El Perú Insurrecto
En mi texto inmediato anterior al presente comenté la gravedad de la situación social por la que atraviesa el Perú. El país sigue sumido en una crisis que se ahonda debido a la actitud del Congreso de no llamar a elecciones como es el reclamo popular. Mucho hablar de democracia pero en la práctica lo que se observa en el país andino es a una oligarquía que no quiere saber nada de democracia. Los atinados comentarios que mi amigo y colega Pedro Tomé hace a mi texto “Perú en llamas” me recordó que hace años, leyendo los documentos que había en la Parroquia del poblado de Tepetlaóztoc (por cierto, lugar de nacimiento de Juan Sabines Guerrero) me encontré con la noticia que decía, más o menos, “hoy llegaron los árboles del Pirú traídos por el Virrey Don Antonio de Mendoza”. Y en efecto, son los famosos “pirules”, el árbol que es la pimienta americana, nativo del Perú y que en México se convirtieron en “pirules”. Ese suceso nos habla de las muy añejas relaciones entre el Perú y México, que se han continuado hasta nuestros días. Y me recuerda Pedro Tomé que a la entrada del pueblo de Sayago, en Zamora, en donde hizo trabajo etnográfico el gran antropólogo y escritor peruano José María Arguedas, hay una barda pintada que dice: “CAOS: Colectivo de alcoholicos orgullosos de serlo”, que recordé de inmediato. A renglón seguido, cito lo que escribe Pedro Tomé: “Esta nueva modalidad de golpe de Estado se fue perfeccionando, de hecho, en Brasil, no con el asalto, sino ya con la detención de Lula para que no pudiera presentarse mediante la invención de todo tipo de falsos cargos. Siguió en Venezuela en donde las oligarquías se inventaron un Presidente, un tal Guaidó, que como era de esperar, salió “rana”….Sucedió con Evo efectivamente. Quizá lo más parecido fue, sólo hace una década, pero parece que ya se olvidó, lo de Zelaya en Honduras en 2009 donde el Presidente quiso- como ahora Castillo-abrir una Asamblea Constituyente que cambiase la constitución y las oligarquías empresariales junto a poderes políticos varios como el Partido Liberal, lo impidieron”. Excelente el párrafo citado. Me recordó también las novelas de otro gran escritor peruano, Manuel Escorza Torres, es decir, Manuel Scorza, el escritor de la importante Generación de los 50 en el Perú, que a través de sus novelas dio a conocer, además de analizar, la situación social de su país. Manuel Scorza nació en el Perú en 1928 y murió en 1983 en el poblado de Mejorada del Campo en España. Me aprecio de haber leído una gran parte de sus novelas: Redoble por Rancas (1970), Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete Insomne (1977), La Tumba del Relámpago (1979), Cantar de Agapito (1978). Son novelas que explican la situación de un país como Perú en el que las oligarquias criollas siguen gobernando con mentalidad colonial, para conservar sus privilegios y el control sobre las riquezas del país. Para ello cuentan con títeres como la actual Presidenta del País que seguramente ya ve la cárcel en su futuro como responsable de los más de 60 muertos resultados de la represión. Los miembros del Congreso no se quedan atrás. Son de hecho, un conjunto de sicarios al servicio de la oligarquía. Manuel Scorza denunció todo ello, además con una claridad notable en señalar la conjunción de las dimensiones de étnia y clase social en los conflictos del Perú. Fue parte de una corriente crítica del indigenismo, junto a José María Arguedas y Ciro Alegría, a quienes es muy oportuno de leer de nuevo en estos días tan aciagos para el pueblo peruano. Por cierto, Manel Scorza fue quien ganó los dos premios iniciales de los Juegos Florales convocados para celebrar el Cuarto Centenario de la UNAM en 1952. Scorza murió en Mejorada del Campo, en Madrid, en aquel famoso accidente de aviación en el que también perdieran la vida otros escritores como Marta Traba, Ángel Rama, Jairo Téllez, Tiberio Vanegas, Jorge Ibarguengoitia. La fecha exacta: 27 de noviembre de 1983. Hoy, el pueblo del Perú sufre la represión que ha sido tradicional en el actuar oligarca. Se observa la ausencia de los llamados organismos internacionales como la OEA o la ONU, que son incapaces de apoyar a un pueblo insurrecto, que aún con la represión, y con actitudes como el de un Gobernador que desde la ventana de su casa disparó contra la multitud, está decidido a luchar por un mundo mejor. Como bien me escribe Pedro Tomé, existe una larga historia de agravios contra la población en el Perú, por parte de los círculos oligarcas que hacen “difícil camino para la justicia y sin ella para la paz”.
Ajijic. Ribera de Lago de Chapala. A 28 de enero de 2023
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