El valor del autocuidado
Verónica estaba sola en casa, preparaba el desayuno en el penúltimo día del mes de diciembre. Mateo, su hijo de cuatro años, estaba en casa de sus abuelitos paternos. Para sentirse acompañada prendió la radio. Escogió una estación al azar. Lo dejó en un programa donde anunciaron que la entrevistada hablaría sobre lo que debería tenerse en cuenta en los proyectos personales para el nuevo año. Le pareció un tema interesante.
Mientras cocinaba nopales con huevos revueltos, escuchó con atención sobre la importancia del autocuidado. Era algo que a ella normalmente se le olvidaba. Observó su mano izquierda, ahora podía mover con agilidad su muñeca, se le vino a la mente lo frágil que puede ser perder la salud en el momento menos esperado y lo valioso de contar con una asistencia médica de calidad profesional y humana.
Tenía pocos meses de haberse lastimado la muñeca de la mano izquierda. No le había dado importancia pero ya sentía muchas molestias. Recordó que le recomendaron a un traumatólogo, le dieron muy buenas referencias. Desde la primera consulta le inspiró confianza no solo por observar los diversos títulos colgados en las paredes del consultorio, sino por el trato amable, de escucha y resolución de sus dudas. Verónica tenía temor del diagnóstico que pudiera darle, después de los estudios que le mandó a hacer el médico, se confirmó que necesitaba una cirugía. Aún con los nervios y el miedo que le ocasionaba la operación, tomó la decisión de ser operada. La cirugía tuvo buen resultado. La recuperación estuvo respaldada por el acompañamiento médico, el apapacho familiar y la prescripción de las terapias para rehabilitarse.
Todo el proceso que había vivido en esa última temporada era sin duda de aprendizaje. En primer lugar, debía tener presente darse un tiempo para ella, escuchar su cuerpo y apapacharse. Su proceso de salud física había pasado por varias etapas, se sentía afortunada de haber llegado con el médico indicado para aportar a su mejora. Y sobre todo, reafirmaba que en todas las áreas profesionales, sobre todo en la médica, además de que las personas sean expertas en su campo de estudio deben tener en cuenta ser empáticas con quienes tratan. Cada paciente es diferente y merece ser tratado con respeto, algunas personas tienen más fortaleza, optimismo, otras son más nerviosas, impacientes, miedosas, tímidas o sociables. En fin, se sentía agradecida por la red que se había tejido a su alrededor y que habían abonado a su pronta recuperación, los cuidados de sus familiares, el afecto de las amistades, la paciencia y acompañamiento del fisioterapeuta en la rehabilitación.
Mientras seguía escuchando la entrevista, Verónica terminó de preparar una ensalada de pico de gallo y jugo de naranja para acompañar su desayuno. Se quedó con la reflexión que el valor del autocuidado era un propósito necesario no solo para el nuevo año sino para la vida, sin duda era uno de los mejores regalos que cada persona se podría hacer.
—Ahí aplica bien la frase, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy —dijo para sí, al tiempo que degustaba lo bien que le había quedado su desayuno.
Aprovecho estas líneas para agradecer al público lector de las Voces ensortijadas por su acompañamiento en este 2022, por ser parte de cada línea, por sus comentarios y anécdotas con las que resuenan. Les deseo muy feliz y bendecido cierre de año. Asimismo, que el año 2023 ustedes y sus familias gocen de salud y plenitud para realizar sus proyectos. Un abrazo desde algún rincón de Chiapas, México.
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