De la COP27 y el Tema

fotograma: La Corriente del Golfo

A inicios de noviembre se estrenó la serie documental El Tema, de la productora La Corriente del Golfo, coincidiendo con el comienzo de la Cumbre del Clima. Esta serie de videos, de alrededor de 10 minutos cada uno, se cuestiona sobre la crisis climática centrándose en la Ciudad de México y retoma en cada uno un aspecto importante: Hay videos sobre el aire, el agua, la energía, la movilidad, el alimento y los residuos. Se analizan situaciones, se proporcionan datos y se hacen exigencias políticas. También se nos dice que nos organicemos como vecinas y vecinos, busquemos soluciones creativas y rompedoras.

Estos rubros que tocan los documentales son claves, por ello también han sido tratados en la COP27. Pero en esta cumbre que se acaba de celebrar en Sharm el-Sheij, Egipto, ha habido de nuevo decepción. No es una sorpresa: año tras año se reúnen, toman acuerdos mínimos y que a veces ni se cumplen. Ante los desafíos ambientales y sociales que nos rodean no se vale con el «lavado verde» (greenwashing), se exigen soluciones radicales ya, que la vida nos va en ello.

Por contra, desde las instituciones públicas y corporaciones privadas se apela a la tecnología, que nos va a salvar de la crisis climática. Es una especie de tecnoliberación, para seguir igual. Eso es perpetuar el modelo económico y social, seguir con el crecimiento infinito en un mundo de recursos finitos. Apostar por el colapso y el sálvese quién pueda.

Y además de en la tecnología, las soluciones suelen estar basadas en el dinero. Comprar bonos de carbono, que sigan contaminando quien pueda pagarlo. Negocio de muerte, en el fondo. A la vez que por ejemplo «Banco Santander y BBVA, dos de los bancos que más financian la expansión de combustibles fósiles en África«. ¡Ays el dinero!

Con los lobbies de las industrias contaminantes patrocinando el evento y presionando a funcionarios de gobiernos es complicado que se alcances acuerdos importantes. Y por ejemplo, las compañías de petróleo y gas ganaron 100.000 millones de dólares sólo en los tres primeros meses de 2022, recuerda The Guardian en su editorial.

Este modelo imperante, de la rapidez, el lujo, el extractivismo, el individualismo, el hiperconsumo y la petroadicción, es el que está acabando con la biodiversidad, provocando desastres naturales, migraciones, contaminación extrema, enfermedades. Este modelo nos ha hecho creer que los seres humanos no somos parte de la naturaleza, que la podemos usar y tirar. Pero en realizar dependemos de ella, y si se acaba, nos acabamos.

Nos toca repensar el modelo, ya que este es tremendamente injusto e insano, no poner parches e intercambiar elementos pero para seguir igual. No. Eso es imposible. Apoyémonos con ideas y experiencias, intentos de cambio, transiciones locales y regionales.

Podemos extrapolar lo que pasa en la Ciudad de México a otras ciudades y regiones. La serie documental El Tema es crítica, analítica, propositiva e inspiradora. Incide en que hay que cambiar el estilo de vida, crear otras propuestas de convivencia.

Sin duda, es necesario hacer la transición ecológica de forma colaborativa, atendiendo a las necesidades sociales o se hará de forma brusca y traumática, porque de un modo u otro se va a producir, sí o sí. Mejor apostar por la vida.

Las ciudades chiapanecas también son insostenibles, ¿podremos cambiarlas? Me queda el consuelo de que hay miles de jóvenes preparados y preparadas que vienen con fuerza.

Nos vemos por acá. Salud!

 

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Contacto: manugomez@disroot.org

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