Notas sobre los libros de texto y las discusiones ideológicas
Intensa la polémica, pero poco informada por la mayoría de quienes la critican y también por quienes defienden el tema de los nuevos libros de texto. Lo que me parece increíble es que no reconozcamos que, a través de esos libros, siempre hemos sido adoctrinados -que no educados- y además de que, a esos textos, se les califique de promotores del socialismo y el comunismo.
Eso sí; una primera de las quejas que se le tiene que hacer al gobierno es que no podrá negar que esos nuevos libros no fueron sometidos a un proceso de elaboración y de consulta democrática. El grupo que los elaboró lo hizo en total sigilo y por cinco años. Nada nuevo porque todos los gobiernos realizan sus acciones en la total opacidad, eso no es nuevo. Lo novedoso es que el contexto social mexicano actual rechaza la opacidad en cualquiera de los tres niveles de gobierno.
Pero volvamos a las quejas sobre el adoctrinamiento. ¿De verdad cree que el régimen priista nunca nos adoctrinó? Ejemplos sobran ¿De verdad está seguro de que no se nos intentó asegurar que el modelo neoliberal llegaría para quedarse ganándose el corazón y la mente de los ciudadanos? Todos los gobiernos del mundo intentan que su legado perdure por años y distintas épocas, unos proyectos lo logran y otros quedan en eso, en simple intento.
Ya lo decía Louis Althusser, la educación es un aparato ideológico del estado. Althusser por cierto, está siendo revalorado, descubierto o redescubierto por las nuevas generaciones de universitarios americanos. Eso, algo nos dice de los nuevos tiempos donde el neoliberalismo como modelo de desarrollo es cuestionado incluso mundialmente.
Nos guste o no -es decir ideologías aparte- ese modelo económico se agotó. Como antes ya no fue viable el modelo de economías cerradas. Es necesario entonces que el mundo busque otras alternativas ya que casi todos los gobiernos del mundo están tomando medidas económicas restrictivas. En ese sentido, el marco legal actual que es de libertades económicas es un obstáculo para el nuevo contexto mundial que será de naciones con un modelo económico restrictivo.
Los tiempos cambian pero el control gubernamental sobre el sistema educativo no se cancela. Por ejemplo, generaciones y generaciones de norteamericanos creyeron -porque eso les enseñaron- en el “Destino Manifiesto y el excepcionalismo americano” y las virtudes de sus instituciones. Todo pasó a revisión y a los cuestionamientos con la Guerra de Vietnam. EU de repente se dejó de ver como una nación invencible y perdurable, encontrándose como lo que realmente era; solo la potencia mundial del momento cuya arrogancia militar la perdió.
Con todo ello, en la “Nueva Escuela Mexicana” de MORENA no hay nada nuevo. Ningún gobierno nacional ha buscado el ideal que intentó Torres Bodet: hacer buenos ciudadanos a los más mexicanos posibles. Ese ideal no se ha logrado porque para ello se necesita que funcione la combinación aprender-enseñar. Habrá que capacitar con el nuevo modelo a los maestros mexicanos. Ese será también un esfuerzo enorme en donde históricamente México tiene saldos pendientes.
Les han llovido las críticas a los nuevos libros de texto y a la “Nueva Escuela Mexicana”. A mi juicio son críticas de las cuales algunas son válidas y proponen una gran reflexión, pero no todas son realizadas de manera informada y responsable. Mientras escribía estas líneas, me entero que la SEP puso ya en línea los libros para la consulta de cualquier persona. Antes de ello, muy poca gente tuvo entonces la oportunidad de leerlos antes de comentar su contenido. ¿Cómo se puede criticar algo sin haberlo leído antes?
Me llama la atención también la campaña de TV Azteca de tachar de socialista a la educación que pretende ofrecer la “Nueva Escuela Mexicana” y que mucha gente replique -y se asuste- con esa idea. Me llama la atención que TV Azteca haya podido colocar el tema entre la opinión pública si cada vez menos mexicanos vemos televisión abierta.
Seguramente la campaña tiene éxito porque apela a los prejuicios. Sin duda Karl Marx es probablemente el único filósofo al que se le juzga sin haberlo leído. El grueso de la población mundial jamás se ha tomado la molestia de leer su obra, y más probablemente quienes lo critican con mayor virulencia son quienes actúan con el mayor prejuicio. Precisamente, uno de los aspectos con los que más se tiene que luchar a través de la educación básica, es a combatir los prejuicios a través de la lectura y la ciencia.
En contraparte, el pensamiento de Marx persiste y resiste el paso del tiempo. A mi juicio, una de las razones –que no la única- es que el capitalismo sigue teniendo una cara salvaje que se repite en cada nuevo desarrollo industrial o de servicios. Desplaza siempre a unos por otros. Ante lo salvaje y sus efectos, lo que es lógico es pensar en la colectividad no en el beneficio de unos cuantos. Así de sencillo.
Fuera de los prejuicios, es necesaria una revisión crítica de los libros de texto que dicho sea de paso, se necesitaba ya transformarlos. ¿Qué es lo primero que se tiene que reconocer? Se tiene que reconocer que hay un cambio profundo en los paradigmas económicos mundiales. En ese contexto, nadie tendría que poner en duda la necesidad de realizar cambios de fondo en los libros de texto y en las metodologías de enseñanza.
La “Nueva Escuela Mexicana” recuerda a Paulo Freyre y a Montessori por citar a solo dos autores que se creían superados ante el modelo neoliberal de mecanización. Pero también recuerda a las propuestas de los Premio Nobel de 2019 Esther Duflo y Abhijit Banerjee cuyos trabajos son esenciales en el campo de la economía del desarrollo. Por ejemplo, Bertrand Russell decía que la educación es un proceso de autodesarrollo, pero el autodesarrollo solo es posible en y a través de la sociedad. Entonces ¿Por qué tendríamos que dejar de pensar en lo colectivo?
Se le critica a la “Nueva Escuela Mexicana” la idea de privilegiar a la comunidad, a lo colectivo porque esos esquemas, especialmente los socialistas han fracasado y además, porque nuestra economía es abierta. El problema es que el mundo en el que vivimos -es decir, el neoliberal- está en crisis desde el 2007. Aun así, ni por asomo hay algún peligro de que el país se “contamine” de socialismo. Pensar ya actuar colectivamente no te lleva al socialismo, te lleva a la construcción de ciudadanía.
Es necesario cambiar a la educación nacional. Cambiar hacia dónde? Ese es el dilema. Pero se tiene que cambiar hacia donde se dirige el péndulo de la historia. Hoy definitivamente es hacia la construcción de ciudadanía.
Lo que no puede suceder es que ni en este ni en otro caso de acción gubernamental, tenga que hacerse de forma autoritaria. Esa es la característica de nuestro gobierno y lo seguirá siendo hasta el final de la gestión.También habría que criticar que los libros de textos hablen bien de un gobierno al que todavía le falta el juicio de la historia. Eso es a todas luces, también un exceso.
Sin embargo, esos ejercicios de promoción del “estilo personal de gobernar” es signo de nuestros tiempos y de varios de los gobiernos actuales incluido el mexicano. Lo que es un despropósito es manipular la mente de los mexicanos apelando al miedo a perderlo todo, como siempre se piensa cuando se habla de socialismo.
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