41.5 de incremento
Si usted viaja en coche por la “súper carretera” San Cristóbal debe pagar 75 pesos de peaje, 22 pesos más que hace dos años, lo que representa el 41.5 por ciento de incremento.
Es cierto que México vivió en 2021 la peor inflación de sus últimos 20 años, con una tasa del 7.36 por ciento, según Inegi, pero eso no justifica la nueva cuota.
Si la tasa de inflación en 2020 fue del 3.15 por ciento, el peaje en la carretera de Tuxtla Gutiérrez a San Cristóbal debiera rondar los 60 pesos, pero de ninguna manera 75 pesos.
A excepción de los salarios mínimos, que en estos dos años recibieron un incremento de más del 30 por ciento, los demás salarios aumentaron 3.5 por ciento anual.
La justificación de encarecer el peaje se atribuye a las obras de ampliación de la carretera que están siendo financiadas, no por Aldesa, como se anunció en agosto de 2019, sino por los pacientes automovilistas.
La empresa que tiene concesionado este tramo carretero, informó en esa fecha que invertiría 900 millones de pesos para ampliar a cuatro carriles la “supercarretera”.
Se esperaba que cuando concluyeran los trabajos, quizá en 2024, habría un incremento en el peaje.
La sorpresa fue que en enero de 2021, la cuota para autos, que era de 53 pesos, pasó a 63, lo que significó un aumento del 19 por ciento.
No hubo mayores protestas por esta medida, apenas declaraciones de taxistas que percibieron una merma en sus ingresos. A inicios de este año, Aldesa nuevamente aumentó un 19 por ciento el peaje.
Si tuviéramos una autopista terminada, se justificaría el gasto. Sin embargo, las obras alentan el tránsito vehicular. Es como si un inquilino soportara las incomodidades de la construcción de un segundo piso de una casa, y además, la financiara con un mayor pago de la renta.
A excepción de los domingos, en que hay un tráfico fluido por el día de descanso de las empresas constructoras, esta carretera es una tortura para los automovilistas.
Algún accidente o vehículo averiado paraliza el tránsito. Entonces son horas que se pierden en esa casa en construcción, que aún no gozamos, pero que nos hacen pagar por adelantado.
Aldesa también ha implantado el mismo mecanismo en la carretera de Coita a Arriaga, en donde, por ejemplo, en la caseta de Jiquipilas cobra por auto 105 pesos, cuando el año pasado era de 75 pesos.
Estos incrementos, inoportunos, desmedidos e injustos, lesionan la economía de los transportistas e incrementan la inflación. Si Aldesa se había comprometido a financiar estas obras, debería obligársele a que cumpla con su palabra.
Podría pensarse en un aumento de cuota cuando esas vías ofrezcan a los automovilistas cuatro carriles, mejores servicios y condiciones mayores de seguridad. La fecha de conclusión de estas obras no lo sabemos, pero no nos extrañaría que, si bien nos va, fuera a fines de este sexenio.
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