De climas y estaciones del año
La extendida ola de calor vivida en la República o las copiosas lluvias en Chiapas han sido tema de informativos, redes sociales y pláticas informales, estas últimas muy frecuentes cuando no se tiene nada que decir entre interlocutores. El recurso a la meteorología es efectivo para sobrevivir a encuentros con personas no cercanas. Si a ello se le agregan las constantes referencias que, desde hace varios años, se hacen al cambio climático en el planeta es comprensible que el interés por los fenómenos meteorológicos se haya convertido en común en nuestra cotidianidad urbana, puesto que en la rural siempre están presentes.
En lo personal el gusto por la meteorología y los climas del planeta me viene de lejos. Por tal motivo, uno de los choques vividos cuando se cambia de continente de residencia se aprecia en la distinta realidad climática que puede encontrarse. Muchos dirán que el choque cultural es mucho más perceptible, pero incluyo el clima pero, sobre todo, su percepción y forma de nombrar ciertas realidades como parte de esas diferencias culturales.
Yo nací en un clima conocido como mediterráneo, caracterizado por suaves veranos e inviernos, en general, y con escasas precipitaciones concretadas en la primavera y el otoño. Lluvias que dados ciertos fenómenos, como el conocido como la gota fría, pueden ocasionar desastres por concentrar elevadas precipitaciones en muy poco tiempo. Esa definición del clima mediterráneo fue acompañada, durante mi vida, por el conocimiento de otros climas europeos pero, también, de otros continentes. Así, al llegar a Chiapas, no me sorprendió la climatología en general, aunque sí lo hizo la regulación de la temperatura cuando la orografía montañosa se hacía presente. Una realidad común en el territorio chiapaneco, y distinta de la existente en la península de Yucatán, a pesar de que compartan clima.
Por lo tanto, la definición de clima tropical, con sus peculiaridades regionales, tiene unas características que pueden resumirse en la existencia de dos estaciones: secas y lluvias. Clima generalmente cálido y con una significativa humedad durante todo el año. Por supuesto, y como en todos los climas, existen diferentes clasificaciones y regionalizaciones dependiendo de los estudiosos del clima. Esa realidad, que puede consultarse en cualquier manual que se precie de mínimamente serio, fue muy distinta a la percepción o, al menos, mención que muchas personas en Chiapas hacen de las cuatro estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno.
Esas estaciones las conocí en Europa y, por supuesto, se observan en otros continentes, pero difícilmente son visibles dentro del clima tropical. Lo anterior, que puede parecer una tontería, da pistas de distintas circunstancias. Una de ellas es la confusión entre clima y meteorología. El primero define las variaciones o características de los fenómenos meteorológicos en las distintas regiones del planeta de manera general y, por lo tanto, con características reconocibles en largos periodos de tiempo, mientras que la segunda estudia esos fenómenos atmosféricos en un tiempo definido y de corto alcance. Es decir, son las predicciones de lo que puede ocurrir en un breve lapso temporal.
Confusión que, no cabe duda, es una forma de expresión singular y que no significa ningún problema, pero a lo mejor esa diferenciación permitiría entender mejor lo propio, como lo es vivir en un clima determinado. Al mismo tiempo, esa singularidad tampoco tiene que asemejarse a otras, distantes y distintas. Hoy que están tan presentes las referencias a la colonialidad del poder y del saber, tal vez esas referencias a las estaciones del año en un clima tropical puedan entenderse desde esa lógica aunque, como en todo en la vida, los seres humanos no tenemos por qué ser conscientes de ello, ni resultan dichas referencias un impedimento para nuestro vivir cotidiano.
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