Cuba: la exuberancia intelectual
Durante mi reciente estancia en Cuba tuve la oportunidad de encontrarme con mi amigo Félix Julio Alfonso López, uno de los historiadores más prolíficos y destacados de la Isla Bella. De entrada, nos saludamos con efusión en los pasillos del Centro de Estudios Martianos a donde acudíamos ambos para cumplir con el compromiso académico de honrar la memoria de José Martí. Félix Julio traía en su valija varios libros que puso en mis manos: El Juego galante (La Habana, Letras Cubanas/Publicaciones de la Oficina del Historiador, 2016) un excelente trabajo acerca del origen y desarrollo del béisbol en Cuba, un tema que Félix Julio ha venido desarrollando con excelencia a través de varios libros; Contrapunteos Habaneros (La Habana, Ediciones Boloña/Publicaciones de la Oficina del Historiador, 2022) un magnífico recuento histórico de esa gran ciudad que es La Habana, la primera gran metrópoli fundada por los castellanos en tierras del Nuevo Mundo, en pleno mar Caribe. Finalmente, Félix Julio me entregó un texto que tituló Murmullos de la Historia (La Habana, Ediciones Bachiller/Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, 2023), que paso a comentar.
Según el Diccionario Esencial de la Lengua Española (Real Academia Española), Murmullo tiene dos acepciones: “1. Ruido que se hace hablando, especialmente cuando no se percibe lo que se dice y 2. Ruido Continuado y confuso de algunas cosas.” En este libro, Félix Julio transforma los Murmullos de la Historia en pasajes claros ordenando datos y deshaciendo entuertos. “Léelo al revés, me dijo. Empieza por el final” Y así lo hice: Comencé leyendo el capítulo final titulado Ese sol del mundo moral: Agonía y eticidad cubana” y “Manuel Moreno Fraginals y la Literatura colonial cubana” para seguir en el orden inverso del índice, según la indicación del propio autor: “Manuel Moreno Fraginals: Los aprendizajes del oficio”; “Ramiro Guerra: caminante y testigo”; “La polémica relación de Fernando Ortiz con Orestes Ferrara”; El Contrapunteo de Fernando Ortiz: Palimpsesto, historia y literatura”; “Fernando Ortiz y la Revista Bimestre Cubana; “La Casa con el galeón colgado del techo”; “Viendo llover (otra vez) en La Habana”; Un Nuevo Día: Novela “sin ficción” sobre el Moncada”; “Agustín de Santa Rosa: Épica y novela histórica”; “Un poema al inmigrante vasco de Agustín Acosta”; “Un poema cubano a la Torre Eiffel”; “José Antonio Aponte en la historiografía y literatura cubana”. El libro abre este índice con un texto titulado «Una ambición de vida » escrito a manera de prólogo por Omar Valiño Cedré, Director de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Le rinde reconocimiento Félix Julio a Ricardo Piglia y lo cita: “Los historiadores trabajan con los murmullos de la historia”. A manera de una voz continua que asemeja la producida por el viento al encontrar a los árboles, el texto de Félix Julio conduce al lector por los caminos de quienes han escrito la Historia de Cuba, desde la propia ciencia histórica o desde la literatura. Cada murmullo es una Historia en el inteligente recuento logrado por Félix Julio. En Murmullo claro, desfilan en el texto de Félix Julio, Manuel Moreno Fraginals, Ramiro Guerra, Fernando Ortiz, José Antonio Aponte. Sus voces se enlazan entre sí y con la literatura a través de Agustín de Santa Rosa, Agustín Acosta, Manuel Servín Pichardo, Julio Travieso, Eliseo Diego. Recordemos que en Cuba la literatura tiene exponentes de máxima altura: José Lezama Lima, José Soler Puig, Alejo Carpentier, Juan Marinello, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Damaris Calderon Campos, Nancy Morejón (Ver: José Lezama Lima, Antología de la Poesía Cubana, Madrid, Editorial Verbum, (1963), 2002; y Milena Rodríguez Gutiérrez, Otra Cuba Secreta: Antología de poetas Cubanas del siglo XIX y XX, Madrid, Editorial Verbum, 2011). Destaca también el texto de Félix Julio, la influencia de los republicanos españoles en la intelectualidad cubana y de México, en particular, de instituciones como El Colegio de México. El texto de Félix Julio Alfonso comenta a intelectuales cubanos de gran importancia, varones, pero dedica el libro a la Dra. Ana Cairo Ballester y en cada capítulo va una dedicatoria a intelectuales mujeres: Gloria García (historiadora), Sylvie Bouffartige (historiadora), Mireya Cabrera Galán (arqueología histórica), Aracely García Carranza (filósofa), Trinidad Pérez Valdés (letras hispanoamericanas y cubanas), Beatriz Moreno Masó (física y ciencias), Fina García Marruz (poetisa y crítica literaria). De 14 capítulos del libro de Félix Julio Alfonso, 6 están dedicados a mujeres además de que la obra en su conjunto se dedica a una intelectual cubana. Leí estas dedicatorias como un homenaje a las mujeres cubanas intelectuales y científicas que son parte de ese asombroso árbol de exuberancia intelectual cubana. Cuba posee una tradición intelectual que viene desde la Colonia con la figura descollante de Fray Bartolomé de las Casas y con luchadoras como la mulata Úrsula C. de Valverde. Un país de un poco más de once millones de habitantes, es la cuna de intelectuales de la estatura de los que menciona Félix Julio en su texto. Pero ahí están también Miguel Barnet, Roberto Fernández Retamar, Olga Cabrera, Leonardo Padura, Nancy Morejón, Dulce María Loynaz, Fina García y un muy largo etcétera.
Además de mostrar esta exuberancia cubana, el libro de Félix Julio Alfonso López aclara pasajes históricos básicos para toda América Latina como la discusión de Fernando Ortiz y Bronislaw Malinowski alrededor del concepto de transculturación inventado por el gran investigador cubano y que causó réplica del mexicano Gonzalo Aguirre Beltrán. El lector podrá enterarse de la importancia de la Revista Bimestre Cubana que dirigió el propio Fernando Ortiz, así como de sociedades tan importantes en todo el período colonial como la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. Una lectura edificante es la que ofrece el texto Murmullos de la Historia que además, es anuncio de que esa exuberancia intelectual cubana sigue frondosa.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. 25 de Junio, 2023
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