Los que gobiernan el mundo, 3
Casa de citas/ 666
Los que gobiernan el mundo
(Tercera de tres partes)
Héctor Cortés Mandujano
- DIOS. Dice Yuval en referencia a los libros que hablan en nombre de Dios (p. 221): “Hasta donde llega nuestro conocimiento científico, todos estos libros sagrados fueron escritos por Homo sapiens imaginativos. Sólo son narraciones inventadas por nuestros antepasados con el fin de legitimar normas sociales y estructuras políticas”.
El Dios del que hablan los libros tiene varios nombres y en todos los libros es el más sagrado. Dice Yuval (p. 221): “Al misterio de la existencia le importa un comino qué nombres le demos nosotros, los simios”. Ahora bien (p. 226): “No hace falta invocar el nombre de Dios para llevar una vida moral. El laicismo puede proporcionarnos todos los valores que necesitamos”.
- LAICISMO (p. 227): “A diferencia de algunas sectas que insisten en que tienen el monopolio de toda la sabiduría y la bondad, una de las principales características de las personas laicas es que no reclaman dicho monopolio”.
La parte IV, “Verdad”, tiene cuatro capítulos: Ignorancia, Justicia, Posverdad y Ciencia ficción.
- IGNORANCIA: Casi no se piensa individualmente, sino en grupos. Si perteneces a uno, derecha o izquierda, o eres parte de una religión, tienes poco que pensar. Si no (p. 245), “es necesario experimentar con caminos improductivos, probar con callejones sin salida, dejar espacio a las dudas y el aburrimiento, y permitir que pequeñas semillas de perspicacia crezcan lentamente y florezcan. Si no podemos permitirnos perder el tiempo, nunca daremos con la verdad”. También es necesario (p. 246) “escapar del agujero negro del poder”.
- JUSTICIA: La noción de justicia ha cambiado mucho. Ahora, aunque no levantemos la mano en contra de nadie, podemos ser culpables de algo (p. 249): “Dado que dependo para mi existencia de una red alucinante de lazos económicos y políticos, y dado que las conexiones causales globales están tan enredadas, me cuesta responder incluso a las preguntas más sencillas, como de dónde viene mi almuerzo, quién elaboró los zapatos que llevo y qué está haciendo mi fondo de pensiones con mi dinero”. Es difícil saber la verdad (p. 251): “Encantadoras damas inglesas financiaron el tráfico de esclavos en el Atlántico al comprar acciones y bonos en la Bolsa de Londres, sin haber puesto nunca un pie ni en África ni en el Caribe. Después endulzaban su té de las cuatro con blancos terrones de azúcar producidos en plantaciones infernales, de las que ellas nada sabían”.
- POSVERDAD: Los gobiernos mienten para justificar una guerra, el alza de precios, cualquier cosa. Sus mentiras parecen verdades y hay una larga lista de ejemplos. Miente Putin, Trump, Facebook. Incluso (p. 259), “algunas noticias falsas duran para siempre”.
Joseph Goebbels, maestro de propaganda nazi, lo dijo claro (p. 262): “Una mentira contada una vez sigue siendo una mentira, pero contada mil veces se convierte en una verdad”.
Las preguntas que propone Yuval deja en claro el efecto de la propaganda (p. 263): “¿Qué imágenes le vienen a la mente al lector cuando piensa en Coca-Cola? ¿La de jóvenes sanos que se dedican al deporte y que se la pasan bien juntos? ¿O la de los pacientes con diabetes y sobrepeso tumbados en la cama de un hospital?”.
El remedio básico para no ser parte de la máquina lava cerebros es verificar la información que nos dicen o que leemos: dudar e investigar.
- CIENCIA FICCIÓN: Comenta Yuval que Her (un hombre enamorado de una voz de computadora), Matrix (un mundo dominado por máquinas) y El show de Truman (nuestra vida como un set fílmico), tres recomendables películas de ficción, plantean el peligro de que las máquinas nos dominen, pero (p. 272) “lo que hay que temer es un conflicto entre una pequeña élite de superhumanos empoderados con algoritmos y una enorme subclase de Homo sapiens despoderados”.
La realidad externa, de la que tratan las películas, no es nuestra cárcel (p. 274): “En realidad, cuanto experimentamos en la vida se halla dentro de nuestro propio cuerpo y nuestra propia mente. Escapar de la matriz o viajar hasta Fiyi no supondrá ninguna diferencia”.
La Parte V, “Resiliencia”, tiene los tres últimos capítulos: Educación, Significado y Meditación.
- EDUCACIÓN (p. 288): “¿Qué tendríamos que enseñar? Muchos pedagogos expertos indican que en las escuelas deberían dedicarse a enseñar ‘las cuatro ces’: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad. […] Lo más importante de todo será la capacidad de habérselas con el cambio, de aprender nuevas cosas y de mantener el equilibrio mental en situaciones con las que no estemos familiarizados”. Es un mal menor ahora que hackeen teléfonos, ordenadores, cuentas bancarias. El peligro real es que (p. 294) “vivimos en la época de hackear humanos”.
- SIGNIFICADO: Nuestra vida no es un relato, como lo proponen el comunismo, el nacionalismo, las religiones, es decir, servir a sus ideas, ser un muñeco que obedece órdenes (p. 302): “Para dar sentido a mi vida, un relato sólo tiene que satisfacer dos condiciones: primera, ha de darme a mí algún papel que desempeñar. […] En segundo lugar, aunque no es necesario que un buen relato se extienda hasta el infinito, sí tiene que extenderse más allá de mis horizontes”, dejar detrás de mí algo más o menos tangible. En fin (p. 324): “El universo no me da sentido. Yo doy sentido al universo. Esta es mi vocación cósmica”. No somos un relato.
- MEDITACIÓN: Yuval cuenta su experiencia con el retiro y la meditación (pp. 399-400): “Lo más importante de lo que me di cuenta es que el origen profundo de mi sufrimiento se halla en las pautas de mi propia mente”. Su conclusión (p. 446): “Durante unos cuantos años o décadas más, aún tendremos la posibilidad de elegir. Si hacemos el esfuerzo, todavía podemos investigar quiénes somos en realidad. Pero si queremos aprovechar de verdad esta oportunidad, será mejor que lo hagamos ahora”.
Contactos: hectorcortesm@gmail.com
No comments yet.