Danzones en la Bola
La creación musical es parte de un conjunto de elementos que contribuyen a definir la identidad de grupos humanos o de países enteros. Así, la Cueca nos remite a Chile; el Galerón a Venezuela; la Samba al Brasil; la Cumbia a Colombia; la Chacarera, el Gato y el Tango a la Argentina; el Mariachi y las Marimbas a México. Qué hay detrás de estos estilos musicales sino la historia propia de los conjuntos humanos que los han creado. En Jalisco, además del Mariachi, existen grupos de danzantes de danzón que se reúnen periódicamente a bailar no sólo en las plazas o locales de las ciudades del estado sino aún viajan por todo el país para unirse a los danzoneros de San Luis Potosí, Veracruz o la propia Ciudad de México. Así sucedió en días pasados en Guadalajara en un sitió icónico en el Barrio de la Constitución, la Consti, que le dice el pueblo. Allí, en ese barrio, existe un edificio que albergó al antiguo Mercado de La Bola, hoy reconstruido para albergar al Centro Cultural Constitución, hogar del barrio, centro de las reuniones barriales para admirar exposiciones, presenciar teatro y aún óperas y música de cámara. La Colonia Constitución que hoy está enclavada en el municipio de Zapopan, se localiza en los terrenos del que fuera Rancho de Santa Eulalia, una propiedad de la numerosa familia Manzano, cuyos miembros comenzaron a vender sus partes allá por los años 1960. Así se fue creando la Colonia Constitución y por supuesto, hubo que construir un mercado para surtir a los habitantes del barrio y ese fue el llamado La Bola convertido hoy en el Centro Cultural Constitución que alberga a la Orquesta de Cámara de Zapopan dirigida por Vladimir Gómez, además de la Orquesta Sinfónica y el Coro Municipal de Zapopan. Hasta allí llegamos un nutrido público para presenciar una exhibición de danzones el pasado jueves 29 de junio. Asistí como invitado para abrir la noche explicando al público el punto de vista de un antropólogo acerca del danzón y esto fue lo que dije:
El danzón es de origen cubano creado por el compositor Miguel Failde y Pérez nacido en la ciudad de Matanzas. Aunque ya existían menciones al danzón por lo menos desde 1850 en reportes publicados en el antiguo Diario de La Marina de La Habana, no fue sino hasta 1879 que se tocó por vez primera en publico un danzón titulado “Las Alturas de Simpson”. El nuevo ritmo llegó a México vía el puerto de Veracruz y la Península de Yucatán y tuvo una rápida difusión que incluso delimitó a un área cultural que incluía a Yucatán, Veracruz y La Luisiana en los Estados Unidos, principalmente la Ciudad de Nueva Orleans cuna también del jazz, además, por supuesto, de La Habana.
Visto con ojos de antropólogo, digo que el danzón encierra una visión del cuerpo humano y su relación con el espacio y el sexo, visiones que transmitidas desde África pasaron a Cuba con los esclavos y llegaron a México en forma de danzón, transformando los espacios en creaciones culturales. Así, el danzón se bailó en los bohíos de los esclavos negros, pero no tardó en llegar a los salones palaciegos de donde adquirió el nombre de “baile de salón”. El danzón fue siendo adaptado para bailar en diferentes espacios en diálogo con la arquitectura. Bien dice Amparo Sevilla que las clases populares bailaron en plena calle o en el caso de la Ciudad de México en las pulquerías, espacios de la creación cultural popular. Es la capacidad creativa del pueblo mexicano lo que trasladó al danzón a espacios propios para su interpretación. La Ciudad de México fue el gran escenario en el que se abrieron todo un mundo de salones legendarios como el Salón Colonia, el Salón Los Ángeles, el California Danzing Club (tan frecuentado por los estudiantes sesenta y ocheros); el Salón Smyrna o el increíble Salón México. Igual decimos del Casino Veracruz o el Café del Carmen en la Ciudad de Guadalajara. El danzón convirtió al salón en calle, en escenario para el baile y contribuyó a crear comunidades de identificación. El California Danzing Club pasó a ser “El Califas” y “Califas” se nombró a quienes acudían a bailar allí; el Salón México se convirtió en “El “Marro” y “Marrones” fueron nombrados sus parroquianos; el Salón Colonias se nombró “Cocoliso” y “Cocolisos” a quienes allí acudían a bailar. Son espacios que se construyen al compás del baile: el pueblo logra crear una arquitectura danzante.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. 2 de julio, 2023
Excelente artículo sobre El Danzón, conla excelente reflexión e investigación del Dr Andrés Fabregas, reconocido antropologo