Dos Personajes, Dos Momentos de México
El 7 de abril de 1930 nació Enrique González Pedrero en la Ciudad de Villahermosa, Tabasco. Se graduó de abogado pero se distinguío como político, como un intelectual crítico de cepa cardenista, miembro de aquel PRI que todavía conservaba en sus entrañas algo de los ideales de la Revolución Mexicana. Murió un 6 de septiembre de 2021 en la misma ciudad en la que nació. Fue el mentor del actual Presidente del País, Andrés Manuel López Obrador y de políticos tabasqueños tan distinguidos como Humberto Mayans Canabal. Se casó con
, gran escritora, cubana, nacida en La Habana un 8 de mayo de 1932. Egresada de las aulas de la Universidad de La Habana, fue una escritora notable, socióloga de vocación, traductora y excelente difusora de la Cultura. Acompañó a su marido hasta su muerte el 7 de septiembre de 2007, a los 75 años, en la ciudad de México. Con Enrique González Pedrero, Julieta Campos tuvo a su hijo Emiliano González Campos, notable poeta, escritor de literatura para niños, nacido un 25 de marzo de 1955 y fallecido un 15 de marzo de 2021. Se hizo acreedor del Premio Xavier Villaurrutia en 1978 en honor a su libro Los Sueños de la Bella Durmiente. Enrique González Pedrero fue Gobernador de Tabasco del 1 de enero de 1983 al 14 de diciembre de 1987. Fue ese un período de esplendor para Tabasco, con Julieta Campos encargada de la difusión cultural auxiliada por otra mujer de gran valía, Laura Ramírez Rasgado, quien fue Directora del Instituto de Cultura de Tabasco. Fueron los tiempos en que gracias a las coyunturas que se vivían en Tabasco y al apoyo de Julieta Campos, se fundó en el mismo año de 1983 el Teatro Campesino bajo la dirección de María Alicia Martínez Medrano, experimentada maestra de las artes escénicas. Muy pronto Tabasco brilló en ese sexenio como el escenario de transformaciones importantes en el trópico de México. El propio Andrés Manuel López Obrador era Director del Centro Coordinador del Instituto Indigenista en Tabasco, mientras Humberto Mayans Canabal era el Secretario de Obras Públicas. Por aquellos años de 1983-1984 iniciamos el estudio de la Frontera Sur con un equipo que se desplegó a lo largo de dicha frontera. Justo en Villahermosa me tocó explicarle a Julieta Campos, en la Quinta Grijalva, el Proyecto de Análisis Antropológico de la Frontera Sur al que la gran escritora no dudó en apoyar. Gracias a ello y a la intervención de Laura Ramírez, ocupamos un amplio espacio en el Centro de Investigaciones de la Cultura Olmeca y Maya (CICOM) situado en Villahermosa y que había sido establecido en la época del Gobernador Leandro Rovirosa. Fue en esos años de un sexenio transformador impulsado y encabezado por Enrique González Pedrero que Julieta Campos reunió los materiales que le permitieron publicar su libro Tabasco, una Jaguar Despertado. Alternativas para la pobreza, (México, Editorial Aguilar, 1996). Así mismo, el Gobernador González Pedrero, confiado en que su compañera de toda la vida se encargaba de la difusión de la Cultura, se avocó a las obras de infraestructura-bajo la responsabilidad de Humberto Mayans- con las que Tabasco saltó a la modernidad. Por su parte y apoyado por el Gobernador González Pedrero, Andrés Manuel López Obrador aprendió del mundo con los Chontales y seguramente entre ellos afinó su espíritu contestatario. Fue un momento en el que el Sur-Sureste de México cobró una importancia singular en los escenarios nacionales e internacionales. El propio González Pedrero sería parte de los fundadores del Partido de la Revolución Democrática, partido por el que fue Senador de la República en 1997. En 2006 fue el asesor clave en la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador. En 1987, sin aún concluir su período como Gobernador del Estado, Enrique González Pedrero fue nombrado por Carlos Salinas de Gortari como Director del IEPES, el Instituto Político del PRI, para de hecho, dirigir la campaña que encumbró a Salinas de Gortari como Presidente del País (1998-1994). Fue durante los días de campaña del candidato priísta que González Pedrero nos convocó a un grupo amplio de académicos para preparar un documento sobre la Frontera Sur de México y las relaciones con Centroamérica. Trabajo arduo, intenso, con mesas redondas, conferencias, reuniones, sesiones interminables de redacción, bajo el estímulo del Maestro que fue Enrique González Pedrero. Todos trabajamos con el convencimiento de que el Maestro sería el próximo Secretario de Gobernación y con ello se abriría una puerta al cambio en el país. Pero no fue así. Una vez en la Presidencia de México, Salinas de Gortari nombró al Maestro, Director del Fondo de Cultura Económica, cargo en el que se desempeñó durante el año de 1988-1989 para irse de Embajador de México en España el 13 de diciembre de 1989 y renunciar a ese cargo el 7 de marzo de 1991. Desterraba así de su Gabinete, Salinas de Gortari, a la izquierda, para establecer de lleno el llamado período neoliberal en México. Enrique González Pedrero fue Senador Plurinominal del PRD del 1 de septiembre de 1997 al 31 de agosto de 2000. Escribió un libro básico para entender el sigo XIX en México: País de un solo Hombre: el México de Santa Anna (México, F.C.E., 1993). Su paso por la UNAM fue espléndido junto a aquel grupo tan importante en el que se encontraban Pablo González Casanova, Víctor Flores Olea, Mario Monteforte Toledo, Juan Brom, Guillermo Bonfil Batalla, cuyas tertulias en el café de Ciencias Políticas en la mítica Ciudad Universitaria formaron toda una tradición de discusiones intelectuales. Justo en los años aquellos tan cruciales de 1965 a 1970, el Maestro Enrique González Pedrero fungió como Director de la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y fue durante su gestión que la dicha Escuela logró el rango de Facultad.
En otro momento de México, el Ingeniero Heberto Castillo protagonizó días estelares. Nacido un 23 de agosto de 1928 en Ixhuatlán de Madero, en pleno Trópico Veracruzano, en la Huasteca Baja, el Ingeniero Heberto Castillo animó a la izquierda mexicana en años inolvidables. En 1988 fue candidato presidencial por el Partido Socialista Mexicano y fue miembro fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y del ya fallecido Partido de la Revolución Democrática (PRD). Pero no dudo en afirmar que los momentos estelares del Ingeniero Heberto Castillo como personaje líder de la izquierda mexicana los alcanzó durante el Movimiento Estudiantil de 1968. Incluso, fue uno de los referentes importantes para entender el funcionamiento del Consejo General de Huelga y por supuesto de la Coalición de Maestros e Intelectuales en apoyo al Movimiento de 1968. En todo momento, los estudiantes en huelga y en rebeldía encontraban en Heberto Castillo a un apoyo solidario e inteligente. Tengo viva la memoria del 18 de septiembre de 1968 cuando en horas de la tarde-noche el ejército mexicano ingresó a la Ciudad Universitaria para golpear al movimiento estudiantil. El Ingeniero Heberto Castillo logró escapar a través del piso volcánico que rodea a la CU. Allí pasó la noche, con las manos destrozadas, pero con el ánimo de seguir en la batalla por un México democrático. Heberto Castillo fue maestro del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas no sólo profesionalmente sino también desde el punto de vista ideológico. El Ingeniero Heberto Castillo incluso acompañó al propio General Lázaro Cárdenas en varias giras por el país. Como Ingeniero inventó la llamada tridilosa que revolucionó las técnicas de construcción. Por supuesto, el Ingeniero Heberto Castillo fue uno de los fundadores que acompañaron a Lázaro Cárdenas al surgir el Movimiento de Liberación Nacional, como resultado de la Conferencia Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Independencia Económica y la Paz que se efectuó en la Ciudad de México los días 5 al 8 de marzo de 1961. En momentos culminantes de la vida política latinoamericana encontramos presente al Ingeniero Heberto Castillo como cuando fue el líder de la Delegación Mexicana que concurrió a la Primera Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina celebrada en La Habana del 3 al 12 de enero de 1966. Larga y prolífica fue la trayectoria política de Heberto Castillo. Lo recuerdo en dos momentos: cuando salió de la cárcel y acudió al mitin que se le preparó en la Universidad Iberoamericana, como él mismo lo dice: “Al día siguiente de mi liberación, participé en un mitin en la Universidad Iberoamericana” (htps://2022.fundacionhbertocastillo) Era el 10 de junio de 1971. Y la otra memoria viene de cuando se esforzaba por crear las Comisiones Democráticas y convocaba a reuniones en su propio domicilio. Incluso, curiosamente, recuerdo haberlo saludado en uno de los primeros restaurantes argentinos establecidos en la Ciudad de México y escuchar su recomendación: “no deje usted de probar el chimichurri. Es extraordinario”.
Hombres excepcionales, tropicales ambos, personajes del Sur, Enrique González Pedrero nació un 7 de abril y Heberto Castillo Martínez murió un 5 de abril. Ambos significan trayectorias vitales de la izquierda en México, una izquierda que aún no encuentra cómo reunirse en una única voz para cambiar al país. Pero las vidas de estos personajes siguen siendo significativas para encontrar ese momento en que una izquierda unida y apoyada en el pueblo (que según Ciro Murayama “no existe”) logre la transformación de un país como México, con una sociedad tan desigual como pocas existen en el planeta. Más aún, no sería explicable la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República sin tener en cuenta lo que sembraron tanto Enrique González Pedrero como Heberto Castillo Martínez.
Ajijic, Ribera del Lago de Chapala. 9 de abril de 2023
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