Florinda Lazos León: la primavera sufragista en Chiapas (1926-1928)

Florinda Lazos León. Foto obtenída en https://mujeresyrevolucion.wordpress.com/

Florinda Lazos León tiene un perfil excepcional. En la primera década del siglo XX, ya participaba en actividades como militante política, lo cual era inusual en esos años, habiendo nacido el 26 de abril de 1889 en la conservadora San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Disciplinada en el estudio, y con posibilidades sociales para hacerlo, comenzó a formarse inicialmente, como enfermera y posteriormente como profesora normalista. Saberes y conocimientos que fueron útiles, cuando años más tarde se sumó al frente de guerra, atendiendo a los enfermos zapatistas en Chiapas.

A los Lazos, aun se les recuerda en San Cristóbal de Las Casas, como una familia con trayectoria de abolengo, que vivía en el centro de la ciudad. La madre de Florinda fue Sofía León, y su padre Abel Lazos, de oficio abogado y notario. Era una familia ilustrada, los ancestros fundaron periódicos desde el siglo XIX. Según lo ha documentado Sarelly Martínez (2004ª), la primera publicación que dirigió una persona con este apellido fue en 1869, en la publicación “La Brújula”, publicado en la Ciudad Coleta. Otras cuatro publicaciones las hubo en el curso del siglo XIX, dirigidas por personas del mismo apellido, y otras más, ya en el siglo XX. La temática de la que se ocupaban era política y electoral.

El ingeniero Manuel Lazos destaca de esta familia, era hermano del padre de Florinda y fue su mentor en su formación política. Además, tendrá un papel clave en la reforma electoral de 1925 que reconoció a las mujeres los mismos derechos políticos que el hombre, ya que era Diputado local en la XXX Legislatura (1924-1926), al momento del reconocimiento (Ríos, 2001:32).

Florinda formó parte de grupos de mujeres organizadas, profesionistas, maestras y enfermeras, interesadas en el cambio social. Integraron asociaciones de carácter cultural, humanista y progresista, ocupadas en difundir conocimientos e información; además que luchaban por el derecho al sufragio de las mujeres chiapanecas. Y, algunas de ellas, escribieron artículos o contribuciones en medios impresos, como Altruista, cuando apenas tenían 23 años de edad, en promedio.

Pero, de todas ellas, fue Florinda Lazos la que tomó el camino del activismo político-electoral, y pudo ser la primera diputada en el estado. Las redes familiares y las capacidades y habilidades desarrolladas en el campo político la prepararon para ello. Como lo ha señalado Roderic A. Camp (1986), en el sistema político mexicano, las familias políticas adquieren relevancia, sobre todo en aquellos lugares de corte tradicionalista, en donde han sido refractarios al cambio social.

El contexto familiar es relevante para los liderazgos políticos, y la herencia familiar, de las redes de relaciones son importantes capitales que alimentan sus trayectorias. En el caso de Florinda, su genealogía Lazos, y también el activismo de su tío Manuel, fueron insumos relevantes que ella capitalizó y potenció con su liderazgo, conciencia social y activismo. Florinda bebió de ello, y hoy honramos su memoria, reconociéndola como una mujer con una trayectoria excepcional, hija de su tiempo y circunstancias.

Antes de continuar, quiero introducir mi lugar de enunciación[i]. Soy socióloga, investigadora social, y mi enfoque teórico es el estudio del poder. Lo que voy a presentar aquí son resultados de indagación sobre Florinda Lazos León, la primera diputada del estado de Chiapas (1926-1928), vistos desde una perspectiva sociológica. Mis preguntas de investigación fueron: ¿Quién es Florinda Lazos León? ¿Cuál fue su trayectoria? ¿Cómo logró ser la primera diputada de Chiapas? ¿Cuáles fueron las redes de poder que la sostuvieron para ascender a la curul, cuando apenas tenía apenas 24 años de edad? ¿Cuál fue la coyuntura política que lo hizo posible?

Preguntas que guían los siguientes ejes analíticos: 1.- La formación de un liderazgo político, revolucionario, sufragista y feminista. Su lucha por los derechos de las mujeres y por el derecho al sufragio; 2.- La coyuntura postrevolucionaria 1920-1927, contexto en que el gobernador provisional César Córdova publicó el Decreto en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Chiapas el 20 de mayo de 1925, que reconoció a las mujeres los mismos derechos políticos que el hombre; esto es, el derecho a votar y ser votada para los puestos públicos de elección popular; y, 3.- La “fugaz primavera”, metáfora que hace alusión a la falta de continuidad de mujeres diputadas, en los años siguientes.

 

I.- Florinda Lazos León: la formación de un liderazgo político, revolucionario, sufragista y feminista.

La niña Florinda debió de haber tenido una fuerza personal excepcional para enfrentar los desafíos políticos a su temprana edad, que fueron configurándola como una mujer transgresora. Florinda acompañó a su tío, al ingeniero Manuel Lazos, como parte de una delegación chiapaneca que buscaba entrevistarse con el Presidente Francisco I. Madero, en San Juan Bautista, Tabasco, cuando ella apenas tenía 11 años de edad. También se sumó a un club femenino del Centro Anti reeleccionista de México (Pólito, 2018:15).

La fotografía de Florinda Lazos que más se ha divulgado muestra a una mujer con el cabello corto, en realidad muy corto, vistiendo un saco con solapas; una ropa que no era usual para las mujeres jóvenes de su época. Pienso que quizá, este atuendo era el más adecuado en escenarios de conflictos; talvez era un camuflaje como una estrategia de protección. Así lo hicieron otras mujeres que participaban en los frentes de guerra de la Revolución.

En 1913, al irrumpir el conflicto armado en Chiapas, Florinda Lazos se había sumado al frente de batalla, con otras mujeres que ya participaban en la lucha revolucionaria, tomando postura a favor de Emiliano Zapata. Su empatía política la colocaba a lado de la clase obrera y campesina.  Fue enfermera y correo del Ejército Libertador del Sur. Todo esto la fue fogueando como una mujer activista política, con una fortaleza para estar en los frentes de guerra política, y fue ganando reconocimiento por sus propios méritos.

Un nuevo camino para su formación se abrió con su trayectoria feminista y sufragista, al participar en los Congresos feministas que se celebraron en Yucatán en 1916 y 1917. Siendo gobernador el socialista Salvador Alvarado, se emitió la Convocatoria para el Primer Congreso Feminista de Yucatán. Los debates y aprendizajes del Congreso Feminista al que asistió, cuando apenas tenía 18 años, le crearon conciencia y compromiso con la necesidad de legislar a favor del derecho al sufragio y la ciudadanía de las mujeres.

Estos primeros contactos con los partidos socialistas del sureste de México fueron importantes para sus alianzas políticas, tomando en cuenta que años después, el Partido Socialista de Chiapas (PSCh) llegará al poder en 1924 en el estado, y fue alrededor de este que se crearon las condiciones políticas para la reforma electoral sufragista, y ella pudiera ascender como legisladora.

Respecto a estas alianzas, Pólito menciona: “Florinda Lazos León participó en los Congresos Socialistas y en el Partido Socialista del Sureste, posiblemente motivada por las acciones y pensamiento de los gobernadores de Yucatán, Salvador Alvarado (1915-1917) y Felipe Carrillo Puerto (1922-1924) que pensaban que las mujeres debían participar activamente en la política y en todos los espacios de la sociedad.” (2018:20).

Los congresos feministas marcaron a Florinda en un antes y un después, y lo fue en general para el feminismo mexicano. Su agenda política incorporó progresivamente la perspectiva de género. En 1919, con 23 años, participó en la organización del Primer Congreso de Obreras y Campesinas de Chiapas. Más adelante, participaría en eventos semejantes en la ciudad de México, y las reseñas periodísticas de la época reconocieron la elocuencia de su voz y la fuerza de su argumentación (Aguilar, 2010).

Es de destacar la influencia que en los congresos feministas tuvo la periodista feminista Hermila Galindo, quien era editora de la revista La Mujer Moderna, de la que era fundadora, y que servía como un recurso de formación política ideológica feminista (Alejandre & Torres, 2016). Esta idea y este ejemplo, impulsó a la joven Florinda a recuperar su tradición familiar de editores de publicaciones periódicas, y unirse con otras mujeres para dar origen al periódico Altruista. Esta publicación se definió como “Quincenal Independiente, Cultural y de Información”. Además de Florinda, en esta iniciativa participaban la profesora Fidelia Brindis Camacho y Sofía Calderón (Martínez, 2004ª).

El 18 de julio de 2019 se publicó el primer número, Fidelia era la directora y Florinda la secretaria. El periódico fue publicado por la Sociedad Filantrópica de Tuxtla Gutiérrez. Ruiz (2018), refiere que este se integró con otras mujeres profesionales como una asociación cultural humanista y progresista, sin fines políticos, para ofrecer a las mujeres conocimientos sobre enfermería y economía doméstica.

Aunque en esta contribución me centro en ponderar la figura de la primera diputada en el estado, en el caminar por la conquista del derecho al sufragio de las mujeres chiapanecas, su andar no fue en solitario. Junto con ella hubo otras mujeres, y muchas de ellas jóvenes. De estas, es importante poner luz a Fidelia Brindis, quien fue maestra normalista, periodista, feminista y activista mexicana por el sufragio femenino y la participación ciudadana. Se destacó por su lucha por impulsar el derecho al voto de las mujeres chiapanecas y fue pionera del movimiento feminista de México, y fue parte de la directiva de Altruista, cuando tenía 23 años.

Y, es que uno de los retos metodológicos al elaborar trayectorias, es centrar el protagonismo en una sola persona. Pero aquí, aunque mi objetivo es dar cuenta de Florinda Lazos como la protagonista de un acontecimiento histórico, no quiero dejar de reconocer que todos los procesos a los que aquí me refiero son caminos andados en colectivo. De tal forma que hubo una energía social transformadora que fue la que empujó a Florinda Lazos a ser la primera diputada de Chiapas. Así lo hace notar Ruiz (2018), quien menciona que la profesora Fidelia y Florinda formaron una sólida relación de lucha y trabajo, tanto en el periódico Altruista, como en la organización de las mujeres chiapanecas.

 

II.- La coyuntura electoral para el reconocimiento al sufragio femenino 1924-1927

La carrera política de Florinda rumbo a la diputación requirió decisiones personales. En los dos últimos números del periódico Altruista, de un total de 10 publicados, Florinda ya no estuvo; decidió salir del directorio, y tomó su lugar la profesora Consuelo Lazos, su prima, hija de Manuel Lazos.

En ese tiempo, el nombre de Florinda Lazos se registra como colaboradora del periódico “Voto Popular, Órgano del Gran Partido Liberal Unificador Chiapaneco”, que su tío Manuel Lazos fundó en 1920, respondiendo a la coyuntura electoral de ese año. El partido postuló la candidatura de Álvaro Obregón para la presidencia de la República y de Tiburcio Fernández Ruiz para gobernador del estado de Chiapas, quienes resultaron triunfadores.

En las elecciones de 1920, Carlos A. Vidal fue el perdedor, pero al reconstruir su candidatura hacia 1924, lo hizo sobre la base de nuevas alianzas. En esta ocasión fue con Ricardo Alfonso Paniagua, quien había fundado el Partido Socialista de Chiapas (PSCh); personaje que contaba con un liderazgo relevante entre los trabajadores rurales. Osten (2010) refiere que en este partido la igualdad de las mujeres era parte de su plataforma política. Los Estatutos del Partido, redactados el 13 de enero de 1920, fueron explícitos en este punto, describiendo los derechos de la mujer como un eje central entre los objetivos que persigue el socialismo.

En agosto de 1917, Vidal hizo su entrada a Chiapas como parte del Ejército del Sureste, que comandaba el General Salvador Alvarado, intentando en un par de ocasiones ser gobernador, hasta que lo logró en 1925; pero bajo condiciones convulsas (Arce, 2013).

Carlos A. Vidal Participó como candidato en las elecciones de 1924, pero hubo confrontaciones con su opositor, el favorito del gobernador Fernández Ruiz. La polarización del conflicto condujo al establecimiento de gobiernos paralelos: dos gobernadores y dos congresos. Para resolver esta crisis electoral, el Senado de la República intervino, nombrando a César Córdova como gobernador provisional, a partir del 1ro de enero hasta el 20 de mayo. Este gozaba de la preferencia de Calles, y era cercano colaborador de Vidal.

Las fuentes consultadas por Pólito, mencionan disturbios violentos en donde hubo personas fallecidas, y otras más, heridas. Entre ellas se informó que “[…] habían herido a la candidata a diputada Florinda Lazos León durante un mitin en donde promovía el voto femenino” (2018:21). Aunque no se aportan más datos, es importante hacer visible la presencia de la profesora Florinda apoyando la candidatura de Vidal y del candidato Plutarco Elías Calles, asumiéndose como “candidata a diputada” en las elecciones de 1924. Representación que, sin embargo, no podría asumir, ya que, en esos años, en Chiapas, aún no se reconocían los derechos a la mujer a votar y ser electa. Omisión que asumirían como desafío los diputados entrantes.

Ricardo Alfonso Paniagua, el presidente del PSCh, partido por el que Vidal había sido electo, ascendió como diputado local y fue nombrado como presidente del Congreso Local de la XXX Legislatura. Estos diputados fueron claves, ya que se ocuparon en dar validez al interinato de César Córdova, y de la calificación de los resultados de la nueva elección extraordinaria en donde resultó electo Carlos A. Vidal. Proceso que fue favorecido por Plutarco Elías Calles que ya había ascendido como presidente de la República (el 1 de diciembre de 1924). Carlos A. Vidal tomó posesión como gobernador constitucional el 20 de mayo de 1925 (Osten, 2010:421).

Es importante mencionar que el ingeniero y periodista Manuel Lazos, el tío de Florinda quedó también incorporado como diputado en esta XXX Legislatura (1924-1926), combinación que resultaba inmejorable para avanzar en el reconocimiento del sufragio femenino. Y, en efecto así ocurrió. Llama la atención la coincidencia de las fechas. Córdova fue el que signó el Decreto que fue publicado en el Periódico Oficial el 20 de mayo de 1925; este mismo día Carlos A. Vidal tomó posesión como Gobernador Constitucional del Estado de Chiapas. En la misma fecha la XXX Legislatura se pronunció a favor de reconocer “[…] a la mujer los mismos derechos políticos que el hombre.” (Ríos, 2001;32). Lo que da cuenta de la fuerza del reconocimiento. El texto del Decreto dice lo siguiente:

“Artículo único. Se reconoce a la mujer, de los 18 años en adelante, en todo el territorio del estado de Chiapas, los mismos derechos políticos del hombre, en consecuencia, tiene el derecho de votar y ser votada para los puestos de elección popular, cualquiera que estos sean.”.

Como puede verse, el texto de la reforma tiene una escritura contemporánea, ya que el alcance de los derechos es de un espectro muy amplio; no lo limitaba a lo municipal, o condicionada a ciertos perfiles de escolaridad o ideológicas, como fueron las formulaciones de Tabasco y San Luis Potosí, en donde también hubo tales reconocimientos. Sino que, en Chiapas, incluyó a todas las mujeres a ocupar los espacios de representación política, cualesquiera que estos fueran.

Sin embargo, como lo ha mencionado Osten esta declaración no significaba una interpretación de emancipación de las mujeres, sino que se esperaba de ellas contribuciones sociales “propias a su género”, en una interpretación estereotipada del mismo. Así, en los considerandos del Decreto del 20 de mayo se lee: “Considerando: que con la virtud que posee la mujer de embellecer y ennoblecer todo; esta rara habilidad que en muchos casos tiene que ver con cuestiones importantes; y que con su característica penetración directa en los asuntos políticos, la manera triste y turbada en que hoy se tratan estas cuestiones desaparecerá con su sola intervención, y por el respeto y toda la cortesía y consideración que todos los hombres deben tener por ella, y hará cesar todos los motines, tumultos y actos violentos en las luchas electorales, y aun en los movimientos armados.” (2007: 7) (traducción propia).

El reconocimiento al sufragio femenino era una pieza en un juego político del presidente Calles. Él tenía conocimiento de los avances de la reforma que se preparaba en Chiapas. El presidente fue informado del decreto por lo menos en tres ocasiones separadas, en mayo de 1925. Primero por el propio César Córdova, por telegrama el 11 de mayo de 1925 (al que Calles respondió personalmente en reconocimiento al día siguiente); por el Congreso Chiapaneco, también por telegrama, el 12 de mayo, y en oficio de Ricardo Alfonso Paniagua, en su calidad de Presidente de los Diputados del Congreso del Estado, de fecha 12 de mayo (Osten, 2007:18).

Es de hacer notar que para cuando la reforma sufragista se realizó, Calles ya no estaba en campaña, sino que ya había ascendido a la presidencia de la República, sin embargo, la apoyó, o al menos no se opuso, a que esta se realizara. Quizá estaba respondiendo a un compromiso político con el PSCh, o tal vez, incluso, cumpliendo alguna promesa de campaña con la aspirante sufragista Florinda Lazos.

Desde antes de 1924, el reconocimiento del sufragio femenino ya estaba en las preocupaciones políticas del presidente Calles en el camino hacia la “institucionalización de la Revolución”, y también por un cálculo meramente pragmático. Peniche (2011:99) refiere que cuando Calles era Secretario de Gobernación se acercó con algunos gobernadores a promover el voto femenino, considerando conveniente sumar a las mujeres como sus electoras.

En estas exploraciones, Calles contó con la complicidad de los gobernadores de San Luis (1923), Chiapas (1925) y Tabasco (1925), quienes promulgaron sendos Decretos constitucionales que reconocieron el derecho al voto a las mujeres. Antes, en 1923 y 1924, Felipe Carrillo Puerto, en su calidad de presidente del Partido Socialista del Sureste, permitió a las mujeres votar y ser votadas, pero sin base legal. Del resultado de estas tres experiencias, la reforma electoral en Chiapas es la única que permaneció en el tiempo; mientras que, en los otros estados, la igualdad política entre hombres y mujeres fue suprimido.

En la perspectiva de Cano (2020), estos tres estados deben ser considerados como “laboratorios de la Revolución”, ya que fue hasta el 17 de octubre de 1953, cuando el Presidente Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena. En las elecciones federales celebradas el 3 de julio de 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto.

Frente a los reclamos sufragistas de las mujeres que ya se habían manifestado en los Congresos feministas, Calles tuvo respuestas ambivalentes; por un lado, no simpatizaba con la politización de las mujeres. Tenía reservas, por la decidida participación de algunas de ellas en las luchas cristeras en el Occidente de México (Quezada, 2012), considerando que su acción política abonaba a favor de la Iglesia Católica. Pero por el otro, en la coyuntura electoral de su candidatura, requería aumentar votos, y por ello estaba abierto al sufragio femenino. Y requería aliados, como Vidal, Córdova y Paniagua y Florinda Lazos, para promoverlo.

En el territorio chiapaneco hubo opositores al Decreto del gobernador César Córdova, pero la profesora Florinda los combatió con su voz y su letra, desde los distintos medios escritos en los que participaba. Una vez aprobado el Decreto, la activista política se encargó de materializarlo, y para eso construyó su candidatura, a los 23 años. Lo hizo potenciando sus capacidades políticas de propaganda a través de medios impresos, de los cuales tenía pleno dominio.

Para tales propósitos creó su propio periódico: La Gleba, fundado en San Cristóbal de Las Casas en 1926, con el subtítulo ”Decenal político y defensor del proletariado chiapaneco”, con el lema “La intromisión de la mujer en la política traerá el equilibrio social” (Martínez, 2004b). Lema que es muy cercano a los preceptos marcados en los considerandos del Decreto, que esperaba que con la participación política de las mujeres contribuyeran a la paz y al equilibrio social, necesarios en un contexto del conflicto postrevolucionario.

En el segundo número del periódico La Gleba, se publicó la postulación de Florinda Lazos como candidata a diputada propietaria para el Congreso local por el Partido Obrero Trabajadores Libres. Previamente, en San Felipe Ecatepec Distrito de Las Casas, se había formado un club de este partido, con el nombre “club de campesinos”, que fue quien propuso su candidatura (Pólito, 2018:23).

Martínez refiere que, durante el periodo de gobierno de Carlos A. Vidal, en 1926 se fundaron cinco periódicos, de estos: “[…] cuatro fueron obreros: Adelante, La Gleba, Alba Roja y El Obrero del Soconusco. Detrás de estas publicaciones estaba la mano de Ricardo Alfonso Paniagua, a la sazón director de la Comisión Agraria, presidente del Congreso del Estado y del Partido Socialista Chiapaneco” (2004b:219).

La Gleba, dirigido por Florinda, y Alba Roja, por Paniagua, fueron aliados en la coyuntura electoral de 1926, lo que da cuenta de la militancia partidaria de Florinda, confirmando el perfil de una mujer política dispuesta a alianzas con quienes podrían llevarla a la diputación.

Haciendo parte de este grupo, Florinda Lazos fue electa diputada local propietaria del VIII Distrito de Chiapas, con cabecera en San Cristóbal de Las Casas, el 8 de julio de 1926, convirtiéndose de esta forma en la primera diputada del estado de Chiapas, asumiendo una curul en la XXXI Legislatura (1926-1928).

Con este resultado, no sólo ganaba Florinda; no sólo era una conquista de la activista defensora de la clase obrera y campesina, luchadora social por la igualdad de las mujeres y la educación popular; sino que con ello ganaban, ganaron, ganamos, las mujeres de Chiapas. También ganaban las luchas sufragistas del país, reivindicación que movilizaba las luchas feministas en distintos espacios de la República.

Ya en el Congreso local, Florinda Lazos fue integrante de la Comisión Permanente, y se desempeñó como Prosecretaria. Llama la atención que en esta XXXI Legislatura estaba otra vez presente Ricardo Alfonso Paniagua, el líder del PSCh, quien se reeligió (Ríos,2001). Su presencia pudo haber sido un apoyo a favor de la diputada. Ella era la única mujer en un mundo masculino, con escenarios de probables acosos y cuestionamientos. La agenda legislativa versó sobre temas relacionados con derechos laborales; la Ley de Instrucción Pública; la creación de la Dirección General de Educación Pública en el estado, y la regulación de los asuntos del culto religioso. Temas, todos ellos de gran interés para el presidente Calles.

Los liderazgos del PSCh se consolidaban con la figura de Carlos A. Vidal a la cabeza del gobierno. Pero las cosas tendrían un final dramático.  A escasos dos años de su toma de posesión, en 1927, Vidal pidió licencia como gobernador para apoyar la candidatura de Francisco Serrano a la presidencia de la República. En este movimiento dejó la gubernatura en manos de su hermano Luis Vidal como gobernador provisional. Pero, tal decisión fue visto como una traición.

El 3 de octubre de 1927, Carlos A. Vidal cayó asesinado en Huitzilac, Morelos, junto con una docena más de seguidores de Serrano. Diez días después, su equipo tuvo el mismo final. Luis Vidal, su hermano y gobernador provisional; y el diputado Ricardo Alfonso Paniagua, fueron ejecutados. No hay referencias sobre sí la diputada Florinda Lazos pudo concluir su periodo legislativo, o sí sufrió persecución política y lo abandonó.

 

Una primavera fugaz

La elección de Florinda Lazos como primera diputada podemos leerla como la primavera sufragista en Chiapas, fue la primera mujer que rompió el muro que impedía el acceso de las mujeres a los espacios de decisión y representación, y allí está su mérito personal. Se trata de una mujer profesional, con un nuevo perfil de las mujeres del siglo XX que romperán el muro del lugar situado en el espacio familiar, como el destino de la mujer.

Además, fue más allá de lo establecido, militante, activista, revolucionaria, enfermera, maestra, periodista de convicciones radicales en defensa de los derechos obreros y campesinos; feminista y sufragista. Así también, fue una estratega política que supo hacer alianzas con familias y personas poderosas, con los que coincidió en intereses, para conseguir sus fines.

Con la muerte de Carlos A. Vidal y Ricardo Alfonso Paniagua, allí concluyó la primavera. Existen registros que dan cuenta que, en los periodos legislativos siguientes, después de Florinda, ya no hubo mujeres diputadas. Aunque Raymundo E. Enríquez fue aliado de Vidal, sin embargo, no se comprometió con la agenda de derechos de las mujeres.

Es cierto que no eliminaron el reconocimiento de la igualdad política entre los géneros en la Constitución del estado, sin embargo, no se sintieron obligados a cumplirlo, e incorporar a una o dos, o más mujeres, como diputadas al Congreso. El caso chiapaneco ilustra que puede haber reconocimiento, con simulación (¡desde entonces !!!). Y, como reflexiona Cano (2020), la permanencia del derecho al sufragio de las mujeres chiapanecas, puede ser comprendido en un contexto más amplio, de las certezas que tienen los grupos políticos de controlar procesos electorales, en donde las mujeres no constituyen una amenaza. De tal forma que unos derechos pueden ser vueltos huecos, inocuos.

Y, en efecto así ocurrió; el reconocimiento quedó en el olvido. Después de Florinda hubo que esperar ocho años para que Natalia de Aquino ocupara una curul en la XXXVI Legislatura (1934-1936). Mientras que Mercedes Zebadúa lo fue en la siguiente, en la XXXVII (1936-1938). Después de ellas, hubo una larga omisión; la siguiente diputada fue Antonieta Gómez de Sarmiento (1961-1964), después de 23 años.

Y, luego tendría un comportamiento intermitente: una en el trienio 1967-1969, otra más en 1970-1972, y así sucesivamente, hasta que la reforma constitucional federal de 2014 que estableció el principio de paridad de género, hizo que la paridad llegara al Congreso local, de forma obligatoria. Así, hoy, en la LVIII Legislatura (1921-1924), de un total de 40 legisladores, 26 (65%) son mujeres, y 14 hombres (35%).

De esta forma, podemos constatar que la primera siembra que hizo la maestra, activista revolucionaria, feminista y sufragista, y primera diputada en Chiapas, Florinda Lazos León tendría resultados. Y con la documentación de su trayectoria que presento en este documento, honro la trascendencia de su lucha; que más temprano que tarde, nos hizo a las chiapanecas, ciudadanas con derechos.

 

Fuentes citadas

Aguilar, J. (2010). “Un grito de amor: Congreso de Obreras y Campesinas en 1931. En Revista Versión, núm. 25, pp. 129-150. UAM-X.

Alejandre, G. & Torres, E. (2016). El Primer Congreso Feminista de Yucatán 1916. El camino a la legislación del sufragio y reconocimiento de ciudadanía a las mujeres. Construcción y tropiezos. En Estudios Políticos (México), núm. 39. pp.59-89.

Arce, M. (2013). La sucesión de gobernadores en el estado de Chiapas durante la Revolución Mexicana, 1923-1920. En María Eugenia Claps Arenas y Sergio Nicolás Gutiérrez Cruz (Eds.), Formación y gestión del estado en Chiapas. Algunas aproximaciones históricas, pp. 65-88. CESMECA.

Camp, R. (1986). Relaciones familiares en la política mexicana. Foro Internacional, vol. XXVI, pp. 349-372. El Colegio de México.

Cano, G. (2020). Democracia y género. 2020. Historia del debate público en torno al sufragio femenino en México. INE.

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Peniche, P. (2011). Elvia Carrillo Puerto, su vida, sus tiempos y sus relaciones peligrosas con los caudillos de la Revolución mexicana. En Legajos, Vol. 7(9), pp. 85-104. Boletín del Archivo General de la Nación.

Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado de Chiapas, Tomo XLII, núm. 20, Tuxtla Gutiérrez, 20 de mayo de 1925.

Pólito, E. (2018). El feminismo de Florinda Lazos León, 1920-1945. Editorial Académica Española.

Quezada, C. (2012). La mujer cristera en Michoacán, 1926-1929. En Revista Historia y Memoria, Núm. 4, pp. 191-223. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

Ríos, J. (2001). Un Estado débil contra la Iglesia ausente. Relaciones Estado-Iglesia católica en Chiapas, 1900-1932. CIDE.

Ruiz, M. (2018). Florinda Lazos León. Primera diputada local, Chiapas (1926-1927). En Las indispensables. Recuperando la memoria. pp. 47-58. Instituto Nacional de las Mujeres, pp. 47-58.

[i] Conferencia dictada al recibir el “Reconocimiento Florinda Lazos León”, que me entregó la Red Chiapas por la Paridad Efectiva (REPARE), el 9 de diciembre de 2022, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

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