellos días de inicios de este siglo cuando estudiamos con Pedro Tomé las configuraciones regionales mencionadas. Incluso recordé tanto al Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas cuando estuve frente a la puerta del Ateneo de Madrid, muy activo. También me tocó observar las manifestaciones de agricultores con tractores que valen más que un auto de lujo y que protestan porque quieren mejores precios y preferencias para sus productos. Aquí el contraste con un campesinado latinoamericano es notable. Los agricultores que observé protestando en las calles de Madrid y de Santiago Compostela, son empresarios cuya producción se rige por reglas que son generales a la Unión Europea lo que vuelve muy compleja a esta problemática. En medio de estas manifestaciones un observador atento está en capacidad de observar el intenso forcejeo político que existe en España entre las derechas y las izquierdas y entre el Centralismo y el Regionalismo, una situación que es digna de una reflexión profunda y de un ejercicio de comparación con lo que sucede en América Latina, vista la situación en Argentina, Perú, Centroamérica o El Caribe. No sólo en España se observa esta situación sino que es general a Europa, tanto Occidental como Oriental. Así, en Italia se vive el regreso franco del fascismo mientras en España empujan fuerte los conjuntos de derecha liderados por el llamado Partido Popular (PP). Habrá que estar muy atentos a lo que escriben los propios analistas españoles, académicos o periodistas especializados, porque esa situación tiene repercusiones en nuestros propios países. También resultó muy emotivo el recorrido que hicimos con Pedro Tomé y María Ángeles Valencia, junto con mi esposa Conchita Santos, por Ávila, ciudad a la que encontré con cambios interesantes. La ciudad ha crecido. Como es notable por las construcciones de nuevos edificios de viviendas en áreas antes desocupadas. Sitios de la ciudad que en los días en que viví en ella eran sitios emblemáticos, como el Mercado Grande, hoy ya no funge como tal, sino que hace el papel de una plaza. Incluso, la Librería de Senem, un notable e inolvidable librero, luce cerrada, al morir su dueño y animador. Innumerables veces ingresé a esa librería para escuchar de Senem las novedades sobre Ávila y su región. Si bien el Mercado Grande ya no es tal, sigue funcionando el Mercado Chico, otra plaza que al momento en que llegamos por la mañana muestra plena actividad con los parroquianos comprando fruta, aceite, verduras, embutidos, dulces y esa maravilla española que son los quesos y los vinos. Recorrimos Ávila de nuevo, admirando la inmensa Muralla que la rodea y que está intacta. Desde una suerte de corredor exterior por el que pasean los habitantes de la ciudad, puede verse el Valle de Amblés, que aún conserva restos de las antiguas fincas romanas. Es un paisaje que subyuga y lo retrotrae a uno a tiempos de la infancia europea, anteriores a la consolidación de los Estados Nacionales y el nacimiento del capitalismo y la modernidad. Justo saliendo de Ávila recorrimos con el auto de Pedro Tomé al volante ese valle para ingresar al Valle del Corneja, el río que lo atraviesa y le da nombre, en donde está situada la población de Piedra Hita-Piedra Parada, que diríamos en Chiapas-en donde antaño pasamos días conversando con sus habitantes. De vuelta a Madrid, tomamos el camino hacia Segovia, cuyas calles están repletas de visitantes que admiran no sólo el famoso Alcázar de Segovia sino el imponente acueducto que cientos de años después de su construcción, aún está en uso. Y visitamos también La Granja, pueblo que se formó alrededor de un castillo que sirvió de casa de verano a la Monarquía española. La Granja deja ver su antiguo fausto con jardines espléndidos y fuentes que sólo funcionan cuando llegan hasta allí los Reyes de España. Debe ser la mar de interesante observar una de estas visitas que, me dicen, son escasas en la actualidad. Pero el poblado debe alcanzar entre 6 o 7 mil habitantes, que para las demografías europeas es notable. Tuve la oportunidad de visitar Santiago de Compostela, que merece un texto aparte. No puedo dejar de mencionar la conversación que sobre libros tuvimos con Pedro Tomé. Especialmente interesante resultó la mención del texto de Alberto Corsin advirtiendo que el traslado de las Universidades hacia las periferias de las ciudades es un desplazamiento para evitar la presencia de las ciencias sociales y las acciones que de ella se desprenden. Pero también platicamos sobre un libro de Laura Giraudo, Rincones Dantescos. Enfermedad, etnografía e indigenismos: Oaxaca y Chiapas, 1925-1954, editado por el CSIC y que fue presentado en Chiapas pero según noticias ante muy escaso público. El texto está editado en una Colección nombrada De Acá y de Allí. Fuentes Etnográficas que ha pasado a dirigir Pedro Tomé. Es un libro que leeré de inmediato con el compromiso de reseñarlo en Chiapas Paralelo. Otro libro que puso en mis manos mi colega español es el editado por él mismo, Pedro Tomé, María Valdés Consuelo Álvarez, Símbolos en la Ciudad, Símbolos de la Ciudad, editado en homenaje a esa figura insigne de la antropología española que es María Cátedra. Todo ello me recordó aquellos tres textos que publicamos con Pedro Tomé como resultado de nuestras investigaciones etnográficas interculturales de finales del siglo 20 y principios del actual siglo 21: Entre Mundos (1999), Entre Parientes (2001) y Regiones y Fronteras (2002). Finalmente no es posible describir la emoción que sentimos mi esposa y yo ante el original de Pablo Picasso, Guernica, que se exhibe en el Museo Reina Sofía de Madrid. Además, para quienes somos hijos de combatientes republicanos, resulta invaluable la exposición de carteles y textos de la época, un tiempo que parece estar muy lejos, pero que es más cercano de lo que se supone.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala, 26 de febrero de 2024
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