Chiapas y la antropología en Centroamérica
En estos terribles momentos en que vivimos de nuevo una guerra que parece no tener fin en el Medio Oriente, cuando se lea este texto en el portal de Chiapas Paralelo, estaremos reunidos un nutrido grupo de antropólogos y antropólogas en la ciudad de Panamá, para celebrar el XIV Congreso de la Red Centroamericana de Antropología que inicia el 16 y termina el 20 del presente mes de octubre. Este Congreso tiene antecedentes, además de los esfuerzos de los propios colegas de Centroamérica, en reuniones habidas en Chiapas hacia los años de 1990 y 1993. En aquellos años, bajo las actividades que promovió el Instituto Chiapaneco de Cultura, nos reunimos en una ocasión en San Cristóbal de las Casas con colegas de Guatemala. Eran los días 5 al 9 de junio de 1990 el tiempo en que conversamos y debatimos acerca de temas muy amplios y diversos: la investigación sobre la frontera de México y Guatemala, la arquitectura y el patrimonio cultural, la literatura, la historia que nos une. Pero lo más importante de ese primer diálogo fue el descubrir el potencial que teníamos de configurar una gran región cultural apoyados en las raíces comunes y en la voluntad académica y política de conocernos. Llegamos a la conclusión de convocar a los y las colegas de Centroamérica y Chiapas, escritores, artistas, científicos sociales, con el propósito de establecer un diálogo permanente, amplio e incluyente. El entonces Instituto Chiapaneco de Cultura (ICHC) elaboró un proyecto que basaba la posibilidad de los encuentros en la colaboración entre el Gobierno de Chiapas y la Secretaría de Relaciones Exteriores. En ese esquema, el Gobierno de Chiapas se comprometió a financiar el hospedaje y la alimentación, el transporte interno, los gastos de papelería además de las publicaciones que surgieran de los encuentros. Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores se comprometió a sufragar los gastos de traslado de 10 intelectuales por cada país centroamericano para que asistieran a los encuentros convocados en tierra chiapaneca. Recuerdo haber conversado con los colegas de Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador, para acordar incluir a los representantes de Panamá y de Belice en los futuros encuentros de intelectuales entre Chiapas y Centroamérica. Los embajadores mexicanos en Centroamérica acogieron con beneplácito el planteamiento y fueron eficaces factores para que los Encuentros de Intelectuales Chiapas-Centroamérica tuvieran lugar. Se celebraron tres encuentros en Tuxtla Gutiérrez, en San Cristóbal de las Casas y en Tapachula. Fueron reuniones que no dudo en calificar de maravillosas por el disfrute de la fraternidad, de la inteligencia y de los afanes por hacer de nuestros países tierras en los que se pueda convivir. Por eso duele tanto el conflicto actual en el Medio Oriente, porque es una guerra sorda entre pueblos que bien pueden vivir juntos. Pero hay que renunciar a toda vocación expansionista y abrir la mente, la voluntad, a la hermandad humana. Sobre el Encuentro se publicaron: Memoria del Encuentro Chiapas/Guatemala, Tuxtla Gutiérrez, ICHC/Gobierno del Estado de Chiapas, 1990; Encuentro de Intelectuales Chiapas/Centroamérica. Memorias, Tuxtla Gutiérrez, ICHC/Gobierno del Estado de Chiapas, 1991; Segundo Encuentro de Intelectuales Chiapas/Centroamérica. Memorias. Tuxtla Gutiérrez, ICHC/Gobierno del Estado de Chiapas, 1992. Un antecedente importante de estos esfuerzos ocurrió en los días en que el finado historiador mexicano Enrique Florescano era el Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Se había fundado el CIESAS-Sureste en 1985, institución que fungió como base junto con la Dirección Regional del INAH, para fundar el Seminario Permanente de Estudios México/Guatemala. Fue a mediados de 1986 cuando, reunidos en San Cristóbal mexicanos y guatemaltecos, y con la presencia de Enrique Florescano, se instituyó el Seminario mencionado. Nos reunimos una vez más en la ciudad de La Antigua, en Guatemala y en otra ocasión en Mérida, Yucatán. Los problemas de financiamiento dieron final a este Seminario del que no quedaron, según recuerdo, publicaciones.
Los Congresos Centroamericanos de Antropología actuales los organiza la Red de Antropología Centroamericana y han constituido la continuidad de un notable esfuerzo por no dejar decaer la comunicación entre antropólogos y antropólogas de Centroamérica y México. El Primer Congreso se llevó a cabo en Costa Rica y se dedicó a la memoria de Myrna Elizabeth Mack Chang, antropóloga guatemalteca que investigó la situación de las comunidades indígenas de su país desarraigadas por la persecución militar. Fue asesinada el 11 de septiembre de 1990 en la ciudad de Guatemala. Me confirieron el honor de abrir el Congreso con una conferencia en el Teatro Nacional de San José, Costa Rica, el día 3 de octubre de 1994. Fue el inicio de un esfuerzo que llega hoy al XIV Congreso Centroamericano de Antropología que por vez primera se celebrará en suelo panameño. Es una ocasión histórica.
Para leer más: Andrés Fábregas Puig, “Los encuentros de intelectuales Chiapas-Centroamérica: una experiencia internacional de política cultural” En, Revista Mexicana de Política Exterior, No. 85, México, marzo, 2009, pp. 229-244. Se encuentra en línea publicado en 2022.
Gabriel Ascencio Franco, Editor, La Antropología en Centroamérica. Reflexiones y Perspectivas, México, RED Centroamericana de Antropología, UNICACH, Universidad Intercultural de Chiapas, UNAM, 2010.
Margarita Bolaños Arquín y María Eugenia Bozzoli Vargas, Introducción al estudio del desarrollo de la antropología centroamericana: 1880-2013. San José, Costa Rica, Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2015.
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A unas horas de abordar el avión que me conducirá a la Ciudad de Panamá, me entero por los noticieros de la extremadamente grave situación de la población de Gaza, que desesperada huye ante el ataque terrestre del ejército israelí, uno de los más poderosos del mundo. La brutalidad del ataque de Hamás en suelo israelí no tiene justificación alguna. Pero masacrar a la población civil, mucha de ella en desacuerdo con los métodos de Hamás, es inaceptable. En el Medio Oriente sólo habrá paz cuando se reconozca el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado y salvaguardado su territorio. Ambos pueblos, el israelí y el palestino, tienen el derecho a vivir en paz.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 13 de octubre, 2023
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