Herramienta para la Sistematización de Experiencias de acompañamientos en fortalecimiento de capacidades digitales
Introducción
De vez en cuando camino al revés,
es mi modo de recordar.
Si caminara sólo hacia adelante,
te podría contar cómo es el olvido.
Humberto Ak’abal
Una sistematización puede parecer una tarea inmensa. Aunque ciertamente la consideramos más como un ejercicio diverso y muy enriquecedor que permitirá significar nuestro trabajo en múltiples dimensiones. En nuestro caso, tres grandes acciones sucedían a la vez: mientras realizábamos el trabajo regular de acompañamientos en seguridad digital con organizaciones sociales, fuimos construyendo la propia herramienta metodológica de sistematización que usaríamos para revisar esos procesos y realizábamos nuestra propia sistematización sobre la experiencia de acompañar. Fue un constante ir y venir de la teoría a la práctica. Para estas últimas dos acciones retomamos diversas documentaciones ya existentes, siempre mirando las metodologías que nacen tanto de la educación popular como de experiencias de trabajo comunitario formalizadas en un método que es a la vez camino y metodología sobre el caminar.
Desde nuestros inicios, allá por 2011, en Sursiendo nos ha interesado tender puentes entre los territorios de la tecnología y los de grupos y comunidades; entre las personas y sus contextos y entre formatos y experiencias diversas. Nos inspira el vincular procesos en apariencia diferentes. Así, nos fuimos construyendo desde una visión crítica de las tecnologías apoyándonos en la educación popular y el software libre para acompañar la defensa de derechos humanos y colectivos, de la tierra y el territorio como una forma de abrir el espacio para el diálogo, el encuentro, el debate y la reflexión colectiva.
Ya habiendo transitado algunos años y varios formatos desde ese caminar inicial, decidimos dedicar tiempo a un ejercicio de sistematización para poner orden y hacer una conceptualización de la práctica que nos permitiera tanto revisar con una distancia crítica las experiencias de acompañamiento en seguridad digital como resignificar el camino siguiente. Al hablar de “experiencia” nos referimos a lo que Zúñiga López y Zúñiga Preciado (2014) mencionan como “lo vivido, lo sentido, lo ocurrido, lo pensado, implica las acciones, las teorías, los sentimientos, el contexto político, histórico, cultural no como partes separadas las unas de las otras, sino interrelacionadas unas con otras con cierta lógica que es la que le otorga sentido” (p. 73). Quisimos iniciar una reflexión colectiva donde conectar con una tierna autocrítica nos permitiera desnudar nuestras acciones para conocer sus sentidos profundos y así reconocer y compartir gustosas los aprendizajes surgidos del proceso.
Hubo varios análisis que nos impulsaron a esta tarea. El campo de los cuidados digitales, autodefensa digital o protección digital destinado a grupos y personas defensoras de derechos humanos es relativamente nuevo en comparación con el de la protección integral y, sin embargo, por las características del mundo en el que vivimos, es sumamente presente y creciente. Al momento de escribir esta introducción se conocían nuevas revelaciones respecto a la vigilancia gubernamental a través de malware, del que México es una vez más protagonista. El Proyecto Pegasus, reveló que dicho software espía de grado militar, perteneciente a la ya cuestionada empresa israelí NSO Group, ha sido utilizado para vigilar a activistas, periodistas, defensoras de derechos humanos, políticos, académicos, entre otras “personas de interés” alrededor del mundo.
Aún cuando aceptamos que la protección digital se enmarca cada vez más dentro de la protección integral, existen pocos estudios en profundidad sobre cómo estamos realizando los acompañamientos de grupos y defensoras, cómo podemos fortalecerlos y qué otras herramientas (humanas y técnicas) pueden ser necesarias para robustecer nuestro campo. Las personas defensoras de derechos humanos son una comunidad específica que enfrenta situaciones de riesgo propias según su contexto y tenemos la convicción de que revisar nuestras propias prácticas como acompañantes ayudará a robustecer la defensa de derechos humanos y colectivos.
Desde el mismo momento que nos propusimos realizar la sistematización de nuestra experiencia, cuyos hallazgos compartimos a inicios de 2021, fuimos construyendo una herramienta metodológica como una invitación a que este ejercicio sea realizado por otros grupos que acompañan a defensores en el fortalecimiento de sus cuidados digitales y así enriquecer el diálogo sobre y de nuestros quehaceres.
Sabemos que no somos expertas en las tareas de la sistematización. Sin embargo, habíamos transitado con anterioridad experiencias de este tipo y sabíamos, por ejemplo, que con facilidad se confunde documentar (que sería sólo la recolección y el ordenamiento de una experiencia), evaluar (analizar, medir o valorar los resultados obtenidos en una experiencia) o investigar (ejercicio que busca aportar a la construcción del conocimiento) con sistematizar, que desde Sursiendo definimos como “el proceso de ir y volver sobre una experiencia, recuperando, ordenando y analizando información para luego interpretarla, con el fin de comprender y compartir el proceso vivido y generar nuevas experiencias que transformen a partir de ello” (Sursiendo, 2021: 9).
La presente herramienta metodológica para la sistematización de experiencias enfocada en procesos de acompañamiento en seguridad digital para comunidades de defensores de derechos humanos y la guía de uso surgen de nutrir nuestra propia experiencia con la revisión del trabajo de gigantes como Oscar Jara, Rosa Elva Zúñiga, Ana Bickel o ÁBACOenRed. Pensamos esta herramienta, la guía y sus fichas para allanar el camino de otros grupos que quieran hacer una revisión profunda de sus procesos de acompañamiento. Quisimos compartirla en un formato unificado con la intención de impulsar que más sistematizaciones sean posibles.
La guía está dividida en 10 apartados: En el primero, encontrarán un esquema en el que se muestra el camino general de la sistematización, lo que llamamos la Espiral de la sistematización. En el segundo, que hemos titulado Diseñando nuestro proceso de sistematización encontrarán claves para tomar en cuenta en la planificación de su propia sistematización de experiencias. Tiene que ver con quiénes participan en cada etapa, detalles sobre el tiempo para desarrollarla, las modalidades para el trabajo en conjunto -sea de forma presencial o en línea; otros elementos a tener en cuenta y los recursos económicos necesarios para llevarla adelante. Los apartados del 3 al 7 tratan sobre las etapas a seguir en el proceso de sistematización con una descripción de los momentos que la comprenden y las herramientas que nos podrán ser de utilidad para desarrollarla. Los últimos apartados corresponden a conclusiones, glosario y referencias.
Encontrarán que a lo largo de este documento escribimos en femenino como la forma elegida para referirnos a la denominación generalizada de “personas”. Y dado que una buena parte de este proceso se desarrolló durante la pandemia por COVID-19, verán que hacemos referencia tanto a trabajos que pueden ser realizados de forma presencial (siempre preferible, por el valor agregado que aportan las conversaciones) como en línea (retomando la propuesta de Oscar Jara que nos invita a que nuestro abordaje tecnológico tenga coherencia con nuestro proyecto pedagógico y un fundamento ético que le da sentido).
No queremos dejar de mencionar que esta guía no es una receta. La presentamos con una licencia abierta porque consideramos pertinente que al utilizarla puedan mezclarla y volverla a compartir ya nutrida con sus propios recorridos, tomando en cuenta los diversos contextos donde se desarrollan sus prácticas.
Esperamos que estos ejercicios, si deciden hacerlos, sirvan a sus propios trabajos, con la intención de sumar conocimiento colectivo en forma de inspiraciones, pautas e ideas para construir una cultura digital insubordinada.
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