Cambio climático y economía
El cambio climático será uno de los grandes factores que alentará la migración de acuerdo con el informe Groundswell del Banco Mundial, este documento señala que para 2030 habrá migraciones internas por causas climáticas y en 2050 se podrían desplazar 250 millones de personas de seis regiones del mundo.
Aunado al efecto social y económico que tendrían estas migraciones, debemos tomar en cuenta el daño en diversas especies de flora y fauna que podrían perderse derivado de los cambios de temperatura, cabe recordar que México es un país megadiverso, ocupa el quinto lugar en variedad de plantas y anfibios, el tercero en mamíferos y el segundo en reptiles de todo planeta.
Por lo que tomar acción respecto a las mejores formas de adaptación y mitigación del cambio climático, debe ser una prioridad, en consecuencia, es indispensable conocer las zonas más vulnerables de nuestro país ante este fenómeno. Por tal motivo, la Ley General de cambio climático prescribe el diseño del Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, mismo que fue realizado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, dicho documento señala seis tipos de vulnerabilidades específicas para el país.
Los riesgos son calculados a partir de los componentes de exposición, sensibilidad y capacidad adaptativa, de acuerdo con el Atlas 1,448 de 2,471 municipios están clasificados como vulnerables al cambio climático. Por lo que resulta necesario pensar en formar menos dañinas para el medio ambiente de generar riqueza.
Esto motivó el impulso de la llamada “economía verde”, por encima de otras actividades no sostenibles, para ese objetivo se han desarrollado diversas herramientas económicas, es así como en el año 2015 Nacional Financiera emitió por primera vez bonos verdes, es decir, financiamiento para proyectos amigables para el medio ambiente y sostenibles.
En el mismo sentido de generar economías sostenibles este año 2023, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó el documento llamado “Taxonomía Sostenible”. De acuerdo a la SHCP una taxonomía Sostenible es un sistema de clasificación que permite identificar y definir actividades, activos o proyectos de inversión con impactos medioambientales y sociales positivos, con base en metas y criterios establecidos.
Por medio de la taxonomía se desarrolla un sistema de clasificación confiable, legítimo, unificado y basado en ciencia que permita definir qué actividades económicas pueden ser consideradas sostenibles, esto con la finalidad de dar certeza y transparencia a los mercados financieros e incentivar la inversión en actividades sostenibles.
De acuerdo con este documento la métrica utilizada se deberá actualizar periódicamente a las condiciones y necesidades económicas, sociales y tecnológicas del país. Toda la metodología diseñada pretende evitar el “lavado verde” es decir, que las empresas o instituciones aparenten ante la sociedad hacer más de lo que realmente hacen en temas medioambientales.
La taxonomía sostenible de México tiene los siguientes objetivos medioambientales: mitigación del cambio climático, adaptación al cambio climático, gestión de recursos hídricos y marinos, conservación de ecosistemas y biodiversidad, impulso a la economía circular, prevención y control de la contaminación, contribución a la igualdad de género y acceso a servicios básicos relacionados con las ciudades sostenibles, por otra parte, los objetivos los sociales son: salud, educación e inclusión financiera.
En los próximos meses las legislaturas de los estados probablemente comiencen a legislar en temas como “economía circular”, por su parte la Ciudad de México ya tiene una ley en la materia vigente, además las Secretarías de Economía podrán alinear sus objetivos con los desarrollados en la Taxonomía.
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