Propósitos de año nuevo
Es común preguntar a amigos y familiares o auto interrogarse, cuando comienza el año, sobre los propósitos que se desean cumplir en los 365 que inician el día 1 de enero. Objetivos sencillos o complejos pero que marcan algo fundamental en el vivir cotidiano como lo son las rupturas temporales. Rupturas como cambio de ciclo que trascienden el hecho calendárico para dotar al tiempo de significados fundamentales en la vida humana. Es decir, nuestra existencia resultaría plana sin los marcadores que dotan de sentido la existencia y, muchos de ellos, se encuentran en la relación entre el tiempo y las etapas de vida.
Hay que recordar que todas las sociedades, históricas y contemporáneas, fijan esos marcadores de distinta forma, aunque la coincidencia se encuentra en la ritualidad. De alguna forma se establecen rituales que demuestran el paso del tiempo y cómo existimos en él. No crean que es una digresión antropológica, aunque se base en esa disciplina esta explicación, sino que cualquier lector la puede constatar si se da cuenta cómo nuestra realidad ha estado definida por nacimientos (bautizos), pasos de la adolescencia a la adultez (XV años), celebración de la continuidad de la existencia (cumpleaños), incorporación a la reproducción de nuestra sociedad (matrimonio), despedida de los seres queridos (velorios y entierros), etc. Es decir, la vida está atravesada por un sinfín de marcadores personales vinculados con el tiempo y, en ese sentido, el cambio de año se vive, con conocimiento de esa circunstancia o sin él, como un tránsito; una renovación cierta o ficticia que encuentra en esos propósitos de año nuevo la base de esa repetición cíclica vivida como un renacimiento.
Muchas personas habrán realizado dichos propósitos en varias ocasiones, con o sin éxito para llevarlos a cabo. Sin embargo, lo cierto es que los formulan y asumen que el día 31 de diciembre es la fecha en la que se despide un ciclo de vida para comenzar otro nuevo. Nos gusten los festejos vinculados a esa despedida de año o seamos más bien huraños, como me ocurre en lo personal, a nadie le pasa desapercibido ese tránsito temporal del calendario occidental, puesto que no en todo el planeta se celebra la misma fecha para dar paso a un nuevo año.
Nuevo periodo temporal y renovado ciclo vital que, guste o no celebrar, significa contar con un año más de existencia. Un logro que a veces pasa desapercibido y que no lo resulta tanto para quienes, por edad, vamos dejando en el camino amigos y familiares que ya no se encuentran entre nosotros para poder compartir esos marcadores del tiempo vital. Un hecho que, con certeza, las personas que hayan perdido a seres queridos durante la pandemia del Coronavirus habrán tenido muy presente.
Cierro este texto de inicio de año con el deseo de que mis lectores sigan añadiendo propósitos de renovación anual para celebrar la vida. Feliz año a todas y todos en espera de que el año 2023 sea siempre mejor que los pasados.
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