Historia y memoria

Florentino Pérez

Por Florentino Pérez Pérez 

En el libro «Carta sobre la historia y los historiadores» escribe Javier Espinosa Mandujano (2018): pensar la historia es en primer término y condición, pensarme como acumulación reproductiva y frutal del larguísimo acontecer de la supervivencia del hombre, como instrumento de percepciones que no se escinden arbitrariamente de la corriente que viene y llega a mi estancia y que, puede utilizar como filosofía y como epistemología pragmáticamente unidas en el descubrimiento y relato histórico.

A lo largo de la historia, los diferentes pueblos y civilizaciones han creado y utilizado diversos instrumentos para sistematizar y conservar los testimonios de diversa índole, que dan cuenta de la travesía del hombre por el planeta – mundo, haciendo uso de la memoria.

 

¿Qué entendemos por memoria y cuál es su vínculo con la historia?

Para González & Pagés (2014) historia y memoria nacen de una misma preocupación y comparten el mismo objeto: la elaboración del pasado, es decir provienen de la misma matriz y tienen el mismo propósito. Si bien la memoria es inmemorial y aparece en diversas narrativas, en las últimas décadas “el concepto de memoria inunda hoy el ámbito académico y desborda diversos campos culturales, como el cine y la literatura. Sin embargo, esta omnipresencia es relativamente nueva: en los años 60 y 70 estaba prácticamente ausente del debate intelectual. Años después, la memoria había penetrado profundamente en el mundo historiográfico hasta transformarse en una «obsesión memorial» y erigirse como una versión privilegiada del pasado en detrimento de la historia”.

La memoria es un recurso para develar y/o preservar acontecimientos para la posteridad. Para algunos autores es referida como atributo o capacidad personal e íntima para conservar recuerdos, ideas, datos, que pueden ser personales o con un contenido social y colectivo. Su atributo es que recuerda y conserva, en tanto proceso activo de recuperación o reconstrucción subjetiva del pasado. También tiene la capacidad de reelaborar sentido o sentidos, sobre el pasado y operar la selección y el olvido para objetivarse en narrativas.

En el libro «Tu recuerdo y yo», (edición del Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, 2021) de mi autoría, se recrea la vida de José Ignacio, personaje central. La narración se apoya en los recursos literarios de la novela y la epístola; es un relato escrito desde la memoria “para sobreponerse a la realidad” como decía Nietzche, y cicatrizar las heridas emocionales de José Ignacio, en medio de los acontecimientos políticos, sociales y culturales de la segunda mitad del siglo pasado, que marcaron un cambio de época y perfilaron nuevos senderos en su vida. Es un tributo a la memoria, para superar el duelo del desamor con nuevos sueños.

Guadalupe Grajales señala que «Tú recuerdo y yo» es una conjunción de estilos, es una conciliación de tendencias y fusión de objetivos: por un lado el enfrentamiento al recuerdo de la experiencia amorosa; por el otro, el contexto sociocultural latinoamericano a partir de los años sesentas. Violencia, dependencia, neo coloniaje, falsificación de la historia, mediante esquemas repetidos y vueltos a repetir. Realismo, autobiografía, o autofonía, relación entre la ficción y la historia. Historia definida por situaciones individuales y significativas en un sujeto cuyas vivencias pasadas adquieren un sentido de liberación del recuerdo. Reinterpretación de una visión del pasado, para enfrentar una visión desde la perspectiva social y cultural.

Comparto con ustedes, el siguiente fragmento el libro «Tu recuerdo y yo» para evitar el olvido que seremos.

Fue aquella tarde en la emblemática cafetería de Librería Gandhi fundada por Mauricio Achar ubicada en la Av. Miguel Ángel de Quevedo, cuando el maestro José Luis Balcárcel te hizo un amplio análisis de la vida en Guatemala. Expresó que Centroamérica era una de las arenas estratégicas de la Guerra Fría. Ahí se libraba el momento más cruento de la guerra civil. Su propósito era aniquilar la base social rural de la guerrilla; realizar una limpieza étnica en la que el ejército barrió con lujo de violencia a más de cuatrocientas comunidades indígenas.

 Con apoyo financiero estadounidense y logística Israelí, el gobierno guatemalteco llevó a cabo la estrategia “Tierra Arrasada”. Doscientas mil personas murieron en el conflicto armado guatemalteco, más que en las guerras y dictaduras de El Salvador, Nicaragua, Chile y Argentina juntas. 

El maestro, al igual que tus padres Mayra Véliz y Robín García, optó por el exilio y se alejó de los horrores del conflicto armado de Guatemala, en donde el Ejército Guerrillero de los Pobres y después la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, resistian y hacían frente a la oligarquía y militares que cegaron la naciente democracia encabezada por el presidente Jacobo Árbenz. 

Le contaste que tus padres eran de origen guatemalteco, que tú naciste y creciste rodeado de la naturaleza y cafetales, ahí en donde termina la sierra madre de Chiapas e inician los Cuchumatanes, bajo la sombra y mirada vigilante del Volcán Tacaná. Que ante la guerra de exterminio de la dictadura guatemalteca, tus progenitores encontraron refugio en la finca Hamburgo, ubicada en la región del Soconusco del estado de Chiapas.

José Luis Balcárcel prefirió emigrar a la ciudad de México, en donde entró a impartir clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la universidad en donde se conocieron.

Creciste rodeado de la flora y fauna que protegen al volcán Tacaná que, junto con el río Suchiate, son la referencia de la frontera política, no cultural entre Chiapas y Guatemala. A pesar de la enorme influencia de las iglesias protestantes, tanto en Guatemala como en Chiapas, tus padres profesaban la religión católica la cual te inculcaron y practicaste. 

El maestro Balcarcel era agnóstico. Le narraste tu paso por la religión católica y la lectura asidua que hacías tanto del antiguo como del nuevo testamento de la Biblia. En el Génesis aprendiste que en el sexto día de la creación, Jehová le dio vida al hombre a su imagen y semejanza. Lo observó, junto al resto de su creación y vio que todo estaba perfecto.

Lo dejó vivir en el Jardín del Edén. Posteriormente de la costilla de Adán, le dio vida a Eva para que fuera su compañera. En el Paraíso estaba el árbol de la vida del bien y el mal. A pesar de la prohibición de no comer frutos de él, Eva sedujo a Adán perturbando al orden total y trayendo, como consecuencia, la expulsión del paraíso y la muerte.

De acuerdo a este relato el hombre ha de pensarse como un ser originalmente inmoral.

Lo que no dice este relato es que la transgresión a esta prohibición, dio origen al conocimiento que él prohíbe.

Le narraste también el desencuentro que tuviste con el padre Valencia, tu confesor y cómo tus creencias religiosas se fueron desvaneciendo, por la incongruencia entre la doctrina cristiana y la práctica religiosa. Coincidieron que las tres grandes religiones monoteístas predican un mundo irreal en el devenir y destino de la humanidad, que el conocimiento lo sustentan en la Fe y es inapelable, incuestionable y obstaculiza el pensamiento crítico. Que las religiones están asociado al pensamiento mágico y metafísico. Hicieron alusión a Umberto Eco y su célebre texto “¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética”. En el cual debate y dialoga con el entonces Cardenal de Milán, Carlo María Martini entorno a estos y otros temas.

 

Fuentes consultadas

 Espinosa, M J. (2018) Carta sobre la historia y los historiadores, Chiapas México, León de la Rosa editores.

González & Pagès (2014) Historia, memoria y enseñanza de la historia: conceptos, debates y perspectivas europeas y latinoamericanas, Tunjá Colombia. Revista Historia y Memoria julio/diciembre 2014.

 

Pérez, P. F(2021)Tu recuerdo y yo, Chiapas, México, Edición del Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas.
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