De Carlos Morales, Manuelita y ERA
El viernes de la semana antepasada todo estaba listo para la solicitud de licencia del presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez. En su lugar quedaría, como cuando se ausentó para realizar campaña para su reelección, Karla Burguete Torrestiana.
Eso le permitiría, de acuerdo con lo que me comentó uno de sus más cercanos colaboradores, regresar para rendir su informe de gobierno; sin embargo, el mensaje que recibió de Palacio de Gobierno no fue alentador.
Con la nueva legislación, el Congreso del Estado tenía la facultad de nombrar a su sucesor. Esto cambió la decisión de Carlos Morales de solicitar licencia y también sus pretensiones a la gubernatura.
Ahora, el presidente municipal busca la senaduría, pero incluso una posición política de ese nivel está bastante complicada, porque los huérfanos de la gubernatura buscarán premio. Para Sassil no estaría mal repetir en el Senado, mucho menos para José Antonio Aguilar Castillejos ocupar una curul, o para los coleros en la sucesión de la gubernatura como Patricia Armendáriz, Manuela Obrador, José Manuel Castellanos o Rosy Urbina.
Si es una encuesta abierta para elegir gobernador, y que al parecer así va a hacer, no hay forma que se desplace a Eduardo Ramírez Aguilar. Ha habido una cargada hacia su persona y su proyecto político después de que se supo que Zoé Robledo prefería mantenerse en el IMSS.
Se quiso alentar la participación de Manuela Obrador, pero como comenté en mi columna pasada, que pese a contar con el apoyo de su primo, el presidente de la República, en su discurso de apertura de campaña arremetió contra la Cuarta Transformación y los personajes políticos que gobiernan en Chiapas, empezando con el gobernador Rutilio Escandón.
El discurso no fue del agrado de Adán Augusto López Hernández, hermano de Rosalinda y esposa del gobernador chiapaneco. Así que el plan que se tuvo para posicionar a Manuelita se fue al tambo de la basura. Ahora sus pretensiones están en el Senado de la República, y es posible que lo logre, siempre y cuando desarrolle un discurso que no contravenga ni golpee a los aliados de su primo.
Con ese nombre y ese apellido, Manuela, habría subido como espuma, más si se aplicara en Chiapas la normatividad por equidad de género, algo que Mario Delgado, presidente de Morena, se ha encargado de negar, aunque con unas declaraciones ambiguas.
Además, si se pusiera el remoto caso de la candidatura de género, Manuel Velasco está pensando en beneficiar a Sassil de León Villard, no a Manuelita, pero con ese nombre y ese apellido presidencial bien podría darle un susto.
Indudablemente, que hay diferencias entre Eduardo Ramírez y Manuel Velasco, lo cual es normal y explicable. En tanto que Sassil se sigue desempeñando como empleada del exgobernador, ERA ha brillado con luz propia, a tal grado de convertirse en presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.
Es algo muy parecido a lo que ha sucedido entre la condescendiente Claudia Sheimbaum y el más independiente, respecto al presidente, Marcelo Ebrard. Cuando los políticos tienen oportunidad de influir en su sucesión se inclinan por quienes más lealtad le han demostrado. En casi todas las ocasiones, han visto frustrado sus planes. Ahí están los casos de todos los expresidentes priistas, que fueron apuñalados por sus benjamines. No creo que Manuel Velasco recibiera un trato diferente de Sassil, hoy su abnegada empleada.
Pero la sucesión en Chiapas no apunta a un proceso por equidad de género, y en ese caso, no hay otro candidato que tenga más preferencias que Eduardo Ramírez Aguilar, por eso lacargada a su favor que pavimenta el camino hacia su llegada a Palacio de Gobierno.
Estamos a un mes quizá de que inicie la campaña para conocer quién será el candidato o candidata de Morena al gobierno de Chiapas, pero en este rejuego de palabras para no violar la ley electoral, recibirá el título de coordinador o coordinadora estatal de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.
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