¿Florecerás Guatemala?

Guatemala Foto: Daniela Salamanca

Por Verónica Paredes Marín[1]

“En Guatemala sólo bolo[2] o loco se puede vivir” dicta un dicho popular que aducen de autoría del laureado Nobel de literatura, Miguel Ángel Asturias. Es una expresión que nadie sabe a ciencia cierta si alguna vez lo dijo el escritor, pero que lo damos como certero ante la realidad guatemalteca y, sobre todo, porque sabemos que vivir los duros procesos políticos en este país duelen de tal manera, que requerimos una válvula de escape para soportar esa constante montaña rusa llamada Guatemala. Estamos a dos semanas de que se lleve a cabo la segunda vuelta electoral en este país ístmico y quizá, es la primera vez que (personalmente) veo tanta esperanza puesta en un binomio presidencial por sectores amplios de la sociedad, hartos de un alto nivel de corrupción, a tal punto de defender los procesos electorales que hace rato se vivían con desencanto. La esperanza por un cambio se ha convertido desde el 25 de junio pasado, día de la primera vuelta electoral, en la actual válvula de escape para sobrellevar esa crónica crisis en el país.

Pertenezco a una generación que vivió la última cola de la guerra y, por tanto, estaba muy pequeña cuando en 1986 inicio la “nueva era democrática”, ruptura de gran relevancia ante la inestabilidad política que provocaban los constantes golpes de estado, pero que en su momento se vivió como esperanza de cambio en la población, emoción que con el tiempo migró hacia el desencanto. Sin embargo, también se mantiene en la memoria colectiva guatemalteca la añoranza por la “primavera democrática”, período en el que por medio de la lucha social se derrocó a Jorge Ubico y Ponce Vaides y que rompió con una larga dictadura (1931-1944), quedando en la memoria histórica como un período de bienestar social. Esa “Primavera Democrática” se vio interrumpida abruptamente 10 años después, por el golpe militar de 1954 que vendría acompañado de la intervención norteamericana, la sucesión de “gobiernos” y dictaduras militares y por tanto, el surgimiento de los movimientos armados y el conflicto armado interno, que culminaría (en papel) con la Firma de la Paz en 1996, lo cual tampoco trajo avances drásticos en la transformación democrática del país y su poco avance, actualmente está con un alto deterioro.

En esa década democrática (1944-1954) compuesta por dos gobiernos, el primer presidente fue Juan José Arévalo, quien durante su gestión presidencial diera vida a instrumentos legislativos de avanzada y la búsqueda de un Estado benefactor (Ley del Trabajo, creación del Seguro Social Guatemalteco y el Ministerio de Trabajo, reformas educativas progresistas, entre otras) bajo su enfoque del “socialismo espiritual”[3]. Setenta y dos años después de haber dejado el poder en 1951, su hijo, Bernardo Arévalo, con el Movimiento Semilla, sorpresivamente llega a una segunda vuelta electoral en un proceso, por demás convulso.

Desde los escándalos de corrupción destapados por la inicial Fiscalía Especial contra la Impunidad y la Comisión Internacional contra la Impunidad[4] en el caso del expresidente Otto Pérez Molina (2015) y el juicio al general genocida Ríos Montt, se ha consolidado una coalición a la que se le ha denominado como “El Pacto de Corruptos”, que no es más que el fortalecimiento de una alianza estratégica entre las élites económicas, políticos corruptos y el crimen organizado que han capturado poco a poco cada una de las instituciones del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial) y la Corte de Constitucionalidad, con el fin de garantizar la impunidad y sostener el statu quo, a partir de la manipulación de los procesos jurídicos y que ha resultado en un resquebrajamiento de la institucionalidad y el debilitamiento democrático, provocando exilios silenciosos y persecución política de ex fiscales, jueces, activistas y  periodistas[5], así como otros efectos en la vida de las y los guatemaltecos,  que cotidianamente sobrellevan una “dictadura corporativa”[6], que no es más que el arrastre profundo de la descomposición democrática histórica en Guatemala. Esto mismo ha inducido a un desaliento ante la crisis y que ha llegado a un nivel de hartazgo social de la política partidista que se evidenció en el rechazo de las candidaturas “tradicionales y esperadas”, a tal punto en que la elección en la primera vuelta posicionó silenciosamente en un segundo lugar al partido electoral Semilla y su presidenciable Bernardo Arévalo[7], quien nunca se reflejó en las encuestas como de importancia para las intenciones de voto. Este partido actualmente ha potenciado como estrategia para captar votos, la añoranza del período de la “primavera democrática”, al posicionar para la población anciana al presidenciable como heredero del que es considerado como uno de los mejores presidentes de la historia en Guatemala y para las generaciones más jóvenes, a partir de su discurso anticorrupción.

Desde la Firma de la Paz, los movimientos sociales en Guatemala han venido debilitándose, pero curiosamente, en estas elecciones dos candidaturas surgieron como brazos políticos de ellos: El primero, el Movimiento por la Liberación de los Pueblos (MLP), como partido de izquierda, de corte rural/campesino, al que finalmente le negaron la participación y el otro, el del Movimiento Semilla, que se aglutinó originalmente como un colectivo urbano ante los casos de corrupción en las jornadas de protesta contra Pérez Molina y que, al organizarse posteriormente como partido político de corte social-demócrata, lograron unos pocos curules en el Congreso en la elección pasada[8] y que, en la reciente elección, ocuparán 23 escaños, convirtiéndose en la futura tercera fuerza política en el legislativo[9].

Este sorpresivo giro electoral ha hecho tambalear indudablemente al pacto de corruptos y no han escatimado en ejecutar turbias estrategias con la intención de evitar a toda costa de que se anularan las elecciones en un primer momento y actualmente, que se lleve a cabo la segunda vuelta electoral y con ello, evitar no sólo la posible victoria presidencial del Movimiento Semilla a través de artimañas pseudo jurídicas al interior del mismo Estado, que atentan la legislación guatemalteca.  La respuesta internacional para las crisis democráticas centroamericanas ha sido tibia desde hace ya varios años, reflejada también en el actual proceso electoral guatemalteco, lo que ha fortalecido la consolidación de estas “nuevas dictaduras solapadas”.

La crisis democrática guatemalteca es un torbellino que asfixia y pareciera ser que el fenómeno del masivo apoyo popular al “Movimiento Semilla” se ha convertido en esa bocanada de aire fresco que permite aún mantener los mínimos signos vitales para la supervivencia. Los guatemaltecos están urgidos de creer que existe un halo de esperanza y posibilidad de cambio, el cual apenas se sostiene con fragilidad, descargándola en la candidatura de Semilla.

De llegar al poder, este grupo político tampoco lo tendrá fácil, pues las raíces que sostienen y alimentan al Pacto de Corruptos son profundas y fuertes. Su única manera de sobrevivir, si ganan la elección, es el procurar fortalecer la institucionalidad, la democracia, las redes de solidaridad internacional, la verdadera participación ciudadana y no desviarse de su propuesta anticorrupción. No será tarea fácil para el país remontar de la actual crisis, pero si algo ha demostrado Guatemala (como pueblo) es que de una u otra forma, aunque la tumben, desde diversas expresiones democráticas, siempre logra resurgir.

Como decía nuestra poeta, Julita Esquivel[10]:

Podrán cortar todas tus flores

Pero siempre volverá la primavera

Florecerás Guatemala.

[1] Integrante del Observatorio de las Democracias: sur de México y Centromérica.

[2] Localismo que significa borracho.

[3] Para más información, puede leerse la tesis de Artemio Álvarez Carrera “Conflicto y desarrollo: logros, límites y falencias de los proyectos agrarios en Guatemala (1871-1958), Instituto Mora, 2022

[4] Dos poscast valiosos pueden ser útiles para entender este proceso: “La advertencia”, de la corriente del Golfo https://lacorrientedelgolfo.net/podcast/la-advertencia/ y “El experimento”, de No Ficción https://www.no-ficcion.com/el-experimento

[5] Para referencia ver entrevista con director del Medio Digital Plaza Pública https://www.youtube.com/watch?v=Jh50pztB9W8&t=2s

[6] En palabras de Frank La Rue. https://www.youtube.com/watch?v=i_Nzv7xqRYY

[7] Balance post electoral https://www.youtube.com/watch?v=oDrwBTkcKNI&t=306s

[8] Movimientos sociales y proceso electoral guatemalteco 2023 https://www.youtube.com/watch?v=6TS9NdrhzUs

[9] https://www.jornada.com.mx/notas/2023/07/16/mundo/asignan-oficialmente-distribucion-de-diputaciones-al-congreso-de-guatemala/

[10] Extracto de poema Florecerás Guatemala, de Julia Esquivel.

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