El político chiapaneco más exitoso
Hace tiempo escribí que el político chiapaneco más exitoso era Manuel Velasco Coello. No me refería desde luego a logros gubernamentales en beneficio de la sociedad, sino a los triunfos estrictamente personales.
Como ningún otro personaje, desde que Manuel Velasco inició en la política no ha estado desempleado jamás. Cuando los jóvenes se afanan por ingresar en una universidad, él estaba más preocupado por ocupar una curul en el Congreso del Estado.
Después se convirtió en diputado federal, senador de la República y gobernador del estado. Al concluir su periodo en el gobierno de Chiapas, la mayoría pensó en que se convertiría en el político jubilado más joven de México.
No fue así. Por su apoyo a Andrés Manuel López Obrador le fue permitida una maroma que antes era inimaginable: ser senador y gobernador al mismo tiempo.
Cuando se difundieron los videos de Pío López Obrador todos apuntaron a la cabeza de Manuel Velasco: él era el responsable de esas grabaciones en donde aparecía su operador David León con sobres de dinero. Se presume que Enrique Peña Nieto fue quien ordenó al entonces gobernador del Verde dejar constancia de que López Obrador no era precisamente un ave que atravesaba el lodazal sin mancharse.
Después de los videos, al senador del Verde se le hizo el vacío. Nadie quería juntarse con él. Le dijeron Judas, traidor y enemigo del presidente.
Corrió el tiempo, y poco a poco empezó a reconquistar poder. Volvió a ser imprescindible en los planes de Morena para conservar posiciones políticas. Hizo incluso las paces con el presidente y recuperó sus aliados y su presencia en el Verde.
Ahora es, indiscutiblemente, un personaje que pesa en las decisiones de ese partido y en sus manos estará inclinar la balanza en la sucesión de la gubernatura de Chiapas.
Si decide que Morena y el Verde marchen juntos en el 24, el candidato que salga de esta coalición, que podría ser Zoé Robledo o Eduardo Ramírez Aguilar, será el ganador de las elecciones.
En caso de que Morena y el Verde tengan su propio candidato, como ha sucedido en San Luis Potosí o en la fallida intentona de Coahuila, entonces estaremos ante una contienda que se decidirá hasta el último momento.
No se puede descartar incluso que el Verde proponga a Sasil de Léon. Hay que tomar en cuenta que el gobernador Rutilio Escandón tiene solo a dos candidatos: a su cuñado, Adán Augusto, para la presidencia de la República, y a Sasil para sucederlo en el Palacio chiapaneco.
Esa propuesta, sin embargo, pasará por el visto bueno del exgobernador del Verde y ya sabremos si dejará a su amigo Eduardo Ramírez Aguilar o se inclinará por una mujer, en un pretendido cumplimiento de género en las candidaturas, como se ha estado corriendo la voz, aunque sabemos que eso no aplica para el caso de las gubernaturas.
La exitosa trayectoria de Manuel Velasco me hace recordar una frase de Maquiavelo que dice que en política es importante ser esforzado, emprendedor y valiente, pero lo es más ser amado por la fortuna. El hoy senador del verde es sobre todo beneficiado por la diosa fortuna, pero tiene lo propio: es un apasionado de la política; su tema es el poder y la parafernalia del poder.
De los políticos que conozco es quien mejor proyecta escenarios posibles. En las ocasiones cuando platiqué con él cuando era gobernador, me llamaba la atención su imaginación de prever el futuro electoral, de armar alianzas y reconocer actores de peso. Su mente es una calculadora de votos, de encuestas y de resultados.
Nadie como él en estos temas. Por esta capacidad, y por su buena relación con la diosa fortuna, se mantiene en el escenario político nacional, en donde se le menciona como candidato a la presidencia; por supuesto que esto es una quimera, pero no lo es su capacidad de decisión en la próxima elección de la gubernatura de Chiapas.
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