La controvertida Rusia

Imagen: tourmoscu.com

Rusia se ha convertido en los últimos días en la acumuladora de todas las malignidades del planeta por su invasión militar a Ucrania. Ello ha provocado que el Estado ruso y sus ciudadanos se hayan visto expuestos a graves sanciones económicas, mismas que podrían dirigir al país, sino se llega a rápidos acuerdos para finalizar la guerra, a la autarquía. Una situación que tiene repercusiones sobre los ciudadanos rusos que están siendo privados de participar en actividades de todo tipo fuera de sus fronteras. Una auténtica falta de respeto a sus derechos ciudadanos como venganza a las decisiones tomadas por su dirigencia política.

El escenario mundial se complejiza, también, debido a las inminentes crisis económicas provocadas por el cierre de Rusia y la continuidad de la guerra. Escenario tendente a crear, según opinan distintos economistas, una estanflación generalizada, es decir, un estancamiento económico acompañado de una imparable alza de precios. En definitiva, una realidad que ya se muestra con el incremento de los combustibles y el encarecimiento de granos básicos como el trigo, por poner dos ejemplos.

Esta coyuntura mundial vuelve a poner a Rusia en el centro de los debates políticos, como había ocurrido en otros tiempos, ya sea por situarse como ejemplo y modelo de transformaciones tras la Revolución rusa o, por todo lo contrario, al ser considerado el régimen político surgido de dicha Revolución como el acumulador de todos los males y un peligro constante para la estabilidad planetaria. Situación que claramente se escenificó durante el periodo conocido como Guerra Fría.

Pero Rusia tiene siglos envuelta en controversias propias, no necesariamente o siempre explicitadas, sobre su condición de país, de nación. Más allá de lo dicho u opinado desde fuera de sus fronteras, Rusia se ha debatido entre el acercamiento a Europa o el enclaustramiento tras sus fronteras propiciado por su autoproclamada singularidad. Idiosincrasia concretada en discursos y a través de elementos simbólicos que emergen alrededor del concepto de Madre Rusia.

Debate latente, que no parece ausentarse en la actual Rusia, y que ya fue recordado y analizado en distintos textos por la perspicaz pluma de Isaiah Berlin. El intelectual letón-británico se acercó a la Rusia de los siglos XIX y XX para entender el trasfondo de los discursos políticos que dieron paso o sostuvieron la Revolución rusa, así como a las discordantes relaciones con Europa reflejadas en pensadores y narradores de ese inmerso territorio euroasiático. Posiciones encontradas y no ausentes de contradicciones que, de diferente manera, están ejemplificadas por los escritos de la intelligentsia rusa revisados con la profunda visión del pensador liberal e historiador de las ideas que fue Isaiah Berlin. Así, leer o releer las opiniones vertidas por este académico de familia judía, nacido en Letonia y fallecido con pasaporte inglés, no solo es un ejercicio de fruición intelectual sino una posibilidad para entender las aristas que se desprenden de la actual guerra.

Muchas expresiones culturales e ideas políticas y filosóficas nacidas en territorio ruso son fundamentales para entender la historia y la construcción intelectual europea y mundial, por lo que sería un error darle la espalda a esta realidad simplemente por las interesadas y mediatizadas opiniones que hoy se expresan con desmedida simplicidad.

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