El avance de la ultraderecha
Las recientes elecciones en España y las anteriores en Italia que terminaron con victorias de las derechas y las ultraderechas me ha movido a leer libros, si no añejos, no tan recién publicados. El significativo y muy de preocupar avance de las derechas de variado signo en el mundo reclaman un exhaustivo examen por parte de las Ciencias Sociales. Es importante continuar el análisis para comprender cuáles son los factores que permiten el ascenso de las fuerzas políticas más peligrosas opuestas al cambio social hacia una convivencia sin desigualdades tan desgarradoras como las que existen. Incluso, es importante continuar las reflexiones para dilucidar el por qué sectores de la población tradicionalmente humillados y explotados por quienes sostienen a las derechas políticas, votan por sus candidatos, como recién ocurrió en Brasil país en el que ganó Lula-la izquierda-una muy reñida elección. En España, uno se pregunta por qué ganan las elecciones quienes mantienen en vilo a la sociedad con tarifas infames para pagar la electricidad, encarecen la vivienda, se oponen a cualquier decisión que beneficie a las amplias capas populares, están en contra de los inmigrantes pero los quieren como esclavos, en fin, los que sostienen a las derechas políticas porque están a su servicio. En Chile, en medio de un gobierno que propugna el cambio hacia una sociedad menos injusta, un amplio sector de la población vota por una Constitución redactada por Augusto Pinochet y sus corifeos. Esa Constitución de Chile defiende los intereses más siniestros que recuerdan momentos de extremo terror en aquel país de América del Sur. ¿Cómo es posible que eso suceda? En Italia, en la tierra en donde nació una de las mentes más brillantes de la izquierda mundial, un gran pensador crítico, Antonio Gramci, llegó al poder un Benito Musolini, desquiciado, fascista, aliado de Hitler. Y es en la Italia de hoy en donde a 78 años del final de la Segunda Guerra Mundial (2 de septiembre de 1945) una política abierta y confesamente fascista asume el poder y el control de Estado, gracias a que votaron a su favor: Giorgia Meloni. En España, las recientes elecciones significaron una victoria notable de las derechas incluyendo a una organización fascista que se autonombra Vox. ¿De qué procesos resultan estas realidades? ¿Por qué amplias capas de la población que han sido y son severamente afectadas por las elites de poder que sostienen a las derechas, votan por ellas? Son preguntas que me hice hace tiempo. Recordé que en 1972 mientras estudiaba en Stony Brook, Long Island, presencié la contienda por la Presidencia de los Estados Unidos entre Richard Nixon, republicano y George McGovern, demócrata. Por aquellos días no me cabía la duda de que mis compañeros estudiantes de “color” votarían por el flanco demócrata, ya que los republicanos eran abiertamente racistas. Sin embargo, me llevé una gran sorpresa: amplios sectores de los estudiantes hoy llamados Afronorteamericanos apoyaban a Nixon, un representante de las derechas más obtusas de los Estados Unidos. Preguntando a varios de los estudiantes que abiertamente se declaraban partidarios de Nixon descubrí por sus respuestas que operaba una “solidaridad de clase” y la coincidencia ideológica de las familias de aquellos estudiantes que habían ascendido en la escala social a un lugar en lo que Talcott Parsons llamó la clase media alta de los Estados Unidos. Es decir, los sectores “Afros” a los que me refiero configuraban sectores adinerados cuyos interese coincidían con los de los oligarcas norteamericanos. No todos los “Afros” eran “Panteras Negras” o seguidores de Malcom X, Martín Luther King o Angela Davis, grandes figuras por la lucha de la emancipación de la población negra y por los derechos civiles en general en los Estados Unidos. Así mismo, qué sucede con amplios sectores de la población racialmente discriminada como en Brasil que votan por su opresor; o sectores nada pequeños de las comunidades LGTB+ que votan por quienes los tratan como “enfermos” a los que hay que sujetar a tratamientos especiales como lo dice Giorgia Meloni. Al respecto, en uno de estos días pasados ingresé a una de esas tiendas que llaman en pésima traducción del inglés “de conveniencia” y entablé conversación con la persona gay que atendía. Llevé la plática al terreno de la política y así me enteré que dicha persona apoyaba a las derechas más oscuras de México. Sólo sonrío cuando le pregunté por qué apoyaba a una derecha política de la que provenían constantes humillaciones hacia personas como él.
Sobre el avance de las derechas hace algunos años que Octavio Rodríguez Araujo publicó un texto que hoy adquiere renovada actualidad: Derechas y Ultraderechas en el Mundo (México, Siglo XXI, 2004). Han pasado 19 años de la publicación del libro de Rodríguez Araujo, pero su visión teórica sigue vigente y precede al texto posterior del mismo Rodríguez Araujo Derechas y ultraderechas en México (México, Orfila, 2013), que analiza la problemática en el contexto particular del país. Hasta el año en que se publicó este último texto de Rodríguez Araujo el único gobierno en México que había sido de izquierda fue el encabezado por el General Lázaro Cárdenas (1934-1940). La importancia de leer de nuevo los textos de Rodríguez Araujo estriba en que demuestra la existencia de varias versiones de las derechas, tanto en el mundo como en México: fascistas, racistas, clasistas, anticomunistas, anti socialistas, priistas, panistas, sinarquistas y en general todos los grupos que se apoyan en el neoliberalismo, así llamado. En México las derechas se unen alrededor del anticardenismo, antisocialismo y anticomunismo, como bien lo documenta el libro de Rodríguez Araujo y lo enfatiza Gibran Ramírez en su amplia reseña del mismo (Revista Espiral, Volumen XXII, Número 63, enero-abril de 2015, pp. 235-241). Por cierto, Octavio Rodríguez Araujo que nació en Puebla en 1941 tiene actualmente 82 años y es Profesor Emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, de la que egresó. Obtuvo su Doctorado en La Sorbona. Perteneció a una brillante generación de estudiantes universitarios de Ciencias Políticas y particularmente conformó un grupo notable con sus compañeros Arnaldo León Ovando, Arnaldo Córdova, Juan Antonio Mateos y Manuel Márquez Fuentes, todos bajo la tutela de ese gran sociólogo Guatemalteco, Mario Monteforte Toledo, quien fue Vice.Presidente de Guatemala bajo el Gobierno de Juan José Arévalo en aquellos días de la corta primavera democrática en el país centroamericano. Lecturas pertinentes son también Las izquierdas en México, de Abel Rodríguez Kuri (El Colegio de México, 2021) y Carlos Illades y Daniel Kent, Comunismo y Anticomunismo en el debate mexicano, (El Colegio de México, 2022). Cobran actualidad e importancia a la luz de los resultados electorales del pasado domingo en el Estado de México, en donde el triunfo de Morena interrumpe el dominio de 94 años del poderoso Grupo Atlacomulco mientras en Coahuila pierde gracias a un candidato impresentable y gana el PRI/PAN. Muy interesante se ha puesto el escenario y los próximos días veremos intensificarse la lucha por la sucesión con una derecha sin rumbo, pero que existe.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala, 5 de junio de 2023
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