Josefina García Bravo: una comiteca Benemérita de la Independencia de Chiapas con letras doradas en el Muro de Honor del Recinto del H. Congreso del Estado
Sorprende que el tema de las “Letras Doradas en el Muro de Honor del Recinto del H. Congreso del Estado de Chiapas” sea motivo de polémica, cuando de mujeres se trata. Una incomprensible larga espera acompaña la solicitud de incorporar el nombre de Florinda Lazos León, un referente de las luchas feministas en el estado; habiendo sido la primera diputada electa que ocupó una curul en el Congreso Local en Chiapas (1926-1927).Solicitud que colectivas feministas (el Colectivo Feminista Florinda Lazos, entre otros) han planteado al Congreso del estado desde hace más de tres años, (marzo de 2020)[1], para reconocer su legado. Sin que hasta ahora hayan encontrado oídos para que en justicia se le reconozca.
Esta omisión, por demás incomprensible, preocupa, y ocupa, la atención pública de las mujeres feministas del estado. La preocupación se funda en los antecedentes del mal trato que han recibido las mujeres que osan tocar el muro de honor del Congreso, dado que este históricamente se ha configurado como un espacio de poder masculino. Ya que, en la actualidad, son doce los hombres que ocupan este muro, y únicamente dos mujeres: la insigne Rosario Castellanos, y Josefina García Bravo, esta última, comiteca, reconocida como “Benemérita de la Independencia en Chiapas”.
Pese al escaso número de mujeres, se ha negado el lugar de Florinda Lazos; pero, peor aún, se han escuchado voces de diputados para retirar el nombre de Josefina García Bravo, argumentado que es un “mito nacionalista”, y que, en realidad, esta “no existió”; motivo por el cual debe de ser retirada del muro de honor. De este debate me ocupo en esta contribución.
La historia de México se ha escrito en clave masculina. En la historiografía oficial los próceres de la historia nacional han sido siempre hombres, figuras a las que se les ha rendido tributo. En nuestra vida hemos aprendido nombres que hoy nos resultan familiares. Lo escuchamos desde la infancia en las aulas escolares, y en los discursos oficiales, en los días patrios. En cada quiosco municipal o comunitario, las arengas del 15 de septiembre mencionan a Miguel Hidalgo y Costilla como el “padre de la patria”, el “Benemérito”. Todo dicho en una gramática masculina.
Y, en esos discursos ¿Quién se encarga de recordar a Josefa Ortiz de Domínguez, quien ha sido reconocida oficialmente como una heroína nacional, Benemérita de la Patria y fundadora de México? Estos legados se encuentran escritos con Letras de Oro en el Recinto del Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro, y también en el Monumento a la Independencia, junto a otras heroínas insurgentes. Pero, como ocurre con todas las mujeres (vivas y difuntas), su nombre, su legado y su contribución han sido invisibilizadas por los discursos patriarcales de la noción de “patria” (pater), y no hay una vindicación de la “matria” (Burelo, 2022)[2].
Es hasta recientemente que comienza a escribirse una nueva historia nacional que incorpora a las mujeres como protagonistas. Esta tarea la han tomado las historiadoras, activistas, periodistas y escritoras feministas, que han asumido la tarea de hacer visible a las mujeres en distintos ámbitos de lo público, rompiendo estereotipos, que la habían colocado regularmente en espacios “naturales” a su género: lo doméstico y privado (Lau, 1998)[3].
En la primera etapa la tarea ha sido aportar luces sobre las trayectorias de esas mujeres emblemáticas, quienes habiendo estado presentes en los episodios fundacionales de la vida nacional, sin embargo no habían sido nombradas, ni reconocidas en las narrativas oficiales, restando legitimidad a sus aportes (Rodríguez, 2009)[4].
Re-escribir la historia con enfoque feminista enfrenta diversos desafíos, como la falta de información. La carencia de documentación son retos a los que se enfrenta el cotejo de las fuentes, que todo proceso de investigación requiere. Así por ejemplo, la historiadora Guadalupe Jiménez (2018)[5] quien asumió la tarea de escribir la historia de vida de María Josefa Ortiz de Domínguez, publicada en el libro Mujeres protagonistas de nuestra historia se enfrentó a la falta de certezas sobre la fecha de nacimiento de esta heroína de la Independencia.
Esta incertidumbre estuvo presente en el Decreto Presidencial que dispuso inscribir en letras doradas su nombre en el Muro de Honor del Recinto de la H. Congreso de la Unión. El Decreto lo firmó el presidente Miguel Alemán y allí se asentó “nació doña Josefa Ortiz en México por los años 1773-1775”. Nuevos hallazgos historiográficos disiparon las dudas cuando en 1992, Gabriel Agraz García de Alba, publicó la fe de bautismo en donde se consignó que había nacido el 22 de abril de 1773.
Documentar la historia de las mujeres insurgentes independentistas en Chiapas enfrenta también esos desafíos. En este estado, la Red de Historiadoras Feministas de Chiapas se ha abocado a desempolvar trayectorias de mujeres emblemáticas de la historia chiapaneca, que han contribuido a favor de la emancipación de las mujeres, y su participación en los distintos procesos democráticos en la entidad.Así, por ejemplo, el protagonismo de la comiteca Josefina García Bravo ha sido motivo de indagación para documentar su participación en los acontecimientos de la Independencia de Chiapas. La reconocida historiadora feminista Tatiana Jiménez Domínguez (2020)[6] ha documentado sobre esta “mítica heroína de la Independencia chiapaneca”, como le llama, y se ha abocado a aportar luces sobre ella.
En este esfuerzo identifica un vacío de información que permita constatar la existencia misma del personaje, dado que se carece de información que lo constate. Hasta hoy día se adolece de fuentes confiables que alimenten su biografía. Se desconoce la fecha de nacimiento, aunque existe la presunción que nació y vivió en Comitán.
Alrededor de la biografía de Josefina García Bravo se han escrito narrativas que ponen a dialogar a este referente libertario chiapaneco con las heroínas mexicanas, como Josefa Ortiz de Domínguez, haciéndola coincidir trayectorias. Dado el contexto de su época, el papel de los párrocos y los recintos religiosos fueron lugares en donde se fraguaron las luchas independentistas. Allí se reunían los liderazgos que estaban movilizados en la puja independentista, y en esos espacios coincidieron las historias de ambas mujeres, cada una en su tiempo y lugar.
Sobre Josefina García Bravo, de acuerdo a las narrativas oficiales, se dice que ella era partidaria de la Independencia de Chiapas. En las luchas que se daban en los territorios chiapanecos por lograr su independencia de España, Fray Matías de Córdova, párroco en la fronteriza ciudad de Comitán, convocó el 28 de agosto de 1821 a sus feligreses a reunirse, incitándolos a tomar las armas para romper los lazos con la Corona.
Los hombres mostraron dudas para responder a favor de tal invitación, expresaron temores de adelantarse a las iniciativas de Iturbide en México, o a las autoridades de Guatemala, prefiriendo que otras regiones consumaran su Independencia, y Comitán ir detrás de ellos.
Ante la indecisión de los hombres, se refiere que fue una mujer quien tomó la palabra para secundar la propuesta del fraile: Josefina García Bravo emitió consignas dirigidas a incentivar los ánimos y movilizar a los indecisos, alentándolos con el siguiente pronunciamiento: “Padre Córdova, si usted nos autoriza, podemos nosotras las mujeres hacer un trato con los hombres aquí presentes, que ellos se queden cuidando de las casas y de los niños, mientras nosotras nos marchamos a la frontera” (Jiménez, 2020).
En la narrativa de este episodio se relata que “doña Josefina”, como se le nombra, presumiendo que era una mujer casada, dio un giro al clima de la reunión a la que había convocado el sacerdote, haciendo cambiar el ánimo de los presentes. De acuerdo con la descripción de Sergio López, los hombres reflexionaron y cambiaron de actitud. Lo dicho por doña Josefina fueron palabras de impacto que repercutieron en la conciencia de los feligreses. “Fue una arenga cívica que despertó el sentido patriótico de todos. El padre Córdova se entusiasmó y se lanzó a la lucha. Las campanas del templo como las de Dolores tuvieron resonancia en la libertad. Doña Josefina García es una mujer comiteca que vive en la gratitud del pueblo y en el curso ejemplar de la historia. Doña Josefina Manuela García Bravo es un símbolo de la libertad del pueblo. Sus palabras fueron una llamada a la libertad.” (López, 2008)[7].Este episodio se ha convertido en un mito nacionalista en Comitán. Por su trascendencia, su nombre ha sido incorporado en la historia de ese municipio como heroína de la Independencia. Y, con orgullo se ha construido todo un relato que coloca a esta ciudad fronteriza como la cuna de la Independencia de Chiapas, fundado en el acto heroico de esta mujer.
Es tanta su trascendencia en el imaginario colectivo en ese municipio, que en el año 2004 se elaboró un nuevo escudo municipal, en donde en la parte inferior derecha se incorporó la silueta de un libro, con la inscripción que identifica a Comitán como “Cuna de la Independencia de Chiapas de la Capitanía General de Guatemala el 28 de agosto de 1821 motivados por Fray Matías de Córdova y Josefina García Bravo.”, según menciona el autor.
López (2008) abunda que al reconocerla como heroína hija de Comitán, en el municipio se le ha erigido un busto de bronce que la engrandece, este se encuentra situado en la plaza del barrio de San Sebastián. La ciudad cuenta también con centros educativos que llevan su nombre. El reconocimiento a esta heroína de la Independencia creció cuando en 1984 su nombre se inscribió con letras doradas en el Muro de Honor del Recinto Legislativo del H. Congreso del Estado de Chiapas.Se presume que Josefina García Bravo murió a mediados del siglo XIX en el convento anexo a la iglesia de san Sebastián en Comitán, a consecuencia de que se contagió de cólera por ayudar a los enfermos, pero se carece de evidencia documental que lo confirme. Así, ante la falta de documentación sobre su existencia real que lo constate, se habla de la construcción de un mito nacionalista que busca emular la figura de la Benemérita Josefa Ortiz de Domínguez, dada las similitudes en lo relativo al nombre, y los eventos que rodean a estas mujeres míticas independentistas.
Las letras doradas en el muro de del H. Congreso del Estado de Chiapas: un debate con tufo patriarcal
El debate sobre la existencia mítica de Josefina Bravo llegó hasta el H. Congreso del Estado de Chiapas, cuando en sesión ordinaria del día 14 de junio de 2012 de la Sexagésima Cuarta Legislatura de este órgano legislativo, conoció la propuesta de una iniciativa que presentó el diputado Aquiles Espinosa García (PRI), quien hizo uso de la tribuna para proponer retirar las letras doradas del nombre de Josefina García Bravo del Muro de Honor del Recinto Legislativo del H. Congreso del Estado de Chiapas, ya que, argumentó, esta persona, en realidad, “no existió”.
En su exposición, el diputado en cuestión mencionó que fue en 1984 cuando se aprobó el Decreto que promulgó la inscripción en el muro de honor de doña Josefina García Bravo. Sin embargo, este decreto, afirmaba el diputado, fue aprobado con premura porque se festejaba, entonces, el 160 aniversario de la Independencia de Chiapas y la anexión a México. En esa ocasión se recibía la visita del presidente de la República, y los diputados de ese entonces quisieron dejar testimonio de la participación chiapaneca en la gesta independentista. En su arenga el diputado vindicó el patriotismo de Fray Matías de Córdoba, pero descalificó la figura de Josefina García Bravo; por lo que en tribuna solicitó al órgano legislativo retirar su nombre de tales honores[8].
En su narrativa, el diputado Espinosa García justificó su petición en un largo argumento, que aquí sintetizo, que tenía como propósito desacreditar y deslegitimar su presencia en el muro.
(…) podemos argumentar, o qué argumentan los historiadores, para indicar que el personaje es solamente mítico (…) y todavía hay un busto en la ciudad de Comitán, creo que está en la plaza de San Sebastián y ahí se dice, dice la inscripción, esto para Ripley, Josefina García, no Josefina García Bravo, heroína comiteca de la Independencia de Chiapas, agosto 28 de 1821-1971, 150 aniversario H. Ayuntamiento 1971- 1973, busto donado por el C. Profesor Edgar Robledo Santiago. En sus ‘Lecturas chiapanecas’[9], ustedes pueden encontrar el detalle precisamente del tema de Josefina, pero nada agrega, y todavía se obsequió un busto de una mujer inexistente[10].
La sesión del H. Congreso del Estado del 14 de junio de 2012, cuando se presentó la solicitud, era presidida por la diputada Arely Madrid Tovilla. El Congreso desechó la propuesta. El contexto en el que el diputado Espinosa García planteó retirar el nombre de la Benemérita de la Independencia chiapaneca, se presentó en un clima de debate político, porque el asunto de las “letras doradas” en el Muro de Honor del Recinto Legislativo del H. Congreso del Estado de Chiapas estaba politizado.
Un año antes de su propuesta, en el 2011, el nombre de Edgar Robledo Santiago, antes aludido, quien fuera Senador por Chiapas y Secretario de Educación, entre otros cargos, fue incorporado al mismo Muro de Honor en donde estaba Josefina. En esta ocasión, los integrantes de la Comisión de Educación y Cultura del H. Congreso aprobaron por unanimidad las iniciativas para inscribir con letras doradas los nombres de seis personajes: Juan Sabines Gutiérrez, Rosario Castellanos, Manuel Velasco Suárez, Samuel Ruiz García, Salomón González Blanco y Edgar Robledo Santiago. El diputado Presidente de la Comisión, explicó que se trataba de una iniciativa para honrar a referentes que habían dado luz a Chiapas “y sin los cuales no podría entenderse la historia de nuestro estado”[11].
El reconocimiento a cada uno de ellos y ella, se realizó en fechas específicas en una sesión de honor. Se inició con la aclamada escritora chiapaneca Rosario Castellanos (25 de agosto); el 27 de septiembre correspondió al Profesor Edgar Robledo Santiago; siguió en turno Enoch Cancino Casahonda (6 de octubre); Samuel Ruiz García (3 de noviembre); Juan Sabines Gutiérrez (27 de noviembre); Manuel Velasco Suárez (2 de diciembre) y Salomón González Blanco (18 de diciembre).
El crecido número de personajes ilustres incorporados al Muro de Honor abrió el debate, ya que fue el diputado Zoe Robledo (PRD), sobrino-nieto de Edgar Robledo Santiago, el impulsor de esa iniciativa, y fue así que la lupa se puso sobre el muro, cuestionando entonces al eslabón más débil, a la prócer Josefina García Bravo, dado que el busto había sido donado por Edgar Robledo Santiago, acontecimiento que el diputado Espinosa lo trajo a cuenta en su argumentación, para deslegitimar a ambos personajes.
La petición del diputado Aquiles Espinosa García de retirar el nombre de Josefina García Bravo era desproporcionada, ya que únicamente ella y Rosario Castellanos, que sería incorporada, gozaban de tal distinción en medio de un muro lleno de hombres con letras doradas. Pese a esta desproporción, el diputado consideró inadecuado que una persona que “no existió” permaneciera con tal reconocimiento. La propuesta del diputado fue recibida, pero no prosperó. Y, hasta hoy día el nombre de Josefina García Bravo luce en el Muro de Honor del Recinto Legislativo chiapaneco como la heroína de la Independencia en Chiapas.Desde una perspectiva de género, reconocer la voz de Josefina liderando acciones dirigidas hacia una insurrección armada es un mensaje de trascendencia en la construcción de los mitos nacionalistas. Se trata de la construcción del perfil de una heroína, que busca emular a doña Josefa Ortiz en la historia nacional; nada nuevo en las narrativas nacionalistas que requieren construir estos mitos de identidad para la construcción de una nación (Gutiérrez, 2012)[12].
Es probable que efectivamente el personaje con tal nombre y apellido no haya existido de manera física, sin embargo, no se descarta que en tales procesos históricos haya habido “muchas Josefinas”, mujeres con ese perfil, dando su vida en los procesos libertarios; quienes, antes y ahora, están allí, avanzado en ganar espacios en el ámbito de lo público; pero que eran y han sido, recurrentemente ignoradas en un mundo de los héroes masculinos.
En este sentido, la historiadora feminista Tatiana Jiménez se pregunta sobre por qué razones, y con qué propósitos, “se inventó” (concediendo) a la prócer independentista Josefina García Bravo en la historiografía chiapaneca. Por un lado, responde, está la narrativa de la heroína que parece ser frecuente en la corriente relacionada a la “Historia de Bronce”, la cual se ha encargado de reproducir estos discursos con intenciones precisas: cultivar el patriotismo. De esta manera, los historiadores de la época convirtieron a Josefina García en una heroína local chiapaneca, con rasgos y discursos patrióticos cercanos al ideal masculino.
Por el otro, el uso instrumental que suele hacerse de las mujeres como objeto político, usadas desde el poder para legitimar un orden político, que en ciertas coyunturas son traídas a la palestra, cuando sirve a los intereses de los hombres políticos que las construyen como objetos cosificados, susceptibles, luego, de ser desechadas. Hipótesis bastante cercana a la realidad, tal y como se hizo notar en el argumento del diputado Aquiles Espinosa García, al hacer referencia al momento histórico en que su nombre fue inscrito en el Muro de Honor, ya que dio a entender que la razón fue instrumental, pertinente a los propósitos de los diputados y actores políticos en turno, del momento en que tal evento ocurrió.
Hoy la Benemérita chiapaneca Josefina García Bravo se ha convertido en un mito nacionalista que aporta identidad. Y, como señala la historiadora Jiménez, su invención es un hito que nos permite entrever que las mujeres siempre han estado presentes en eventos de trascendencia histórica y, seguramente, los acontecimientos en la Independencia de Chiapas no fueron la excepción. Por lo que, su figura y nombre representa a todas las mujeres sin nombre, las de abajo, las que no se vieron, las que han participado en todas las revueltas permanenciendo en el anonimato por motivo de la clase, del género, de la etnia y la geografía.
Por toda esa memoria de agravio, es que las historiadoras feministas chiapanecas escarban en el polvo de los archivos para buscarlas con lupa y entre líneas, a las no nombradas, las que son invisibles a la sombra de los apellidos de los “pater-patria”, negando a las “mater-matrias”.
Así es que, es de celebrar que esta suerte de “feminicidio simbólico” que quiso perpetrar el diputado Aquiles Espinosa no prosperara. Las letras doradas de Josefina García Bravo siguen allí dignificando un muro patriarcal. Y, coincidiendo con la también distinguida periodista feminista Enriqueta Burelo […] considero que su nombre debe seguir ocupando ese espacio, si viviera doña Florinda Lazos, le platicaría lo que le ha costado a ella a pesar de ser la primera diputada local, tener su nombre ahí en ese sitio, así que no se me baje doña Josefina, que usted representa a todas las chiapanecas anónimas que han luchado por un Chiapas más justo y democrático.”
Concluyendo. Es cierto que la existencia física de Josefina García Bravo no ha podido ser probada como una evidencia histórica, pero eso no ha impedido que su figura se agigante en la medida en que el debate la acompaña, y tampoco es en demérito suyo; por lo que, más allá de los intereses mezquinos con tufo patriarcal y poliquitero por el uso político revanchista del diputado Aquiles Espinosa, de usarla de manera instrumental al intentar retirarla; nuestra Josefina sigue allí, y en ese Recinto de Honor debe de permanecer. Porque la historia no se hace solo de vidas y datos tangibles, sino también simbólicos, y ella es un símbolo: una comiteca Benemérita de la Independencia de Chiapas.
Para cerrar y que no se olvide ¿Quiénes nos faltan en el Muro de Honor del Recinto del H. Congreso del Estado de Chiapas?: las mujeres que nos dieron matria. 1) Florinda Lazos, activista, política, socialista, sufragista, revolucionaria, periodista, feminista y primera Diputada mujer en la historia del Honorable Congreso del Estado de Chiapas (1926); 2) María Candelaria, mujer tzeltal de Cancuc (1712), precursora independentista por la descolonización española de Chiapas en el siglo XVIII, siendo el equivalente mexicano de Bartolina Sisa, independentista aymara de Bolivia; y 3) Comandanta Ramona, mujer tsotsil, mujer zapatista, sembradora de sueños, de imaginar que otro mundo es posible para las mujeres indígenas de Chiapas, México y el mundo[13].
Concluyo. Espero que el H. Congreso del Estado de Chiapas, con una mayoría de mujeres (muchas de ellas de pueblos originarios) pueda tener una “agenda de letras doradas” para estas y otras mujeres que nos dieron matria.
[1] La iniciativa del Decreto fue presentada el 11 de marzo de 2020 por la Diputada Adriana Bustamante Castellanos; la diputada Valeria Santiago Barrientos y el Diputado Marcelo Toledo, de la Sexagésima Séptima Legislatura del Honorable Congreso del Estado de Chiapas. La iniciativa de referencia fue leída en la Sesión Ordinaria de la Comisión Permanente del Poder Legislativo el 12 de agosto de 2020. Comisión de Educación y Cultura. Sexagésima Séptima Legislatura del Honorable Congreso del Estado de Chiapas (11 de marzo de 2020). Iniciativa de Decreto. Disponible en: http://www.congresochiapas.gob.mx/new/Info-Parlamentaria/iniciativas/INI_DIC_0493.pdf?v=Mg==
[2] Burelo, Enriqueta (13 de septiembre, 2022). Historia Matria. Ultimatum. Disponible en: https://ultimatumchiapas.com/colaboracion-invitada-183/
[3] Lau, A. (1998). La historia de las mujeres: una historia social o una historia de género. En Gisela von Wobeser (Coord.). Cincuenta años de investigación histórica en México. Universidad Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad de Guanajuato, pp. 159-169. Disponible en https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/cincuenta/343_04_12_Lahistoriamujeres.pdf.
[4] Rodríguez, M. (2009). México, independencia, mujeres, olvido, resistencia, rebeldía, dignidad y rescate. Alegatos (73), pp. 355-380. Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/tablas/r23947.pdf
[5] Jiménez, Guadalupe. (2018). María Josefa Ortiz de Domínguez: esposa, madre y Benemérita de la Patria mexicana (1773-1829). En Galena, Patricia. (Coord.). Mujeres protagonistas de nuestra historia. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. Secretaria de Cultura, pp. 17-30. Disponible en https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Muj_Protagonistas.pdf
[6] Jiménez, Tatiana. (10 de septiembre de 2020). La mítica heroína de la Independencia chiapaneca: Josefina García Bravo. Aquí Noticias. Disponible en: https://aquinoticias.mx/la-mitica-heroina-de-la-independencia-chiapaneca-josefina-garcia-bravo/
[7] López, Sergio. (9 de marzo de 2008). Josefina Manuela García Bravo, comiteca distinguida, por Todo Chiapas. Disponible en: http://todochiapas.mx/chiapas/josefina-manuela-garcia-bravo-comiteca-distinguida/138
[8] Aquí puede leerse la versión estenográfica. Congreso del Estado de Chiapas, Acta #10. ACTA DE SESIÓN ORDINARIA DEL DÍA CATORCE DE JUNIO DE DOS MIL DOCE, CORRESPONDIENTE AL SEGUNDO PERIODO ORDINARIO DE SESIONES DEL SEGUNDO AÑO DE EJERCICICO CONSTITUCIONAL CELEBRADA POR LA SEXAGÉSIMA CUARTA LEGISLATURA DEL HONORABLE CONGRESO DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE CHIAPAS. 14 de junio de 2012. Disponible en: https://congresochiapas.gob.mx/pdf/actas/LXIV/II/2PO/JUN/14.pdf
[9] Se refiere al libro “Lecturas chiapanecas” del mencionado autor, publicado en 1980 por el Gobierno del Estado de Chiapas.
[10] Dado que el documento es una versión estenográfica, tiene múltiples errores ortográficos y de sintaxis. Para hacerlo legible intervine el documento y lo corregí.
[11] ASICH (9 de agosto de 2011). Aprueban inscribir con letras doradas en Muro de Honor nombres de personajes ilustres, en ASICH. Disponible en: http://www.asich.com/aprueban-inscribir-con-letras-doradas-en-muro-de-honor-nombres-de-personajes-ilustres.html
[12] Gutiérrez Chong, Natividad, (2012). Mitos nacionalistas e identidades étnicas. UNAM. Disponible en chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://ru.iis.sociales.unam.mx/jspui/bitstream/IIS/4417/1/Mitos%20nacionalistas%20e%20identidades%20etnicas.pdf
[13] Como lo ha propuesto la Diputa Tseltal de Oxchuc, Floralma Gómez Santíz.
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