Solsticio de invierno
Las tardes de invierno en mi querida Tuxtla Gutiérrez adquieren un toque especial cuando el clima se torna fresco, para quienes somos oriundos de este terruño es una sensación de clima frío que nos invita a sacar los suéteres, chales, bufandas para abrigarnos. Y si a ese clima fresco le agregamos una actividad para compartir la escritura en colectivo, es justo darnos la oportunidad de un grato apapacho para el corazón y para el alma. Eso fue para mí formar parte del Círculo de Escritura Femenina ‘13 lunas’, facilitado por Damaris Disner Lara.
Para quienes gustamos disfrutar deslizando la pluma, escribir es un acto que va más allá de plasmar letras, se convierte en una labor importante en la vida. Escribir pasa a formar parte de nuestro cotidiano y en un lenguaje a través del cual nos comunicamos a través del uso de palabras sencillas, coloquiales, en un afán de compartir sentires, pensamientos, anhelos, sueños, miedos, incertidumbres, alegrías, asombros y todo aquello que está resonando en nuestra vida.
El poder formar parte del Círculo de Escritura Femenina ‘13 lunas’ es una experiencia que quiero compartir brevemente con ustedes, el coincidir con mujeres a quienes no tenía la oportunidad de conocer, más que a la facilitadora, ha significado una experiencia de vida con bellos aprendizajes. La guía de Damaris es una parte clave en el Círculo, así como también el que a través del dibujo y la escritura, como mujeres, resonemos en distintos temas que coinciden en diferentes etapas de nuestras vidas, desde la infancia, adolescencia hasta llegar a la edad adulta.
La escritura y la escucha son elementos importantes en el Círculo, como lo son también el clima de confianza, empatía, respeto y sororidad ante cada texto que se comparte al leer. Si un nudo en la garganta atraviesa el sentir de quien lee, ese nudo puede dar paso a que fluya el llanto y sentirse cobijada entre quienes acompañan y escuchan. Escribir implica una labor valiosa, no solo para quien plasma los mensajes, que puede sanar a través de las líneas que va entretejiendo, sino también para quien escucha, resuena y se identifica con lo compartido. Escribir es un acto de valentía, de alzar la voz, de reconocer lo que una trae en su interior y dejarlo fluir en los textos, es una bella manera de sanar el alma y apapacharse.
Agradezco desde el corazón a Damaris y a cada una de las mujeres con las que coincidí, por el valor de sus mensajes, consejos, compartires y por hacer de esa noche de solsticio de invierno un bello regalo de fin de año en este 2022.
Aprovecho el espacio para desearles a ustedes y a sus familias muy feliz Navidad y enviarles un abrazo con cariño.
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