El Grupo de mujeres de San Cristóbal de las Casas, Chiapas en la revista La Correa Feminista (década de los noventa, s. XX)
En el Archivo del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) (UNAM), en donde realicé mi investigación posdoctoral, encontré resguardados algunos artículos de revistas relevantes para la historia del feminismo en Chiapas y en otros estados.
La Correa feminista fue una de las revistas de los años noventa (s. XX), en la que participaron diversos grupos de mujeres y feministas de México, interesados por la defensa de los derechos humanos y de las mujeres. Esta revista tejió vínculos entre grupos de Baja California, Colima, Chiapas, Chihuahua, Distrito Federal, Guerrero, Jalisco, Morelos, Querétaro, Sonora, Tamaulipas, entre otros. Algunos números de la revista son casi artesanales, con un concepto distinto en cada número.
En el artículo del número cuatro de 1992, de dicha revista, Marta Figueroa escribió sobre los logros y límites del Grupo de Mujeres de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, que se formó a mediados de mayo de 1989 y cuyas luchas articularon a mujeres diversas, mujeres indígenas, militantes, luchadoras por los derechos humanos, algunas con vínculos con la iglesia, así como antropólogas, médicas, abogadas, entre otras.
En el texto “El tema de Chiapas en el III Congreso Feminista de Yucatán: Reporte del Grupo de Mujeres de San Cristóbal”, publicado en la misma revista, sin autoría, en 1994 (año marcado por el levantamiento del EZLN y las políticas de contrainsurgencia), se explica cómo quienes participaron en dicho congreso, elaboraron una declaración para solicitar el regreso del ejército mexicano a sus cuarteles, decretar una amnistía sin límites, así como el respeto a los derechos humanos y de las mujeres.
Además, en el mismo texto se describe cómo el Grupo de Mujeres de San Cristóbal, Chiapas, presentó un reporte especial sobre los acontecimientos ocurridos en enero de 1994. En los años anteriores se habían vivido violaciones a los derechos humanos, problemas enfrentados por refugiados y refugiadas guatemaltecas, luchas por la despenalización del aborto, entre otros hechos. En el artículo se denuncian varios de los eventos ocurridos en los primeros quince días de 1994, así como se muestra la preocupación por las tensiones entre organizaciones de base, la Iglesia Católica, las organizaciones no gubernamentales, los ganaderos, los terratenientes, así como gobernantes.
En el artículo “Apuntes para elaborar un proyecto de trabajo grupal: Grupo de mujeres de San Cristóbal”, firmado por Marta Figueroa (Revista La Correa Feminista, no. 4, 1992), se abordan las dificultades de las mujeres en Chiapas en el acceso al sistema de impartición de justicia, por lo que muchas veces terminan en casos inconclusos, debido a:
“por un lado, la ley y la estructura inadecuada a la realidad de la violencia y que se muestra
y siente en el proceso, y, por otra parte, la problemática específica de cada mujer que no
es posible que, de facto, la resuelva” (Figueroa, 1992, p. 10).
El Grupo de Mujeres de San Cristóbal formó parte de la coordinación de organismos civiles por la paz y los derechos humanos, creada como una respuesta a la crisis que imperó en los primeros días del conflicto de 1994. Esto muestra que el contexto social, político y económico de finales de los ochenta y principios de los noventa, produjo que las prácticas y manifestaciones de los movimientos de mujeres y feministas en la región emergieran vinculadas a coyunturas políticas críticas de la violencia sexual, la represión, la lucha de clase, la distribución de la tierra y en contra de los desplazamientos internos. Así también se caracterizaron por las reivindicaciones de los derechos más elementales como el derecho a la vida, la verdad y la justicia.
Al analizar estos y otros artículos de revistas comprometidas de los años setenta, ochenta y noventa en México, como Fem, La Revuelta, La Boletina y Cihuat, se puede afirmar que los feminismos en Chiapas han promovido también la crítica a la maternidad obligatoria, la ideología del amor romántico, la emancipación sexual, la autonomía del cuerpo, las píldoras anticonceptivas, el aborto, la familia heteronormativa, la participación política de las mujeres, los medios de comunicación, el racismo, el trabajo “invisible”, trabajo del hogar, las desigualdades, entre muchos otros temas.
Estos archivos de la historia de los feminismos en Chiapas nos hacen pensar en la utilización de la figura del “grupo” como una de las maneras por la que las mujeres y las feministas se han organizado en distintos lugares de México y otras partes del mundo. Los grupos sirven para reunir a mujeres diversas y heterogéneas que se encuentran para hablar de lo que les incomoda de la sociedad, para analizar la violencia y la desigualdad, para plantear horizontes y para crear otros mundos posibles.
Los “grupos” no forman parte de ningún partido político y rechazan las formas de organización política tradicional. Todas sus integrantes deciden horizontalmente asuntos comunes, por lo que no existen las figuras de “líderes” y se organizan preocupadas por la situación de opresión de las mujeres, de las personas LGBT+, entre otros sujetos diversos. El texto “Chiapas, reflexiones de nuestro feminismo” (La Correa Feminista, año 3, no. 8, 1994, p. 1-5) expone:
“el feminismo es fundamentalmente pacifista y antibélico, ninguna forma de agresión construye
libertad ni paz, aunque las feministas (…), seamos frecuentemente agresivas. La guerra, en todas
sus formas y expresiones ha sido instrumento vertebral del poder, del desorden y del dominio
del sistema patriarcal, tal vez por eso la guerra ha sido siempre `cosa de hombres’. (….). El feminismo es sustancialmente rebelde (1994, p. 1).
Realizar estos ejercicios de memoria, nos permite observar que muchas de las demandas de los grupos de mujeres y feministas de los noventa están aún presentes en Chiapas, por lo que luchar en grupo se convierte en “un gran acto de rebelión”, “la más rebelde de todas las rebeliones”.
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