Sillas violetas pluriculturales: la deuda pendiente del gabinete paritario de Rutilio Escandón Cadenas
México es un Estado pluricultural de Derecho. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece con todas sus letras en el artículo 2do. (2001), que México es una nación de composición pluricultural sustentada en sus pueblos indígenas, y les reconoce su derecho a la libre determinación, en un marco constitucional de autonomía, lo que significa, entre otras cosas, que tienen consagrado derechos para elegir a sus autoridades, de acuerdo con sus normas, procedimientos y prácticas; así como a tener representantes en las instancias de decisión nacional, y acceder y desempeñar cargos públicos, por elección o designación, entre otros.
Este reconocimiento incluye también a las mujeres de estos pueblos, que significa la mitad de su población. Por lo que el Estado pluricultural de Derecho debe de garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales y su plena participación y representación en la vida comunitaria y en las instancias estatales y federales.
Sin embargo, a dos décadas, después del reconocimiento, se está muy lejos aún de su cumplimiento y, aunque se registran avances, estos resultan muy limitados frente a la profunda brecha de la exclusión y discriminación que sufren, por ser mujeres indígenas.
Para hacer visibles esas desigualdades algunos organismos de Derechos Humanos han impulsado iniciativas dirigidas a reconocer los aportes de las mujeres indígenas y hacer visibles sus liderazgos. La iniciativa “Silla Violeta” se implementó en el año 2019, como parte de la campaña “Mujeres Indígenas, Mujeres Visibles”, impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la lucha en favor del “Hambre Cero”.
Y aunque la campaña de la FAO se centraba en el tema de la alimentación, de la misma manera llamaba la atención sobre la omisión de la presencia de mujeres indígenas en las mesas de toma de decisión, y una silla vacía, de color violeta con motivos de colores, lo hacía visible: “La Silla Violeta representa el lugar de las mujeres indígenas en las mesas de negociación, en espacios de diálogo y en los procesos de toma de decisión y puede usarse en reuniones, mesas redondas, paneles de discusión y cualquier otro espacio de diálogo donde deban estar las mujeres indígenas representadas y participando.”. Pero, ocurre que ellas no están, motivo por el cual la silla vacía es una denuncia en contra de sociedades e instituciones racializadas, que excluyen a las mujeres indígenas.
En Chiapas las mujeres indígenas han sido excluidas de todos los espacios de decisión: de sus comunidades y municipios, y también desde los espacios de representación, y de los cargos públicos de alto nivel. Ellas no son titulares de ninguna de las Secretarías del gobierno del estado de Chiapas, aun cuando el gabinete del gobernador Rutilio Escandón Cadenas (2018-2024), tiene el honroso reconocimiento de ser uno de los tres estados del país, que se integra con un gabinete paritario.
Según resultados de investigación que presentó la Plataforma Enkoll, de una investigación realizada en agosto de 2021 sobre el porcentaje de mujeres que ocupan los espacios en los gabinetes de los estados, de los tres estados que encabezan por integrar gobiernos paritarios (los tres del Partido Morena, por cierto), los datos colocan a la cabeza a Puebla. Es el estado con el más alto porcentaje, con el 65% de mujeres. Chiapas, con el 56%; y Ciudad de México con el 55%.
De acuerdo con la fuente, en Chiapas son 20 el total de funcionarios del gabinete legal, de estos 11 son mujeres y 9 son hombres. Sin embargo, para el caso de Chiapas, este logro palidece cuando se constata que en ninguna de esas Secretarías la titularidad es ocupada por una mujer indígena ¿Cómo explicarlo? ¿Acaso desde el gobernador, o las instancias de decisión del gobierno del estado, se piensa que las mujeres indígenas carecen de capacidades o competencias para ocupar esos espacios? ¿O nos encontramos frente a un problema de discriminación institucional?
Podrían hacerse otras preguntas para interrogar esas cifras, pero cualquiera que sea la respuesta, hoy, ya resulta inadmisible que así sea. Sin olvidar que el número de Secretarías que con justicia les correspondería, serían por lo menos dos, ya que la población indígena en el estado representa el 26% de la población total. Esto sería cumplir las normas que establece un Estado pluricultural de Derecho.
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