La mentira del voto migrante guatemalteco
Por Verónica Haydee Paredes Marín*
En medio de un panorama desalentador ante la captura del Estado guatemalteco por lo que se ha denominado como “el pacto de corruptos”, el próximo 25 de junio tendrán lugar las elecciones en el vecino país. A diferencia de México, las elecciones son generales, es decir, se eligen de una sola vez a todas las autoridades de las diversas instancias de gobierno a nivel nacional y local (presidente/a, vicepresidente/a, alcaldes/as, diputado/as por listado nacional, departamental y diputaciones al Parlamento Centroamericano -PARLACEN-) y cuyos cargos tiene una duración de 4 años (2024-2028). En juego se encuentra la elección de 1336 funcionario/as este 2023[i] .
En lo relativo al juego por la presidencia, son más de 20 partidos los que contenderán y para dar por ganador al binomio presidencial en una primera vuelta, se debe de contar con un total del 50% +1 voto y para ello, pueden votar todos aquellos empadronados que no tengan impedimentos por ser parte de las fuerzas de seguridad, haber perdido la ciudadanía o sus derechos ciudadanos. Por tanto, se estima que 9,3 millones de personas guatemaltecas[ii] están en capacidad de emitir su voto.
Por diversas razones y desde hace muchos años, una buena parte de ciudadana/os guatemalteca/os ha decidido emigrar del país centroamericano para instalarse sobre todo en Estados Unidos y México y, año con año, el número de migrantes aumenta por la crisis socioeconómica en la región centroamericana. Los datos estiman que para 2020, cerca de 1.3 millones de personas vivían en los Estados Unidos de América, mientras que, en el nuestro, residían un estimado de 48 mil guatemaltecos, lo que convierte a México en el segundo país en donde se concentra la emigración guatemalteca[iii].
El hecho de movilizarse para residir a otro país incide en el ejercicio del derecho político al voto, razón por la cual diversos países a lo largo de América Latina han incluido desde la década de los 60, la posibilidad del sufragio desde el extranjero, siendo Colombia el primero en la región de las Américas. México otorgó esa posibilidad a sus ciudadanos en el extranjero en 2005, pero Guatemala, lo permitió hasta 2016, haciéndose efectivo por primera vez en las elecciones de 2019, como puede verse en el siguiente cuadro:
Cuadro 1. Países latinoamericanos con derecho al voto en el extranjero [iv]
Para posibilitarlo legalmente, en el 2018 Guatemala requirió adherir al artículo 12 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos el Decreto Número 26-2016 del Congreso de la República, en donde se instituyó el derecho al voto en el extranjero, únicamente para la elección de presidenciables y vicepresidenciables. En este se obliga al Estado a realizar las acciones necesarias para garantizar ese derecho, nombrando al Tribunal Supremo Electoral -TSE- (una instancia similar al INE), como el ente que regularía la implementación del voto de los ciudadanos guatemaltecos en el extranjero[v].
Sin embargo, la posibilidad del ejercicio de ese derecho está siendo violado desde el momento en que se otorgó. Desde su implementación en 2019, sólo se concedió la posibilidad al voto a los migrantes residentes en los Estados Unidos, dejando de lado a aquellos que viven en el resto del mundo. Ni siquiera aquellos que se encuentran en México pueden hacerlo, a pesar de ser el segundo país en donde se concentran los emigrados guatemaltecos y que, en su mayoría, residen en los estados mexicanos del sur o en la Ciudad de México (espacios territoriales en donde Guatemala tiene instalados múltiples oficinas consulares y hay una cercanía física que permitiría seguir avanzando en dar acceso paulatino al resto de los emigrados).
En un primer momento se justificó que las elecciones de 2019 se constituirían como una prueba piloto con los residentes en Estados Unidos y por ello, el resto no podría tener acceso a ese ejercicio político. Pasados otros 4 años y ante la celebración próxima de las elecciones en un par de meses, esta posibilidad no se universalizó a la población residente en el extranjero que no vive en EUA, negándose ese derecho y sin que, hasta el momento en Guatemala, haya autoridades, instancias de derechos humanos o inclusive partidos políticos, que se pronuncien al respecto. Evidentemente la población en el extranjero fuera de los Estados Unidos de América, al no estar organizada, tampoco lo ha exigido, como si lo han hecho grupos de migrantes en Estados Unidos que ya pueden votar, pero que aún, al estar en capacidad de ejercer su derecho, han encontrado muchísimas barreras que les imposibilita concretarlo[vi] y están luchando por romperlas.
El número de empadronados en Estados Unidos para votar en estas elecciones asciende a un total de 90486 personas, sólo un 30% menos de El Progreso, el departamento en territorio nacional con menos empadronados[vii]. Es decir, la fuerza electoral del voto migrante constituye ya el equivalente a un distrito electoral y que, con la tendencia al aumento de la migración al extranjero, esto puede llegarse a constituir en un tiempo no muy lejano, en un contrapeso en la balanza electoral y un factor determinante en las elecciones venideras, acción que se vería fortalecida si se les permite a los emigrantes del resto del mundo hacerlo.
Uno de los argumentos más importantes para justificar el voto migrante se da en torno a la importancia de las remesas que estos envían. El año pasado ingresaron al país centroamericano un estimado de US$18 mil 40.3 millones, según datos del Banco de Guatemala[viii], representando el 19% del Producto Interno Bruto (PIB) [ix]. El envío de remesas genera ingresos tributarios al país, por lo que a pesar de estar fuera del territorio, la población migrante sigue aportando activamente al crecimiento económico de Guatemala y muchas veces también, las comunidades migrantes organizadas[x] sostienen obras de mejora en la infraestructura a nivel local (a nivel de caseríos, aldeas, etcétera) que las autoridades no realizan (pozos de agua, caminos, mejora en la infraestructura eléctrica, por mencionar algunos), así que ante esto surge la pregunta ¿Deben las comunidades migrantes en Estados Unidos dar un paso más y demandar el poder decidir en las elecciones locales para alcaldías? ya que ellos siguen siendo parte de la vida económica y social local, a pesar de estar fuera ellas. Entendiendo que esto último significa sortear varias dificultades legislativas y constitucionales, países como México, por ejemplo, tienen la figura de diputados representantes de los migrantes. A pesar de que tiene falencias, reorientándose de una manera adecuada, esta figura puede ser un ejemplo de una más de las exigencias de las poblaciones migrantes guatemaltecas que permitan no sólo votar, sino ser votados, otro de los elementos de los derechos políticos que le son negados a los migrantes del país centroamericano.
Definitivamente en el tema del voto migrante hay mucho que discutir, no sólo en el acceso real al ejercicio, sino otras formas de ejercer ciudadanía, permitiendo también transformar la Ley de Partidos Políticos y Electorales que les admita sostener la vida política-electoral desde el extranjero, con injerencia en el territorio de origen, pero al momento, el tema de la votación de los migrantes no es un tema que capte interés y que, por su acelerado crecimiento, no pueden seguir ignorándoles.
*Guatemalteco-mexicana, integrante del Observatorio de las Democracias: sur de México y Centroamérica. vparedesmarin@gmail.com
[i] Se eligen 1336 cargos que incluyen presidente, vicepresidente, 340 alcaldes (más sus síndicos y concejales) 160 diputaciones en el congreso y 20 diputados del Parlamento Centroamericano (PARLACEN)
[ii] 5 millones de mujeres y 4.3 millones hombres
[iii] https://datosmacro.expansion.com/demografia/migracion/emigracion/guatemala
[iv] Cuadro construido con datos obtenidos del “Estudios electorales en perspectiva internacional comparada. El voto en el extranjero en 18 Países de América Latina” (INE, 2016), disponible en: https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/migration/latinamerica/8337cac4e22a2d2eebd5886b4b0a01bf0daa87d640fcd3c1e9c44a223e4f5123.pdf y de “Voto en el extranjero período electoral 2019 Guatemala” (IIPS-USAC, 2019) disponible en: https://iips.usac.edu.gt/wp-content/uploads/2019/03/VOTO-EN-EL-EXTRANJERO-EN-GUATEMALA.pdf
[v] Ley Electoral y de Partidos Políticos, Guatemala. https://www.tse.org.gt/images/LEPP.pdf
[vi] Para una lectura amplia sobre ello, se recomienda la lectura del artículo “Voto en el extranjero está cuesta arriba: «Aquí nos olvidan y allá nos ignoran» en el medio digital Plaza Pública, disponible en: https://www.plazapublica.com.gt/content/voto-en-el-extranjero-esta-cuesta-arriba-aqui-nos-olvidan-y-alla-nos-ignoran
[vii] Estadísticas de empadronamientos en Guatemala en el sitio oficial del Tribunal Supremo Electoral https://tse.org.gt/index.php/sistema-de-estadisticas/estadisticas-de-empadronados
[viii] https://www.prensalibre.com/economia/remesas-en-guatemala-sumaron-us18-mil-40-3-millones-en-2022-un-crecimiento-de-17-9-con-relacion-a-2021/
[ix] https://www.eleconomista.net/economia/Guatemala-alcanza-nuevo-record-de-envio-de-remesas-desde-el-extranjero-20221213-0023.html
[x] Hay enclaves étnicos de diversos grupos indígenas guatemaltecos a lo largo del país norteamericano y que, a través de la organización comunal extraterritorial, conjugan esfuerzos económicos con los que pretenden realizar mejoras en las localidades de origen.
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