La ENAH: bastión contra el colonialismo
Me anima a escribir un texto más acerca de la Escuela Nacional de Antropología e Historia un comentario de mi amigo Pedro Tomé, lector asiduo de Encarte Crítico y Chiapas Paralelo. En una parte de su comentario a propósito de mi anterior texto acerca de la ENAH y en referencia a la necesidad de cursos sobre la historia de la antropología en México, dice Pedro Tomé: (La antropología en México es una ciencia…) “que no se origina al calor de las discusiones de la postmodernidad ni en la pre historia del Movimiento del 68, sino que se incardina en los comienzos de la historia de la antropología con la llegada de Boas y con él de todo un estilo de pensamiento”. Tal como lo apunta Pedro Tomé, la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americanas fundada en México en 1911, lleva el sello de un Boas que concibe a la antropología como una ciencia de la Cultura con enfoque holístico. Por eso, al fundarse la ENAH en 1942 dentro del INAH, las disciplinas son Antropología Física, Antropología Social, Etnología, Lingüística y Arqueología. El modelo de Boas asimilado en la ENAH sirvió a las otras escuelas de América Latina que empezaron a surgir alentadas, en varios países, por los becarios que habiendo estudiado en la ENAH regresaban a sus países a fundar la docencia en antropología. La ENAH, desde sus primeros años, alentó una orientación contra colonial apoyada en el nacionalismo que se derivó de las luchas anticoloniales. Después, el nacionalismo expropiado por el Estado, pasó a tener otros significados. Pero por lo menos en mi generación, fuimos nacionalistas en términos anti colonialistas, y esa fue una de las razones más importantes para rechazar al llamado “culturalismo” norteamericano y el estructural-funcionalismo de la Escuela Británica. Por supuesto, son estos aspectos los que deberían estar discutiéndose en cursos sobre la historia de la antropología en México. Por ello, he planteado la propuesta de celebrar un ciclo de conferencias discutiendo la historia de la ENAH y enfocar esa historia en las diversas generaciones que han transitado por la Escuela. Hago votos porque en los programas de estudio o mapas curriculares de la enseñanza de la antropología en los diversos centros académicos y universitarios del país, se programen cursos acerca de la historia de la antropología en México. Sería muy interesante saber qué conoce de la antropología en México un estudiante chiapaneco de la UNACH comparado con uno de Jalapa o de la misma ENAH o el Departamento de Antropología de la UAM-Iztapalapa. Desconocer la trayectoria de la disciplina a la que uno se dedica, lleva a cometer errores que después son difíciles de enmendar. En ese sentido, un enfoque generacional de la trayectoria de la ENAH dejaría en claro cómo vivieron diferentes etapas del país, generaciones de estudiantes de antropología. Así, por ejemplo, una conversación con Leonel Durán, es importante para conocer por qué los estudiantes de la ENAH apoyaron la huelga del Instituto Politécnico Nacional allá por 1956. En ese año, Leonel Duran era el Secretario de la Sociedad de Alumnos de la ENAH, la SAENAH. Estaban cursando antropología Margarita Nolasco, Mercedes Olivera, Enrique Valencia, Guillermo Bonfil, Poncho Muñoz, José Rendón. En el cuerpo de Maestros estaban Paul Kirchhoff, Ricardo Pozas, Jorge A. Vivó, Johanna Faulhaber, Barbro Dhalgren, Pedro Bosh-Gimpera, entre otros distinguidos y distinguidas antropólogas. Un antropólogo como Andrés Medina es una fuente viva de información acerca de la vida de la ENAH. Las etapas por las que ha pasado la Escuela están estrechamente vinculadas a la vida del país desde que funcionaba en las calles de Moneda, pasando por los altos del Museo Nacional de Antropología hasta su actual ubicación en las calles de Zapote, esquina con Perisur, Colonia Isidro Fabela en la Alcandía de Tlalpan.
Hace algún tiempo que la ENAH dejó de ser el único centro de enseñanza de la antropología en el país. Durante las décadas de 1970-1990 se fundaron escuela de antropología a lo largo y ancho de México, pero la ENAH sigue conservando un estatus muy particular, precisamente por su trayectoria. Recientemente, y caducado el convenio firmado entre la UNAM y el INAH, se constituyó la licenciatura en antropología en la UNAM, con el respaldo del Instituto de Investigaciones Antropológicas (antiguamente la Sección de Antropología del Instituto de Investigaciones Históricas), la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, el Instituto de Investigaciones Filológicas, el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales y el CIMSUR en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Incluso, los orígenes de la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México, fundada por José Luis Sariego y otros colegas en Chihuahua, tiene sus orígenes en la ENAH, a la que estuvo asignada esa Escuela durante un tiempo. Así que llevar a cabo una detallada reflexión sobre los orígenes y trayectoria de la ENAH en México, es abrir la puerta al conocimiento del papel que ha jugado la antropología en el país desde que surgió el Estado Nacional en el siglo XIX. En estos tiempos, es aún más urgente tener claro el papel de una ciencia social como la antropología en el devenir de la Nación. La antropología como disciplina se mueve entre la Ciencia y las Humanidades, con una situación peculiar en los contextos del colonialismo y el anticolonialismo, amén de la defensa de la variedad humana. Y en ello, el papel de la ENAH ha sido muy destacado no sólo en México sino en Nuestra América.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 16 de enero, 2022.
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