De criminalización y juventud

Foto: Amauri Mejia

En capítulos anteriores… pues hemos tratado los temas de decrecimiento o los huertos urbanos, y aunque no siempre hay espacio para explicarlo de forma extensa no hay que dejar de decir que estos temas, como muchos otros tienen componentes sociales, económicos, políticos, psicológicos, culturales y +. Es decir, la mirada amplia y el análisis integral suele ser la clave para atender cualquier tema.

Y en el caso de hoy también quiero poner el análisis integral como factor importante.

Últimamente he escuchado y leído a personas progresistas que piden «mano dura» contra la delincuencia. Incluso yo me he encontrado preguntándome en alguna ocasión «¿qué hace la policía que no actúa?». Luego se me pasa.

Sí que estamos viviendo en Chiapas situaciones nuevas de crimen organizado y violencia las calles. Es doloroso. Y cada vez afecta a más personas. Por ello también me asalta la pregunta: ¿la solución es policial y militar? Y en seguida me llega la respuesta, rotunda: NO.

Echar más leña al fuego, criminalizar y apostar por el punitivismo solo va a empeorar la situación. Debemos hacernos cargo de la sociedad que estamos creando. Si nos aislamos y queremos que la solución la apliquen otros, policías y jueces, vamos por mal camino. Y es lo que hay.

Quizás debamos pensar en qué valor le estamos dando al enriquecimiento, al diálogo, a las armas, la velocidad, a las desigualdades, a la verdad, a nuestros principios éticos, a ser personas, gentes, comunidades humanas. Necesitamos vidas que vivamos con dignidad, y que sea en sociedad, que «solo funcionará si somos capaces de crear una sociedad en la que valga la pena vivir, que genere un sentimiento de responsabilidad compartido», como escuché hace unos días en un podcast.

No se vale ir cada quien por su lado y delegar. Pensemos en ese otro, otros, hagamos ejercicios de empatía y busquemos soluciones compartidas, colectivas. desde ámbitos económicos para se refuercen más trabajos dignos, consumo local, alternativas de futuro; desde ámbitos sociales acercándonos a las actividades del barrio y proponer, escuchar, dedicar tiempo a mezclarse y construir colectivamente; desde ámbitos políticos, pensando bien qué leyes pedimos o aplaudimos, valorando qué representan cada candidato a las elecciones o si buscar alternativas, pero no solo quedarnos en que lo solucionen otros (otra vez) y responsabilizarnos de verdad.

Ya hablé en otra ocasión también de jóvenes, y de cómo es necesario escucharlos y escucharlas, por ejemplo. Esos otros tienen mucho qué decir. Y escuchemos de verdad, dejando de lado nuestros prejuicios y abriéndonos a la incomodidad de otras verdades, y sobre todo no invisibilizando, ni apoyando pasivamente la explotación y los malos modos, porque quien siembra vientos recoge tempestades.

Que se deje de criminalizar a la juventud, al otro, que no solo busquemos aplicar «el peso de la ley» y que se busquen soluciones reales, es responsabilidad de todos y todas.

 

Nos vemos por acá. Salud!

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Contacto: manugomez@disroot.org

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